Religión

Bolaños anticipa al Papa sus retoques a los acuerdos Iglesia-Estado

El ministro de la Presidencia oficializa en Roma su hoja de ruta con los obispos

Más tiempo con Francisco que el presidente Pedro Sánchez y la vicepresidenta Yolanda Díaz. Casi una hora estuvieron conversando ayer con el Papa el ministro de la Presidencia, Félix Bolaños, en su puesta de largo vaticana como piloto de las relaciones con la Iglesia católica. Tiempo más que suficiente, no solo para un primer acercamiento, sino para presentarle al pontífice la hoja de ruta de lo que queda de legislatura. Según ha podido confirmar LA RAZÓN, Bolaños habría compartido con el pontífice en los palacios apostólicos su deseo de acometer un plan de retoques a los acuerdos Iglesia-Estado. «No se trataría de una denuncia como tal –término del Derecho Internacional para una reforma integral– que abarcara la totalidad del marco de relaciones, sino más bien de un actualización quirúrgica de puntos concretos», explican a este diario quienes conocen de primera mano su posible alcance.

Teniendo en cuenta que, como mucho, quedan dos años ante los próximos comicios, fuentes eclesiales consideran complicado que se puedan tocar los cuatro acuerdos vigentes: cuestiones jurídicas, enseñanza y cultura, asistencia militar y asuntos económicos. Por eso, sería más que probable que se aborde como prioritario el régimen fiscal con la vista en dos impuestos -IBI e ICIO- por su rédito mediático para Moncloa, en tanto que se trasladaría a la ciudadanía como un triunfo que diócesis y congregaciones tributen por sus instalaciones con un fin lucrativo.

Lo cierto es que cada vez que se ha mencionado esta cuestión, los obispos, lejos de ofuscarse, se han mostrado dispuestos a negociar bajo una premisa: ni privilegios ni discriminación. O lo que es lo mismo, si Cáritas tiene que pagar impuestos por sus locales, que lo hagan también otras ONG, partidos y sindicatos, o que todos estén exentos por la ley de mecenazgo.

En cualquier caso, este cambio se debatiría en el marco de las comisiones bilaterales de trabajo que funcionan con fluidez y que se pusieron en marcha con la vicepresidenta Carmen Calvo. En lo formal, podría resolverse por un procedimiento jurídico relativamente sencillo a través de un canje de notas. Más complejo resulta abrir otro melón ansiado por el ala más laicista del PSOE que busca dar un vuelco al acuerdo educativo o modificar la atención pastoral al Ejército o el nombramiento del Arzobispado Castrense.

Más allá de los acuerdos Iglesia-Estado, como el propio Bolaños manifestó en rueda de prensa en la Embajada de España ante la Santa Sede, también conversó con Francisco de la necesidad de colaboración mutua para rastrear y acabar con los abusos sexuales, así como de la acogida española a los refugiados ucranianos.

En su comparecencia, el ministro colaboró en acabar con los rumores de una posible renuncia papal por su rodilla maltrecha: «Está absolutamente en forma para seguir con su pontificado». Además, presumió de «complicidad» y «cercanía» con el pontífice desde algunos «valores» compartidos con Moncloa: diálogo, solidaridad, ayudar a las personas con más dificultades… «Es inspirador para cualquiera», expuso.

Entre los regalos que Bolaños le llevó al Papa, se encontraban azafrán manchego, aceite jienense y plátanos de La Palma. Por su parte, el sucesor de Pedro compartió con el titular de la Presidencia sus principales documentos magisteriales.