La opinión
Independentismo: dos años para el asalto a la soberanía española
La reunión bilateral será un fracaso y se constatará la imposibilidad de acuerdos entre el Gobierno y el Govern
El presidente catalán fue el único ausente en la XXIV Conferencia de Presidentes, celebrada en Salamanca la semana pasada, donde Pedro Sánchez comunicó a las comunidades autónomas que recibirán en 2021 un total de 10.500 millones de euros, del Plan de Recuperación. Al mandatario de la Generalitat no le interesa la buena gobernanza, sino mantener el mantra soberanista. La ausencia de Pere Aragonés en la reunión salmantina, debe entenderse exclusivamente en términos rupturistas. La nueva estrategia consiste en tensar la relación con el PSOE para evidenciarse el fracaso del diálogo con el gobierno central y posponer dos años el asalto a la soberanía española, a la espera de la victoria de la derecha. Tras evidenciar el fracaso de la vía unilateral, han decidido diseñar una negociación sobre el referéndum de autodeterminación y la amnistía para los delincuentes fugados e indultados. Dos años de tensiones y reuniones, para mantener la supremacía separatista en Cataluña.
La anunciada reunión bilateral Estado-Generalitat prevista para hoy, tendrá uno de los puntos de discusión sobre la legalidad del aval concedido por la Generalitat a los 34 ex cargos del Gobierno catalán encausados por el Tribunal de Cuentas. En su célebre tratado sobre la política, Aristóteles afirmó que la verdadera garantía de un buen gobierno consiste en vigilar la ejecución de las leyes y no permitir nunca la menor infracción. Por ello la Fiscalía investiga el aval de la Generalitat a los encausados por el Tribunal de Cuentas. La victoria sobre la legalidad del aval tendrá importantes efectos simbólicos.
Con la negativa de Moncloa en discutir sobre el reparto de los fondos europeos, la reunión abordará la reclamación de 56 nuevos traspasos del estado -entre ellos el la gestión del Aeropuerto de El Prat de Barcelona, las competencias de la Seguridad Social y más funciones para los Mossos-. Sin embargo, la voluntad de los próceres secesionistas es mantener el liderazgo de su relato victimista en la sociedad catalana y tensar la relación con el PSOE, para que en los próximos meses pueda evidenciarse el fracaso de la negociación y posponer el asalto a la soberanía española.
Platón nos explicó que «el que aprende y aprende y no practica lo que sabe, es como el que ara y ara y no siembra», siendo la experiencia y el saber enmendar los errores, lo que constituye la base de una buena gobernanza, fundamentado en las cuatro virtudes cardinales que todo buen político debe aplicarse: la prudencia, la fortaleza, la templanza y la justicia. Ninguna de las virtudes descritas ha podido exhibir, hasta la fecha, el gobierno de Sánchez en las negociaciones con los independentistas, cuya mayoría depende de la voluntad de los republicanos. Sin embargo, la reestructuración del gobierno con ministros ajenos al problema catalán y la aprobación de los Presupuestos generales del estado, puede posponer la agenda catalana y archivar las reivindicaciones de Aragonés y los suyos.
A las puertas de las grandes movilizaciones independentistas (11 de septiembre y 1 de octubre), los estrategas del procés necesitan mantener la estrategia de la tensión y la promesa de romper con España. La reunión bilateral será un fracaso, y se constatará la imposibilidad de acuerdos entre el gobierno de España con el mundo separatista catalán, ensimismado en sus propias contradicciones y en luchas cainitas por el control de los recursos económicos.
Puigdemont desde Bruselas y Oriol Junqueras desde su recuperada libertad, sueñan con una mayoría absoluta del PP con el concurso de Vox. Mientras mandan a Pere Aragonés a cumplir con su papel de comparsa. En dos años volverán a asaltar el cielo, porque contra la derecha, todo valdrá.
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