Día de pleno
El CGPJ sienta las bases para negociar el Constitucional
Los vocales no hablarán de nombres y el presidente Carlos Lesmes convocará otro pleno solo cuando haya pacto
Los 18 vocales que componen actualmente el Consejo General del Poder Judicial (CGPJ) se sientan hoy junto al presidente, Carlos Lesmes, para iniciar la renovación del Tribunal Constitucional (TC). La negociación está lejos de un acuerdo con nombres de dos magistrados que vayan al tribunal de garantías (y se sumen a los dos que por turno toca decidir al Gobierno). A mucha distancia de la imposición del Ejecutivo que remendó la ley para que el plazo máximo se cumpliera este martes 13. Los vocales conservadores consideraron este «ultimátum» inadmisible y han pedido que se respeten sus tiempos, así que nadie da por hecho un acuerdo en este pleno extraordinario y las fuentes consultadas en el Poder Judicial señalan que solo se «sentarán las bases del juego». Lesmes volverá a convocar cuando haya pacto.
«La renovación se hará», aseguró ayer el presidente del CGPJ a todo el que preguntó en los corrillos posteriores al acto de apertura del año judicial. «La obligación del Consejo es conseguirlo», dijo, aunque asumió que «los procedimientos tienen plazos, pero a veces no se pueden cumplir».
El sector progresista no tiene fisuras en nombrar a los candidatos al TC y obedecer la ley que el Gobierno cambió el pasado mes de junio para que fueran posible solo estos nombramientos pero no ningún otro a la cúpula judicial mientras el CGPJ siga en funciones. Un «manoseo» de la ley, dicen desde el lado conservador, que atenta contra la propia Constitución. Así, se reunieron en una cena el miércoles por la noche para cerrar filas en torno a la postura que adoptar.
Ocho vocales del bloque conservador plantean que el Pleno para elegir a los dos magistrados del TC que corresponden al Consejo del Poder Judicial solo se convoque si hay acuerdo. Algo con lo que está de acuerdo Lesmes, que así lo puso de manifiesto a los periodistas tras el acto de apertura del año judicial. Es más, el presidente del Supremo precisó –después de amagar con una posible dimisión (si no se renueva el CGPJ o recupera sus competencias para hacer nombramientos)– que esa hipotética renuncia se produciría en todo caso con esa elección ya resuelta o al menos «encarrilada».
Pero para los vocales conservadores no solo es necesario que haya acuerdo, sino que también reclaman que si los candidatos (como parece) son elegidos entre magistrados del Tribunal Supremo, se garantice que esas vacantes serán cubiertas. Y es que el alto tribunal acumula ya 14 vacantes (serán veinte a final de año) al estar maniatado para efectuar nombramientos por estar en funciones. Un desaguisado que sería aún mayor si otros dos magistrados abandonan en TS rumbo al Tribunal Constitucional.
Para estos vocales también es importante que se fije con claridad el procedimiento de elección de los candidatos (que no está reglado), dado que esos nombramientos (a diferencia de lo que sucede con los que efectúan el Congreso y el Senado) sí son impugnables judicialmente.
Y, por último, y no menos importante, ese bloque conservador quiere que se «respeten los tiempos» del CGPJ, sin imponer plazos (el Gobierno fijó uno de tres meses que expira el martes). Y es que el nombramiento, avisan, «puede llevar tiempo». Con esas premisas, es improbable que hoy se plantee algún candidato. «Sería una torpeza. Solo serviría para desgastarlo», señalan.
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