Cara a cara

Edmundo Bal se postula para liderar Ciudadanos y evidencia su ruptura con Arrimadas

El portavoz naranja en el Congreso asegura que “quiere liderar ese proyecto” aunque tenga que enfrentarse a la actual presidenta del partido

El vicesecretario general de Ciudadanos y portavoz de la formación naranja en el Congreso, Edmundo Bal, se ha postulado este viernes como candidato para liderar el partido. “A nadie se le escapa que nuestro partido, que Ciudadanos, vive momentos difíciles”, ha explicado a las puertas de la Cámara Baja, en clara alusión a su mala relación con la actual presidenta de Cs, Inés Arrimadas.

Ciudadanos celebrará primarias a principios de enero y, conforme a los documentos de refundación aprobados por la dirección del partido, apostará por un modelo de bicefalia con una persona encargada exclusivamente de la Secretaría General para llevar las riendas de la organización y otra distinta que será su cartel electoral. Arrimadas, precisamente, aspiraba a ocupar ese cartel electoral.

Y es en este proceso de “refundación” donde Bal ha querido centrarse para hacer un llamamiento a todos los que le apoyan en su partido, que son mayoría. Así ha instado a afrontar el proceso de refundación con trabajo y unidad. “Tenemos que salir todos unidos, todos más fuertes”, ha manifestado el portavoz naranja. Y es por eso que ha aseverado: “Quiero liderar ese proyecto”.

Cabe recordar que Bal, abogado del Estado, entró en política de la mano de Albert Rivera y ganó popularidad al ejercer la acusación contra los responsables del “procés” en el escrito de acusación. Bal defendía que había habido rebelión en los hechos cometidos durante octubre de 2017, pero quedó desautorizado por la abogada general, que limitó la acusación a sedición.

La situación interna dentro de la formación naranja es crítica. De hecho, internamente ya se palpaba esa ruptura que, según se hizo público, estalló cuando se vieron reflejados entre los partidos que habían dado el voto favorable para le ley del “solo sí es sí”. Con una cascada de agresores sexuales, pederastas y violadores viendo reducida sus condenas o, incluso, saliendo a la calle, Ciudadanos quedaba retratado como uno de los que dieron el “ok” a esa devastadora norma. La líder de Cs, Inés Arrimadas, según algunas fuentes, le pidió explicaciones a Bal sobre por qué no habría avisado de las inconsistencias jurídicas de la norma. Sin embargo, también hay una corriente que no cree que Bal, si tuvo la posibilidad de advertir de la falta de informes preceptivos y las consecuencias que tendría, no lo hiciera. Otros, sin embargo, aseguran que no se percató de la rebaja de las condenas que suponía la norma porque “se le coló”. Y por tanto, sería el responsable del posicionamiento del Grupo Ciudadanos al ser el que dirige la parte jurídica del partido.

En el seno de los equipos ya se ha podido intuir que esa ruptura era real a pesar de que otros trataban de restarle importancia.

Sea como fuera, el partido naranja que se halla en manos de una suerte de “milagro” refundacional para alcanzar la “resurrección” acumula desencantos ya internos dentro de las filas del partido y también para el electorado que les quedaba.

En Ciudadanos seguían con su proceso consultivo para organizar el partido que quiere la militancia y ya estaban en la fase de las conclusiones de donde salió la propuesta de convertir el partido en una bicefalia –algo que aún tendrá que ser votado en la asamblea- Los 2.000 afiliados que se han apuntado para participar en el proceso de refundación naranja respondieron a una encuesta donde se les preguntaba de todo. “No eran respuestas cómodas, eran preguntas donde se tienen que mojar”, apuntaron fuentes del partido. De ahí, Cs sacó una información “muy valiosa” sobre donde creen sus militantes y simpatizantes que tiene que estar el partido y el entorno político al que pueden aspirar, así como dónde creen que tienen que estar.

El proceso de refundación termina ya en las últimas semanas de diciembre con el fin de que se haya aprobado todo y vaya a la asamblea y sea la militancia quien ratifique los trabajos. Con esa “puesta a punto de partido liberal de España” buscan estar en condiciones óptimas los próximos meses para recuperar el espacio que han perdido.

Ahora, tras esta escenificación patente de ruptura entre Arrimadas y Bal queda por ver qué hará Begoña Villacís ya que se enfrenta a unas elecciones municipales con la responsabilidad de mantener las siglas naranjas en el Ayuntamiento de Madrid mientras, insiste en que no dejará a los naranjas.