Opinión

Los halcones populares

Se equivocará el PP si sigue con la campaña de cuestionar el funcionamiento del sistema. Lo hizo Casado con el discurso del Gobierno ilegítimo y repite error la dirección de Génova haciendo lo mismo con el TC

Es posible que, en mayo, la única ciudad grande en la que se termine imponiendo el PSOE sea Barcelona en caso de que, finalmente, logre desbancar a Colau, cosa que requiere un trámite.

En el caso de las autonomías, los socialistas se conforman con mantener los gobiernos actuales, mientras que los populares se frotan las manos ante la posibilidad de arañar algún bastión de la izquierda.

En Madrid, parece que Díaz Ayuso ha consolidado un amplio margen de ventaja y que lo único que anda en juego es si la segunda plaza la conservará Mónica García o conseguirá recuperarla el Partido Socialista. Si el liderazgo en la izquierda es del PSOE o de Mas Madrid, dependerá de un puñado de votos, mientras que la ventaja de Ayuso es de cientos de miles de papeletas.

Pero, estando así las cosas, el Partido Popular no lo tiene todo hecho ni mucho menos. Feijóo intenta el difícil equilibrio de mostrar un partido monolítico con discursos tan diferentes como el de Moreno en Andalucía y el de Díaz Ayuso en Madrid.

Ambas estrategias han sido acertadas en lo local para frenar a Vox, queda por ver si son compatibles entre sí para hacer lo mismo a nivel nacional. El riesgo de este tipo de operaciones es que exigen un alto grado de precisión, y eso es muy complicado porque en cualquier momento, puede pasarse de frenada.

Se equivocará el PP si sigue con la campaña de cuestionar el funcionamiento del sistema. Lo hizo Casado con el discurso del Gobierno ilegítimo y repite error la dirección de Génova haciendo lo mismo con el Tribunal Constitucional.

Vox seguirá esa senda, intentando incendiar la arena pública, pero PP y PSOE deben ser garantes del respeto al funcionamiento de las instituciones, aunque discrepen profundamente sobre las personas que deben representarlos.

No parece que la sociedad española esté en un clima similar al de EEUU con el trumpismo y el asalto a la Casa Blanca o al de Brasil, en el que los ultras de Bolsonaro han dado buena muestra de su desprecio a la Democracia. Sin embargo, la sensación de que la política está en las trincheras es generalizada.

Si Feijóo sucumbe por debilidad ante los halcones populares y se sube al caballo de la deslegitimación de las instituciones, de nada le servirán titulares como el fichaje de Borja Semper, además perderá la oportunidad de transitar por la moderación habrá desechado sus posibilidades electorales.