Castilla y León

El PSOE: “Si Mañueco quiere nuestra abstención, que nos la pida”

Los socialistas intentan zafarse de la presión y desviarla hacia el PP para que se retrate y rechace abiertamente a pactar con Vox

El PSOE sigue digiriendo el resultado del 13-F. Una derrota que trata de encapsular, negando que exista un posible “efecto contagio” de cara a las generales. El argumento es oportunista, porque si bien se defiende que “la fragmentación que les ha perjudicado” ahora no es extrapolable al contexto nacional, sí instrumentalizan el auge de Vox en los comicios de Castilla y León para desgastar al PP y como advertencia del escenario que se dibujará a futuro. En Ferraz interpretan los resultados del domingo como una suerte de disyuntiva entre el PSOE o Vox y se lanzan a confrontar directamente con la formación de Santiago Abascal, negándole al PP la condición de alternativa, al que califican de mero “apéndice”. “El mejor cordón sanitario a Vox es votar al PSOE. Vox crece porque el PP es cada vez está más débil, el PP se ha convertido en un apéndice de Vox”, señalan desde la dirección federal.

Los socialistas advierten del riesgo de “retroceso” e “involución” que supone que “la ultraderecha” tenga influencia en el futuro Gobierno de Castilla y León, pero no están dispuestos a hacer nada para evitarlo. A pesar de pregonar que el PSOE desplegará una “oposición seria y responsable” para “velar por los intereses de los ciudadanos” y “salvaguardar los derechos y libertades que ahora Vox está dispuesto a pisotear”, no adoptan una posición proactiva al respecto. En la dirección federal rechazan poner los votos del PSOE a disposición de Alfonso Fernández Mañueco para que no tenga que depender de Vox en la investidura ni en el Gobierno.

El debate lo abría desde el seno del propio partido el alcalde de Valladolid y secretario provincial socialista, Óscar Puente, que se mostró “partidario” de esta vía: una “abstención del PSOE” para “permitir que el PP pueda gobernar en la Junta de Castilla y León sin que necesite contar con Vox”, ya que lo considera “coherente” con lo que defiende su partido. Puente realizó estas aseveraciones “a título personal” y pidió “hacer una reflexión más profunda a nivel de partido”. Precisamente esta apreciación, la de que lo hace a “título personal”, es la que utilizaron desde la dirección federal para desautorizar sus palabras y asegurar que no es la línea oficial que mantiene el partido y que no hay discusión al respecto.

En Ferraz rechazan que la presión recaiga sobre el PSOE para evitar que Vox entre en el Gobierno, cuando ha sido el propio PP quien se ha abierto durante la campaña a incluirlos en el mismo. De hecho, fuentes de la dirección se muestran taxativas y resuelven que “si Mañueco quiere nuestra abstención, que nos la pida”. Los socialistas están dispuestos a sentarse con el presidente en funciones en la ronda de contactos que tiene previsto iniciar, pero exigen un posicionamiento claro por su parte, que pasa por retratarse y explicar “por qué quiere la abstención del PSOE”. Una forma de evidenciar el rechazo de los populares a negociar con Vox, que debería tener su extensión en otros gobiernos autonómicos en los que también dependen de la formación, como Murcia –hay una consejera que perteneció al partido- o la Comunidad de Madrid, donde han aprobado los presupuestos.

En este sentido, en el PSOE niegan que vayan a prestar sus votos gratis para “facilitar un gobierno manchado por la corrupción”, en alusión a la trama “Perla Negra”. “Este escenario lo ha propiciado el PP, que no hace ascos y está dispuesto a blanquear a la extrema derecha”, señaló ayer el portavoz del PSOE, Felipe Sicilia. Los socialistas no quieren asumir esta responsabilidad y tampoco ninguna que tenga que ver con el batacazo electoral del domingo. Desde la sede federal de Ferraz se apunta a factores exógenos, como la creciente fragmentación del voto, y la entrada de plataformas regionalistas que le han dado un buen mordisco electoral.

Lejos de hacer autocrítica por el impacto en sus expectativas electorales que ha tenido la España Vaciada, desde el PSOE minimizan su impacto y aseguran que no es extrapolable de cara a las generales. “Quienes pensaron que los intereses de su provincia se podían defender a través de una plataforma local, viendo lo que ha ocurrido y que esos procuradores no van a poder defender esos intereses, porque su voto ya no resulta importante para conformar gobierno, decidirán no apostar por plataformas que no van a ser importantes para condicionar un gobierno”, señaló Sicilia en una suerte de trabalenguas que busca minimizar el avance de unos partidos (Teruel Existe) que sí fueron decisivos en la investidura de Pedro Sánchez en 2020.