Yihadismo

La Audiencia juzga a un "lobo solitario" capacitado para atentar tras radicalizarse acumulando 4.335 archivos yihadistas

La Fiscalía pide para el supuesto islamista, detenido en Toledo en 2021 y que pudo haber adoctrinado a sus hijos gemelos, ocho años de prisión

Detenido en España un yihadista que poseía más de 60 manuales para la autocapacitación terrorista
El supuesto yihadista fue detenido en Santa Olalla (Toledo) en junio de 2021

Un supuesto yihadista detenido en Santa Olalla (Toledo) en junio de 2021 se sienta desde mañana en el banquillo de la Audiencia Nacional acusado de autoadoctrinamiento y enaltecimiento terroristas. La Fiscalía -que le define como un "actor solitario" que completó su proceso de radicalización "sin contactar con nadie" ni pedir ayuda externa, siendo capaz de formarse para la comisión de atentados terroristas- pide para K. K., de 51 años y nacionalidad marroquí, una condena de ocho años de prisión.

Los agentes intervinieron al acusado, entre otros efectos, 4.335 archivos de contenido yihadista almacenados en siete dispositivos, incluyendo manuales para la fabricación de explosivos, la comisión de atentados con armas blancas y de fuego y la elaboración de venenos y elementos químicos y bacteriológicos. Además, el Ministerio Público sospecha que pudo adoctrinar a sus hijos menores, que en la actualidad tienen 14 años, colocándoles al menos "en peligro" de "radicalización religiosa violenta".

En el escrito de conclusiones provisionales, el fiscal Miguel Ángel Carballo atribuye al supuesto yihadista -en prisión provisional desde el 28 de junio de 2021 y al que se denegó una petición de asilo (que ha recurrido), un proceso de radicalización que llevó a cabo a través de varios perfiles de la red social Facebook, en los que realizó "una clara labor de enaltecimiento público de los idearios yihadistas más radicales", alentando la yihad y dejando entrever en sus mensajes no solo que "pudiera estar en disposición de estar realizando los pasos necesarios para la elaboración de un atentado terrorista", sino que además estaba "dispuesto a cometerlo".

El acusado llevó a cabo una "profusa actividad" en la búsqueda de información sobre "electrónica, componentes eléctricos, armas, armerías, seguridad en redes sociales, preparación física, artes marciales, ideología yihadista y lobos solitarios", lo que según el representante del Ministerio Público denota "un estado de búsqueda de métodos y herramientas necesarias para capacitarse con la finalidad de llevar a cabo algún delito relacionado con el terrorismo".

Unas consultas "tan numerosas y constantes en el tiempo" buscando contenidos tan concretos, argumento, suponen "actos preparatorios individuales, con la intención finalista de ir dirigidas a perseguir los fines de las organizaciones terroristas yihadista y sus actos de martirio". Todo ello, añade, unido a la ingente cantidad de manuales terroristas encontrados en sus dispositivos sobre la forma de confeccionar armas, explosivos o venenos, le colocaban en una situación en la que "sin tener ningún tipo de conocimiento, puede fabricar un artefacto explosivo básico" con temporizadores o controles remoto gracias a esos manuales "perfectamente detallados".

Libros de matemáticas de sumas con armas

Para la Fiscalía, el acusado encaja de forma "fiel y literal" en el concepto de "actor solitario", al tratarse de una persona "que ha podido completar su proceso de radicalización/formación/acción sin acudir ni contactar con nadie, y sin la necesidad de solicitar ayuda" con el fin de "materializar su formación y radicalización en la comisión de delitos de terrorismo".

En definitiva, sostiene la Fiscalía, K.K. "difunde un mensaje terrorista, enalteciendo y apoyando públicamente a una organización terrorista así como a sus miembros e incitando a incorporarse" a la misma o a cometer atentados "a cualquier persona que lo lea".

En relación al posible adoctrinamiento de sus hijos menores, la Fiscalía reseña que el acusado les imponía "una severa educación", como han puesto de relieve conversaciones telefónicas en las que les recrimina "el más mínimo incumplimiento de las exigencias de la abstinencia en el periodo del Ramadán". Y aunque no se ha podido acreditar su expreso adoctrinamiento, puntualiza, "es evidente que les ha colocado, cuando menos, en peligro de tal de radicalización religiosa violenta".

Entre los archivos incautados al supuesto yihadista se encontraban libros de educación primaria y secundaria editados por el estado islámico "para la enseñanza de los niños bajo las bases de califato del Estado islámico" y alusivos al reclutamiento de niños para incluirles en las filas de la organización terrorista.

Además, almacenaba numerosos vídeos exaltando al Estado Islámico en los que se insta a cometer atentados, así como sobre el reclutamiento de muyahidines o adiestramiento de niños en la provincia de Raqa (Siria); vídeos escolares "imbuidos de sus doctrinas violentas", hasta el punto de que los ejemplos de sumas en la asignatura de matemáticas "se ejemplifican con imágenes de armas"; cánticos animando a la yihad; archivos sobre seguridad digital; homenajes a los mártires y adoctrinamiento fundamentalista religioso. Entre estos últimos archivos, figura un discurso proyihadista que afirma que "los soldados del califato" con los "mejores leones" del Estado Islámico. "Si atacan acaban con el perro. Si nos llaman a hacer la yihad, aterrorizamos al campo de batalla y llevamos a cabo la lucha".

Entre las imágenes intervenidas también figura un muyahidín "degollando brutalmente a un cautivo" mientras explica que "ese será el destino de todos los enemigos del islam" y la bandera negra del Estado Islámico "ondea en medio de la pantalla".