Terrorismo

Las declaraciones que deberían repasar quienes van a aplicar a los etarras medidas que los dejarán en libertad

Las manifestaciones de Parot, prestadas en situación de incomunicación y con abogados de oficio, permitieron esclarecer múltiples asesinatos, entre ellos el de la fiscal de la Audiencia Nacional Carmen tagle

Henri Parot
Henri ParotPOOLREUTERS

Ahora que se pone en cuestión dos medidas que fueron fundamentales para lucha contra ETA, como la incomunicación y la asistencia de abogado de oficio al detenido, viene a la memoria, según agentes antiterroristas consultados por LA RAZÓN, las sucesivas declaraciones prestadas a la Guardia Civil por el etarra Henri Parot, jefe del “comando Argala”, “Itinerante” o “Francés”, en las que contó, de forma pormenorizada, los atentados que habían cometido él y sus compinches.

Si tal declaración se hubiera prestado sin la referida incomunicación y con un abogado del entorno etarra, es más que probable que muchos de los atentados. cuya autoría quedó aclarada, y que se atribuían, entre otros, al “comando Madrid” (sin saber quiénes eran), hubieran, quedado, como tantos, en la lista de los que aún están por esclarecer.

Entre los perpetrados por esta célula etarra está el asesinato, el 12 de septiembre de 1989, de la entonces fiscal de la Audiencia Nacional, Carmen Tagle, que tanta conmoción causó en medios judiciales, en especial en la citada Audiencia, donde ahora se toman decisiones tendentes a exculpar a etarras a los que se aplicaron las citadas medidas.

A la hora de ordenar ese atentado, el que entonces era responsable del “comando”, Francisco Múgica, “Pakito”, lo justificó en que la fiscal solicitaba penas muy duras contra los etarras y había interrogado en París a José Antonio Urruticoechea, “Josu Ternera”. Será difícil demostrar, pero ¿tuvo que ver aquel interrogatorio, en la que Tagle supo estar en su lugar ante el cabecilla terrorista, lo que provocó que “alguien” aconsejara su asesinato?.

Gracias a la extensa declaración de Parot, en la que intervinieron varios abogados de oficio, se supo cómo se había formado el “comando Argala” ideado como “arma letal” por el peligroso cabecilla etarra Domingo Iturbe, “Txomin” que, con el paso del tiempo, algunos parecen quieren subir “a los altares”. Después le sucedieron los otros jefes de la banda: Juan Lasa, “Txikierdi”; José Luis Arrieta, “Azkoiti”; y el citado “Pakito”. Sin las declaraciones de Parot, nada se habrá sabido de ello, ni que sus instructores “técnicos” fueron Isidro Garalde, “Mamarru” y Joseba Arregui, Fiti”.

Esta célula, al estar integrada sólo por ciudadanos franceses, lograba pasar inadvertida a las Fuerzas de Seguridad y tenía como objetivo principal Madrid, aunque también perpetraron el terrible atentado de la casa cuartel de Zaragoza y otros en Barcelona, Castellón y el País Vasco. Todos ellos estarían ahora en la citada lista de crímenes sin autor conocido.

El “estreno” en Madrid fue el asesinato. El 16 de noviembre de 1978, del magistrado del Tribunal Supremo, José Francisco Mateu Cánovas, uno de cuyos hijos, teniente de la Guardia Civil, también fue asesinado por ETA años después.

Los militares eran su objetivo principal, dentro de la estrategia etarra de provocar a las Fuerzas Armadas para desestabilizar al Gobierno y que se aviniera a negociar con los pistoleros. Con lo que se encontraron fue, al final, con una intentona golpista el 23 de febrero de 1981, que no entraba en sus planes, o sí, ya que su “lucha” estará más justificada contra una dictadura. Durante años, engañaron a muchos diciendo que luchaban contra Franco y, cuando murió, fue precisamente cuando más atentados cometieron, porque su enemigo no era el régimen sino España.

Las extensas declaraciones de Parot, que obran en poder de la Audiencia Nacional, Diligencias 49/90 de la Comandancia de Sevilla (fue detenido en la localidad de Santiponce) ya han surtido los efectos judiciales correspondientes.

Quienes ahora van aplicar una jurisprudencia establecida desde Estrasburgo, donde el problema de ETA se ve como algo lejano, deberían tener en cuenta la cantidad de crímenes que se han podido esclarecer gracias a instrumentos legales, que ahora parecen tan aborrecibles, entre ellos el de la citada fiscal Carmen Tagle.