"Ospa Eguna"

Madre del teniente agredido en Alsasua: «El odio de los abertzales no se castiga como debería»

Inmaculada Fuentes denuncia la campaña de acoso en País Vasco y Navarra contra las Fuerzas y Cuerpos de Seguridad del Estado. Hoy se espera en Alsasua el «Ospa Eguna» o «Día contra la Guardia Civil»

Inmaculada Fuentes, madre del teniente de la Guardia Civil agredido en Alsasua
Inmaculada Fuentes, madre del teniente de la Guardia Civil agredido en Alsasualarazon

En «La noche que cambió mi vida» (Samaruc), la madre del teniente de Alsasua agredido junto a un sargento y las parejas de ambos el 15 de octubre de 2016– relata todo lo que aconteció y lo que sintió desde que una llamada, de madrugada, irrumpió en la tranquilidad de su vida, comunicándoles la agresión que había sufrido su hijo, guardia civil. Hoy, continúa la campaña de acoso contra las Fuerzas y Cuerpos de Seguridad del Estado y hoy se espera el «Ospa Eguna» o «Día contra la Guardia Civil» en Alsasua.

-¿Qué quiere transmitir con este libro?

Son tres los motivos fundamentales por los que escribí el libro. El primero, dar a conocer a todas las personas que estén interesadas la verdad de lo que sucedió aquella noche de octubre de 2016 en Alsasua, cuando casi matan a nuestro hijo por ser guardia civil. Además de describir cómo lo vivimos en casa, aporto la objetividad de la sentencia para que no sea meramente mi versión de lo sucedido. La segunda; por una necesidad personal de sacar todo lo que me hervía dentro. Me ha resultado muy duro escribirlo, pero al mismo tiempo, ha sido liberador; he sentido un gran alivio después de expresar todos mis sentimientos. La tercera razón, es la de devolver, de alguna manera, la ayuda que recibimos por parte de algunas asociaciones, concretamente dos, que se presentaron como acusación particular (Colectivo de Víctimas de Terrorismo -Covite- y la Asociación Unificada de Guardias Civiles –AUGC-. Y la tercera que, la que se hizo cargo del rehabilitador personal que trató a nuestro hijo, para que hoy continúe ejerciendo su vocación: la asociación de antiguos alumnos de la Guardia Civil, cariñosamente conocida como «polillas». Para ellos, voy a donar -cuando se hagan efectivos todos los beneficios que me correspondan de este libro.

-¿Qué sintió las primeras horas al enterarse de la agresión?

Sentí terror, una angustia indescriptible, pensé que lo habían matado. Incertidumbre, necesitaba verlo, comprobar en qué estado se encontraba.

-Han pasado algo más de cinco años y en País Vasco y Navarra continúan las agresiones bien a la Ertzaintza, bien a hijos de políticos o a jóvenes políticos. ¿Cree que están más crecidos?

Es evidente. Las consecuencias de sus actos no siempre tienen la respuesta que sería deseable. La mayoría de las veces salen impunes o queda en una simple infracción o delito menor.El odio que esa gente destila es muy peligroso, y no se castiga como se debería, al igual que se hace cuando se ejerce contra otros colectivos, en estos casos la justicia es mucho más laxa.

-Las condenas que se les impuso a los agresores de Alsasua no les ha frenado a los abertzales para actuar de la misma forma. ¿Le sorprende?

Desgraciadamente no, no me sorprende sorprende en absoluto.Están educados en ese odio desde la cuna, creo que ni siquiera son capaces de comprender que lo que hacen se sale de lo normal. No pueden razonar con claridad si su mente está llena de quimeras.

-¿Qué fue lo más difícil de aquellos días?

Lo más difícil fue la incertidumbre de saber si nuestro hijo se recuperaría totalmente para poder seguir adelante con su vida y con su carrera. Tenía 24 años y comenzaba su vida profesional y personal. La recuperación fue larga y dolorosa, no era fácil.

-¿Y qué es lo que más le dolió?

Lo que más me dolió fue la falta de empatía y responsabilidad de ciertas personas que pretendieron tapar lo sucedido, como si aquello que ocurrió hubiese sido algo asumible.

-¿En qué momento decidió que no iba a odiarles –a los proetarraspara no equipar sus sentimientos a los de ellos?

