Inmigración ilegal
Efecto llamada: cientos de inmigrantes se dirigen a la frontera de Melilla desde Rabat y Casablanca
La no expulsión de los que han entrado y agredido a los agentes, anima a otros a intentar acceder por la fuerza a España
El efecto llamada. Los servicios de información españoles y marroquíes han detectado que cientos de subsaharianos y nacionales han emprendido, con la utilización de distintos medios, viaje a los alrededores de Melilla con el fin de entrar ilegalmente en España.
Según han informado a LA RAZÓN fuentes conocedoras del asunto, los que ya han logrado entrar en la Ciudad Autónoma (más de 900), en los dos saltos masivos habidos esta semana, y los que ya se encuentran en los alrededores, unos 3.500, transmiten, a través de las redes sociales, que, una vez superado el vallado, se quedarán en Melilla como primer paso para dar el salto a Europa.
La realidad de un CETI (Centro de Estancia Temporal de Inmigrantes) completamente lleno y la impunidad con la que han llegado a este lugar los inmigrantes, entre los que están los han agredido a los agentes de las Fuerzas de Seguridad (53), anima a otros individuos a emprender el camino hacia la frontera.
El ministro del Interior, Fernando Grande marlaska, cuyas declaraciones han sido valoradas desde las Fuerzas de Seguridad, ha dejado claro de que esas agresiones no pueden quedar impunes y que se va a expulsar a todos los inmigrantes que no tengan derecho a estar en España. No ha detallado a cuántos de los 900 va a afectar la medida, pero ha subrayado que se va a “aplicar la ley”.
“Nosotros somos un estado derecho y aplicamos la normativa, tanto la ley nacional como la ley internacional y procederemos en los términos de identificación y por supuesto de expulsión de aquellos que no tengan derecho a permanecer en nuestro territorio y proteger a quienes tengan derecho a ser protegidos”. “La protección de nuestras fronteras, la protección de nuestros agentes y la protección de los colectivos vulnerables que deban de ser protegidos internacionalmente”.
Con respecto a los que se dirigen a los alrededores de Melilla, en especial desde las zonas de Rabat y Casablanca, las fuentes consultadas subrayan que sólo pueden agravar el problema que plantean los ya presentes, por lo que sería necesario arbitrar, de acuerdo con Marruecos, algún tipo de medida para alejarlos de la frontera o impedir que lleguen a ella, como se ha hecho en otras ocasiones.
Los inmigrantes suelen pagar fuertes sumas de dinero a las mafias de la inmigración para que les organicen el traslado desde sus países de origen, algunos en el Sahel. Ya en las proximidades de Melilla (o Ceuta, en su caso) les dan las instrucciones, entre ellas las de emplearse con gran violencia contra los agentes por grupos, de modo que los que no participan en el ataque puedan pasar libremente a la Ciudad Autónoma. Asimismo, les facilitan, a cada uno, dos garfios, al precio de un euro la unidad. Estos artilugios, fabricados en alguna herrería de Marruecos, permiten a los inmigrantes trepar, con zapatilla claveteadas, por el vallado y, llegado el momento, agredir a los agentes, con el consiguiente peligro para sus vidas.
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