Memoria Histórica

El monumento a Franco coetáneo del Valle de los Caídos que sí fue destruido

En el Monte de La Esperanza en Tenerife existe hoy un parque mientras Cuelgamuros espera su «resignificación»

El monolito que había en el monte de La Esperanza de Tenerife, antes de su derribo. El lugar forma parte de un parque en la actualidad
El monolito que había en el monte de La Esperanza de Tenerife, antes de su derribo. El lugar forma parte de un parque en la actualidadfotoLa Razón

Estuvo en pie hasta hace seis años en el paraje boscoso de Las Raíces, en el Monte de la Esperanza de Tenerife. Era un monumento en memoria de Franco levantado en octubre de 1958 por la Hermandad de Alféreces Provisionales con el objetivo de «perpetuar el homenaje de lealtad de la guarnición de aquella isla a Franco en julio de 1936», según publicó el diario «La Falange». Como se acostumbraba, fue bendecido por la Iglesia –el prelado de la diócesis en este caso– y loado por el gobernador civil y el capitán general de Canarias, que destacó el papel del joven general allí mismo, asegurando que «de aquella reunión nació la gran ilusión de la guerra libertadora».

La cita del 17 de junio de 1936, después de que Franco rechazara toda clase de homenajes y honores –había sido recibido en marzo como héroe castrense– resultó ser una comida de jefes, oficiales, suboficiales y tropa que tuvo un único menú para todos, condición que puso el propio Franco para aceptar la invitación: paella y un plato complementario.

Ese almuerzo semanas antes de que Francisco Franco dejara la isla para tomar parte en la sublevación de julio de 1936 era precisamente lo que recordaba el monolito que resistió hasta noviembre de 2015, ocho años después de la aprobación de la Ley de Memoria Histórica.

El monumento fue erigido poco antes de la inauguración del Valle de los Caídos, lo que emparentaba a ambos conjuntos en tiempo –Cuelgamuros vivió su puesta de largo en abril de 1959– y simbología. El complejo de la sierra de Guadarrama, puesto en la diana por Unidos Podemos y el grupo Izquierda Confederal –se pidió su voladura y el posterior adorno de la sierra con sus restos–, sigue en pie. En el caso del memorial canario se habló de la posibilidad del traslado al Museo Militar Regional, opción descartada por su eliminación definitiva. El derribo se llevó a cabo por orden del Cabildo de Tenerife con un coste de 8.000 euros. La propuesta había sido promovida en 2008 por el PSOE, que se encontraba en la oposición, y consensuada con los partidos del Gobierno insular: PP y Coalición Canaria.

Ya con el PSOE en el Ejecutivo junto a Coalición Canaria, se inició el proceso para la desafectación del Bien de Interés Cultural (BIC), con Categoría de Sitio Histórico, y actuaron las máquinas para convertir el solar en un parque. Sin embargo, en menos de una semana, el jueves siguiente a la publicación en Boletín Oficial de Canarias, el 26 de noviembre de 2015, “se ejecutó la demolición íntegra” del BIC, “no habiendo siquiera permitido cumplirse el plazo de 20 días que habían establecido para poder presentar alegaciones, ni por supuesto existir resolución sobre la desafección”, señalan fuentes de la Fundación Franco, que presentó un recurso en contra sin haber acabado ese plazo.

En esta línea trabaja la Asociación para la Investigación y Protección del Patrimonio Histórico San Miguel Arcángel, que litiga hoy por la pervivencia del Monumento al Ángel de la Paz situado frente al mar ante la indiferencia general en Santa Cruz de Tenerife. En su día hubo una campaña de recogida de firmas para solicitar el traslado de la escultura al Museo Militar ubicado en el fuerte de Almeyda, y convocar un concurso de ideas para una nueva imagen con la que «lograr la mejor escultura y el mejor conjunto y que pueda ser orgullo de la ciudad y visitado por los turistas sin problemas», según Joaquín Galera, arquitecto afín a Alternativa Sí se Puede por Tenerife.

En el pleno insular del mes pasado, el Cabildo sacó adelante un acuerdo institucional para la retirada de honores y distinciones que recibió Franco por parte de la institución el 20 de agosto de 1936. Sí Podemos Canarias exige ahora resolver el desmontaje del monumento tinerfeño. El proceso judicial se encuentra en el traslado para conclusiones, según fuentes consultadas por este diario. La Ley de Memoria en trámite ha concedido mientras tanto una tregua al Valle de los Caídos.

“Vamos al Valle de los Caídos, si quiere usted, a notificarle a Francisco Franco que le retiramos la medalla de oro”

La Asociación para la Investigación y Protección del Patrimonio Histórico San Miguel Arcángel, que acaba de denunciar la retirada del título de Hijo Adoptivo de Franco en Tenerife, defiende que los honores se perdieron con el fallecimiento en 1975 del que fuera jefe de Estado durante casi 40 años. Recuerda en este sentido lo ocurrido en el municipio tinerfeño de San Cristóbal de la Laguna el 30 de julio de 2014, “siendo alcalde el nacionalista Fernando Clavijo”.
Ante la insistencia de la izquierda en acometer la retirada de distinciones a Franco, Clavijo zanjó el asunto en el pleno municipal: «... lo de la medalla se le ha explicado y está concluido, ha fallecido, y como ha fallecido, se le explicó por el jefe de los Servicios Jurídicos de esta casa, que muere con él, [...] vamos al Valle de los Caídos, si quiere usted, a notificarle a Francisco Franco que le retiramos la medalla de oro. Entonces, se le ha explicado, se le ha explicado por activa y por pasiva, no deje usted en este Salón de Plenos en la intervención como que ese expediente no se ha concluido, porque nos hemos preocupado todos y, es más, sabe que lo que propusieron no tenía ningún tipo de sentido ni de rigor jurídico. Se le explicó y se le dijo, porque el honor, el honor muere con el que se le concede, ¿de acuerdo? Entonces, yo le pediría un poco más de rigor...”.
“Desgraciadamente”, apuntan desde la asociación San Miguel Arcángel, “no han proliferado actitudes como la de este alcalde y esta corporación municipal, donde verdaderamente se aplica la ley y se tiene el respeto que se debe a la institución que representa, que no debe servir para manipular, inventar o tergiversar la historia y mucho menos para hacer propaganda ideológica desde el rencor y la ilegalidad”. En opinión de la entidad, “estos señores que se llenan la boca exigiendo la aplicación de la Ley de Memoria Histórica se la saltan a la torera cuando lo que buscan es sacarse la foto para contentar a sus rencorosas huestes”.