No necesité decidirlo, el odio nunca ha estado presente en mí. Mis padres me enseñaron que el odio solo trae más odio, nada bueno sale de alguien que odia. Lo que yo siento es desprecio, el más absoluto de los desprecios hacia aquellos que no saben controlarse, que no saben vivir sin hacer daño, que pretender imponer su voluntad por encima de cualquier cosa y a cualquier precio, incluso de la vida de otra persona.

-Los grupos de jóvenes radicales se declaran defensores del feminismo, sin embargo, agredieron a dos mujeres y hace poco también a la amiga de Mikel Iturgaiz, además de hostigar a una mujer ertzaina.¿Le sorprende que desde Igualdad no se haya hecho, ni se hiciera entonces, una defensa?

Lamentablemente tampoco me sorprende. El partido al que pertenece –la ministra de Igualdad- se puso del lado de los agresores condenados. En ningún momento se interesaron por el estado de las dos chicas que fueron agredidas. No son feministas, no defienden a las mujeres, ni a sus derechos e intereses. Están vendiendo una imagen lamentable del feminismo que nada tiene que ver con lo que realmente sería ese movimiento. Muchas de las proclamas que se adjudican ya las consiguieron otras mujeres que sí hablaban por todas, y no solo por las que ellas consideran merecedoras de su atención. Las mujeres de algún cuerpo policial, o las parejas de ellos, no son dignas de su defensa, ¿es eso feminismo o sectarismo?

-¿Cree que se hizo justicia con la sentencia?

En mi opinión, solo en parte. Como explico en el libro, y se puede leer en la sentencia, ésta no fue unánime. Dos de los cinco magistrados emitieron un voto particular difiriendo de la opinión de los otros tres. Es cierto que se les condenó a ciertos años de prisión por diferentes delitos (que también explico), pero luego se les rebajó esa pena. Además, no se les condenó por terrorismo y en mi opinión personal, y como bien se explica en la sentencia, estaba perfectamente dentro de los parámetros para que así fuese. Creo que España, no se podía permitir un delito de terrorismo a estas alturas, cuando nos venden que ETA ya no existe, cuando quieren blanquear más de medio siglo de terror..., pero hay quién sigue sus pasos demasiado de cerca.

-¿Le preocupa que cuando todos estén en libertad, los agresores de Alsasua quieran vengarse?

No. Estoy segura de que ganas no les faltaran, pero creo que cometerían un error aún peor que el que cometieron dejándose llevar por la barbarie. No se arrepienten, pero no les interesa. Aun así, tendremos presente la máxima del Cuerpo: «Siempre prevenido, nunca atemorizado».

-Hace poco también acosaron al hijo de un político y Bildu, que nunca lo condena, determinó que él era el «provocador»... ¿Qué le parece?

En su línea. Nunca han condenado la violencia, al contrario, su discurso no varía, ellos son las víctimas y los demás los provocadores. Al parecer, para ellos, para quienes atemorizan, la provocación en muchas ocasiones, es simplemente que los demás estén vivos. Nada nuevo.

-¿Todos pudieron retomar sus vidas con normalidad? ¿Han pasado página?

Las peores condiciones para poder poder retomar «la normalidad», la tiene la familia de María José. El sargento y su mujer, hacen vida normal en otro destino. Nosotros también recuperamos nuestra vida, aunque bien es cierto que los recuerdos son imborrables, intentamos vivir en el presente y mirar al futuro con esperanza. Óscar acaba de ascender a capitán y eso nos enorgullece y alienta. Más que pasar página, me gusta pensar que, con la escritura de nuestra experiencia, he abierto un libro y cierro un capítulo.

-¿Hay algo que le preocupe ahora de todo lo ocurrido?

Mi preocupación es que se olvide, tanto nuestra experiencia como la de cientos de compañeros, y ciudadanos que sufrieron durante décadas el acoso de los intransigentes, de los violentos, de los que no saben vivir con las reglas del juego. Me preocupa también que se quiera hacer pasar por buenos y razonables a los que sembraron terror, odio, y dolor. Me preocupa que se sigan haciendo homenajes como si fuesen héroes a los asesinos cuando salen de prisión y vuelven a sus pueblos. Me preocupa que la clase política en general, no esté a la altura de los ciudadanos, que se faltan el respeto entre ellos y que nos lo faltan a todos los españoles.