El personaje

Borja Sémper: bilingüe y rompedor

El diputado popular logró arrebatar la bandera del bilingüismo a la izquierda "sin hacer el canelo"

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Es una lástima que la anécdota haya empañado el todo. Atinada reflexión que hacen en la cúpula del PP a propósito de la intervención en euskera de Borja Sémper durante el bronco debate de las lenguas cooficiales en el Congreso. A pesar del revuelo mediático y político orquestado, el diputado vasco contaba con la autorización expresa de la dirección del partido, dado que días antes, según fuentes de Génova 13, se había entrevistado con el presidente Alberto Núñez Feijóo y la secretaria general, Cuca Gamarra. Ambos le dieron su aprobación a pronunciar unas palabras en euskera, que Sémper enmarcó "en la defensa de lo común y la diversidad de España". Lo que el diputado vasco pretendía, en sintonía con los máximos dirigentes del PP, era no pronunciar un discurso íntegro en vascuence, sino una introducción parcial que es lo permitido por el Reglamento de la Cámara Baja. "El PP ha dado siempre la batalla por el euskera en Madrid y en el Parlamento Vasco, y Borja Sémper logró desactivar los ataques de la oposición”, aseguran en la alta dirección del partido, que encuadran el asunto en una "pura anécdota".

Francisco de Borja Sémper Pascual es un político que no deja a nadie indiferente. Nacido en Irún, vasco de pura cepa, siempre ha sido brillante y rompedor, algo que quiso demostrar en el polémico debate sobre las lenguas cooficiales, donde la presidenta del Congreso, Francina Armengol, se saltó todas las normas establecidas y lo permitió antes de la pertinente aprobación del Reglamento parlamentario. "Contra un PP recalcitrante, por un bilingüismo amable", era la intención del diputado vasco, para quien "no hay nada nuevo" en esta discusión artificial y bien manipulada por las terminales de la izquierda. Para la dirección del PP la intervención de Borja estaba plenamente justificada, como lo demuestra que también al día siguiente ejerció de portavoz en el debate que aprobó finalmente la norma sobre el uso de las lenguas. Aunque algunos diputados del grupo popular calificaron sus palabras en euskera como "un error", máxime en un día en que se humillaba el castellano, tanto el dirigente vasco como la cúpula del partido observan justamente lo contrario. "Hizo lo que tenía que hacer sin retocar el Reglamento, con la defensa de un bilingüismo amable y el talante abierto del PP", insisten estas fuentes que dan por zanjada la polémica.

Frente a las críticas surgidas en el seno del grupo parlamentario, donde algunos denuncian cierta descoordinación, las fuentes consultadas son tajantes: "Nadie aquí toca un instrumento diferente", dice un alto cargo de Génova 13 en prueba de que bajo la dirección de Núñez Feijóo "todos tocan a una". Así, atribuyen estos movimientos a los posibles cambios que se avecinan el grupo popular una vez pase la investidura de Feijóo, prevista para los días 26 y 27 de septiembre. Mientras, en la dirección del partido preparan con esmero el gran acto de hoy domingo día 24 en Madrid contra una ley de amnistía y reiteran que Borja Sémper logró arrebatar la bandera del bilingüismo a la izquierda "sin hacer el canelo". Tras su abandono de la política y sus duros años en primera línea en Euskadi como portavoz en el Parlamento Vasco y la Presidencia del PP en Guipúzcoa, Alberto Núñez Feijóo le rescató para ser la voz y el rostro en la nueva etapa del partido. Para algunos es demasiado "progre" y para otros representa un ala moderna y abierta del nuevo PP. Lo cierto es que este irunés de 47 años, padre de cuatro hijos, liberal y atractivo, aterrizó en la era "feijoyista" como vicesecretario de Cultura y portavoz.

Licenciado en Derecho por la Universidad del País Vasco y en Gestión Pública por la de Navarra, se forjó en las Nuevas Generaciones de Guipúzcoa, donde tras el asesinato de Miguel Ángel Blanco en 1997 a manos de ETA, formó parte de la dirección del PP vasco junto a Antonio Basagoiti, Arantxa Quiroga e Iñaki Oyarzábal, plantando cara a la banda terrorista que intentó varias veces atentar contra su vida. En enero de 2020 dejó la política bastante desencantado del panorama, trabajó en una consultora y cultivó su faceta de escritor, entre cuyos libros destacan "Sin complejos" y "Maldito desamor". Moderno y abierto de talante en su vida personal, tiene cuatro hijos: Pablo, nacido de su primer matrimonio con María Azcárate; dos en común, Telmo y Eliot, con su actual pareja, la actriz Bárbara Goenaga, hija y nieta de una saga de artistas vascos, y un cuarto, Aran, aportado por esta de una anterior relación. Se conocieron un verano en San Sebastián y poco a poco surgió entre ambos un flechazo que consolidaron durante el concierto de "Love of Lesbian", en Vitoria, en 2104. Borja se define como "romántico y un auténtico padrazo". De hecho, a pesar de la apretada agenda ahora en Madrid, intenta siempre llevar a los niños al colegio y mantener con ellos una comida al día.

En la nueva etapa del PP, Núñez Feijóo le escogió como portavoz y vicesecretario de Cultura. Borja Mari, como le llaman en familia, escribe poesía, hace deporte, le encanta pasear en bicicleta y hacer surf en las aguas donostiarras de La Concha, donde era habitual verle con su hijo mayor, Pablo. Representa esa imagen joven y dialogante del centroderecha que repele al sector más conservador y enerva a la izquierda. Lo cierto es que Borja Sémper, que aprendió euskera desde la cuna y plantó cara al nacionalismo, no deja a nadie indiferente.