Fuerzas de Seguridad

Acosado incluso por los propios, el asesino de los guardias de Barbate no tenía otra salida que entregarse

Ha sido la labor de la UCO de la Guardia Civil, en una eficaz combinación de investigación y presión al entorno del fugitivo, la que ha logrado el final feliz de las pesquisas

No se puede hablar propiamente de una entrega pactada, porque nada se ha pactado, sino que el presunto autor del asesinato de dos guardias civiles en la rada de Barbate, al embestirles con la narcolancha que pilotaba, no tenía otra salida y todo ello gracias a la labor constante de la Unidad Central Operativa (UCO) de la Benemérita y la comandancia de Cádiz, que durante muchos meses ha desplegado todos sus medios hasta lograr el arresto final.

Según han informado a LA RAZÓN fuentes conocedoras del asunto, Karim El Baqqali, que había huido a Marruecos donde estaba escondido, se sentía presionado desde todos los sectores, incluso su propio entorno del narcotráfico. “Se había convertido en el “garbanzo negro” y un sujeto incómodo, porque una cosa es traficar con hachís o cocaína (que ha aumentado de forma exponencial) y otra arremeter contra los agentes de las Fuerzas de Seguridad españolas”, agregan.

Pese a a pertenecer a un clan, los “PusPus, dirigido por su tío, uno de los capos del narco en el país vecino, el hecho de haber presuntamente asesinado a los guardias civiles de Barbate le había convertido en un sujeto incómodo para la organización criminal. Esta situación habrá sido reconocida por este sujeto ante el juez que le ha enviado a prisión.

Esta circunstancia no fue obviada por los agentes de la UCO encargados de su captura que, junto con otros elementos no revelados, fueron tejiendo un panorama en torno a este individuo que le condujo, finalmente, por vías que tampoco ha sido facilitadas, a concretar un punto de cita con dichos agentes y entregarse, en concreto en la playa de la Hierbabuena de Barbate.

Resulta llamativo que cruzara el Estrecho solo en una embarcación para llegar a ese punto, por lo que no se descarta algún tipo de colaboración por parte de Marruecos, que le habría dejado marchar ya que, a la postre, también era una “patata caliente” para Rabat. Un asunto que enturbiaba las buenas relaciones existentes entre ambos países y no era cuestión que un “mindundi”, peligroso eso sí, pero irrelevante, se convirtiera en un estorbo en la buena marcha de dichas relaciones.

Por eso, insisten las fuentes consultadas, no se puede hablar de una entrega pactada, sino que Karim no tenía otra salida y lo sabía. Prolongar la situación en el tiempo, en el seno de organizaciones que no se andan con contemplaciones, podría, incluso, haber supuesto un peligro para su persona. Él mismo temía no sólo por él sino también por su familia.

Las mencionadas fuentes aseguraron que no se ha pactado nada con el arrestado y que su detención puede tener un efecto positivo añadido, ya que marca el camino a los otros tres implicados, para los que ya se han cursado órdenes internacionales de búsqueda y captura.

No es la primera vez que una labor combinada de investigación y presión sobre el entorno de una persona huida –lo saben muy bien en la Guardia Civil y la Policía-- conduce a que el fugitivo, al verse en un callejón sin salida, opte por acudir al acuartelamiento o comisaría de turno para presentarse voluntariamente.

Lo importante, en especial para los familiares de los guardias civiles asesinados y heridos en los trágicos hechos de Barbate, así como para sus compañeros del cuerpo, es que Karim está en manos de la Justicia española y que podrá ser sometido a un juicio con todas las garantías.

Sin la labor de la UCO y los agentes de Cádiz esto no habría sido posible. El que se viera obligado a fijar un punto de entrega es irrelevante ya que no se habrá producido sin una labor de meses de los agentes que lograron crear ese “cerco” en torno a Karim del que sabía sólo se podía salir por una puerta, la que ha escogido.