Sale en libertad el proetarra Franco que intentó quemar vivos a dos ertzainas

Víctor Franco Martínez, condenado a a 22 años de prisión por el ataque con cócteles molotov a una patrulla de la Ertzaintza en Portugalete (Vizcaya) el 5 de agosto de 2001, ha salido en libertad de la prisión de Basauri. Es uno de los terroristas beneficiados por los traslados gracias al acuerdo entre el Gobierno y EhBildu.

Este individuo y otros cinco produjeron quemaduras graves a dos agentes de la policía autonómica vasca.

Uno de los ertzainas afectados relató en sede judicial que en la noche del 5 de agosto de 2001, se dirigía con su compañero hacia una caja de ahorros en el casco viejo de Portugalete, en la que se habían registrado diversos incidentes violentos.

«Al llegar al cruce del Cristo, vimos que faltaba una patrulla de la Policía Local, lo que nos pareció raro, y con el rabillo del ojo vi que había encapuchados a izquierda y derecha», agregó el otro agente.

Los policías intentaron «pasar desapercibidos», pero que, repentinamente, un individuo gritó: «¡Éstos, éstos, éstos!», y que comenzaron a escucharse ruidos similares a «explosiones de botellas de gaseosa» y que el coche empezó a arder. «Avanzamos hasta que mi compañero perdió el control del coche», continuó el ertzaina, que pudo salir del mismo y que recordó que ya en la calle «disparó al aire con el arma reglamentaria», pero que algunos encapuchados continuaron lanzando artefactos incendiarios.

Como consecuencia del ataque, ambos agentes resultaron quemados en un 10% y un 30% de sus cuerpos, respectivamente, y el coche policial quedó calcinado, registrándose además diversos desperfectos materiales en cuatro vehículos que estaban aparcados en los aledaños y en la sucursal de una caja de ahorros, informaron distintos medios en su momento.

Por otra paarte, Etxerat ha mostrado su “rechazo y desazón porque los derechos del preso Mikel San Argimiro (que ha sido devuelto a la cárcel por la Audiencia Nacional, como ha informado LA RAZÓN) han sido vulnerados, pero, sobre todo, porque el injusto bloqueo que mantiene la justicia española frente a los derechos de los presos se sitúa en una dirección contraria al deseo de la sociedad vasca”.