Acuerdo

Sánchez y Mohamed VI acuerdan la reapertura de fronteras en Ceuta y Melilla

Se hará de manera “gradual y ordenada”, en “un plazo razonable” y en base a la situación sanitaria

Sánchez, durante el "iftar" al que le invitó Mohammed VI con la bandera al revés
Sánchez, durante el "iftar" al que le invitó Mohammed VI con la bandera al revésMoroccan Royal PalaceAgencia AP

Un viaje relámpago a Rabat para restablecer las relaciones entre España y Marruecos. El presidente del Gobierno, Pedro Sánchez, apenas ha pasado 16 horas en el país vecino, aunque fue tiempo más que suficiente para dar el pistoletazo de salida a una nueva etapa entre ambos países. «Un momento histórico. Hoy es el inicio», aseguró Pedro Sánchez respecto a la reunión mantenida con Mohamed VI. El presidente llegó al Palacio Real de Rabat al filo de las 18:00 (hora local) junto al ministro de Asuntos Exteriores, Unión Europea y Cooperación, José Manuel Albares, para el encuentro. Se saludaron con un apretón de manos, hablaron durante unos minutos en español y Sánchez le transmitió un mensaje de Felipe VI. Finalizada la reunión, se trasladaron a la cena que ofreció el rey alauí, el iftar, con la que se rompe el ayuno que se mantiene durante todo el día en el Ramadán. Un gesto de suma importancia, que simboliza una «amistad muy fuerte», y que demuestra el compromiso de Rabat en la reanudación plena de las relaciones diplomáticas.

El objetivo de la cita era poner en marcha la hoja de ruta que consolida la nueva relación, «una hoja de ruta ambiciosa, a la altura de dos países vecinos y socios estratégicos», destacan desde el Gobierno español. Así lo señaló el propio presidente del Gobierno, en una conversación informal con periodistas, en la que anticipó que «lo de hoy –por ayer– es muy importante y desencadenará novedades importantes en los próximos días». Estas novedades se rubricaron en un comunicado conjunto en el que acordaron diversas cuestiones, como la celebración de la XII Reunión de Alto Nivel (RAN) “antes de que finalice el presente año” o la reapertura de las fronteras de Ceuta y Melilla de manera “gradual y ordenada” y teniendo en cuenta las condiciones sanitarias (la previsión apunta a que los pasos no se reabrirán para las personas, al menos, hasta junio). Fuentes gubernamentales aseguran que se dará en “un plazo razonable” para que “no sea un caso”. “No queremos morir de éxito”, señalan. El presidente evitó responder si los dos países han reconsiderado en algún momento la reapertura de las fronteras comerciales (recordemos que Marruecos cerró en agosto de 2018 la aduana de Melilla y en octubre de 2019 con la frontera comercial con Ceuta).

Asimismo, la declaración conjunta suscrita por los dos países avanza el establecimiento “de manera inmediata y gradual” de las las conexiones marítimas entre España y Marruecos, primer paso para la preparación de la próxima Operación Paso del Estrecho (OPE). Además, se reactivará el grupo de trabajo sobre delimitación de espacios marítimos en la fachada atlántica y la plena normalización de la circulación de personas y de mercancías, incluyendo los dispositivos apropiados de control aduanero y de personas a nivel terrestre y marítimo. Ambas partes se dan el plazo de tres meses para poner en práctica lo pactado en la declaración conjunta, que culminarán con la reunión de la citada RAN.

En la declaración, el Gobierno español vuelve a reconocer “la importancia de la cuestión del Sáhara Occidental para Marruecos, así como los esfuerzos serios y creíbles de Marruecos en el marco de las Naciones Unidas para encontrar una solución mutuamente aceptable. En este sentido, España considera la iniciativa de autonomía marroquí, presentada en 2007, como la base más seria, realista y creíble para resolver este diferendo”. Tras el giro del Gobierno en esta cuestión se ha cambiado el paso. Un paso que Sánchez cree que «es bueno para España», porque «había que normalizar las relaciones» con Marruecos. «Es la mejor posición», asegura Sánchez sobre su alineamiento con las tesis de Rabat como la «base más sólida y realista» para solucionar el conflicto. El Gobierno defiende que se van sucediendo los acontecimientos, como que haya un enviado especial para Naciones Unidas, y que se irán «concretando» más movimientos en el futuro. En este sentido, se recuerda que Alemania, Francia y EE UU han dado pasos en el mismo sentido que España. El presidente calificó de “histórico” el momento y de “una relación bilateral estratégica” con Marruecos.

Una de las diferencias mayores entre la declaración conjunta y la carta remitida el pasado día 14 por Sánchez a Mohamed VI es la ausencia de una garantía expresa sobre la integridad territorial de los dos países (que en el caso español ha de traducirse por el respeto a la soberanía de Ceuta y Melilla). En Moncloa dan importancia a esta cuestión, que según señalan, fue uno de los detonantes del cambio de rumbo en el Sáhara, pero no está previsto que figure por escrito, porque aseguran que «no está en discusión». «La integridad territorial no se negocia, se reafirma», dice Sánchez.

Así fue, en la declaración conjunta no se incluye una alusión explícita respeto a la integridad territorial de España que sí aparecía en la carta remitida por Sánchez a Mohamed VI el 14 de marzo. Entonces se hacía refería a “la abstención de toda acción unilateral” y “el objetivo de garantizar la integridad territorial de los dos países”, mientras que ahora se limitan a señalar que “los temas de interés común serán tratados con espíritu de confianza, a través de la concertación, sin recurrir a actos unilaterales o hechos consumados”. Para el Gobierno, se recupera y “refuerza” la cooperación migratoria. Tampoco hay autocrítica en la relación con Argelia y las consecuencias que pueda tener el giro en el Sáhara. En el Gobierno aseguran que no corre peligro su alianza con uno de sus principales proveedores de gas, «la colaboración sigue igual», y no está prevista una visita próxima al país por parte del presidente.