Polémica

Los eufemismos: El arma secreta de Marlaska para luchar contra las bandas latinas y los piquetes

Los agentes denuncian la llegada de “órdenes políticas”, cuyo único objetivo es “esconder el problema, hacerlo desaparecer y no solucionarlo”

El ministro del Interior, Fernando Grande-Marlaska
El ministro del Interior, Fernando Grande-MarlaskaKiko HuescaAgencia EFE

La nueva estrategia del Gobierno para combatir el incremento de bandas latinas o hacer frente a los piquetes en la huelga de transportistastrae de cabeza a las Fuerzas y Cuerpos de Seguridad del Estado que no terminan de entender su juego. Y es que lejos de recibir órdenes tácticas lo que les hacen llegar son instrucciones políticas. Una manera de hacer desaparecer el problema eliminándolo de los informes de los agentes. En vez de “huelga” deben utilizar “paro” y no habrá “piquetes” sino “activistas”.

Así aparecía reflejado en una orden remitida por una Comandancia de la Guardia Civil del pasado 18 de marzo, donde se exige su cumplimiento, y que ha provocado “alarma y preocupación” entre los agentes. El uso de “eufemismos” exigido por el Ministerio del Interior, que dirige Fernando Grande-Marlaska, es toda una declaración de intenciones. Su objetivo no es otro que “hacer desaparecer la huelga y dejar de considerar a esas personas como piquetes, para poder actuar contra ellos, con mayor contundencia”, denuncian desde la asociación de la Guardia Civil JUCIL.

Orden de la Comandancia de la Guardia Civil, donde se exige el cambio de varios términos por eufemismos
Orden de la Comandancia de la Guardia Civil, donde se exige el cambio de varios términos por eufemismosjmzhuel

“Bandas juveniles” en lugar de “bandas latinas”

Pero la estrategia de Grande-Marlaska va más allá. Desde la asociación “Una Policía para el Siglo XXI” denuncian también la presión de Interior para que los policías utilicen eufemismos como “bandas juveniles”, en lugar de “bandas latinas”. A su juicio, “estas órdenes políticas emanadas desde la Jefatura Superior de Policía de Madrid, solo pretenden esconder el problema y no solucionarlo”. Se trata de un problema criminal de primera magnitud, que no desaparecerá por mucho que le cambien la denominación. “Las operaciones de corto alcance y la propaganda buscan hacer estadística, pero no atajan el problema”, explican.

Estas órdenes provocan “desmotivación y frustración” entre los agentes que se enfrentan a este tipo de violencia y que solo encuentran trabas y quejas de los mandos cuando llegan a las dependencias, aseguran desde esta asociación.

Órdenes políticas y delito de coacciones

Ante estas trabas, desde “Una Policía para el Siglo XXI” dejan claro que ni el Jefe Superior ni ningún mando directo de la dependencia puede obligar a quitar la expresión “bandas Latinas” y sustituirla por “bandas juveniles violentas”. Se trata, añaden, de una orden política que puede suponer un delito de coacciones. Por todo ello, recomiendan a los policías que ante este tipo presiones se nieguen a cambiar lo expresado en su comparecencia y “den cuenta por escrito” de lo sucedido tanto a sus superiores como a los sindicatos.

No es el único problema. En algún caso los agentes han visto cómo el jefe de la Oficina de Atención al Ciudadano (ODAC) se negaba a recibir a un detenido, al que ya le habían leído sus derechos en la vía pública. Desde esta asociación explican que si bien no puede negarse a recibirlo, puede dejarlo en libertad “con su número de placa y bajo su responsabilidad”. En última instancia, los policías pueden presentar al detenido en el juzgado.

En definitiva, consideran que Interior y por ende, Grande-Marlaska, demuestran poco interés en defender a los ciudadanos que sufren esta lacra y a los compañeros que luchan contra ella.