Terrorismo
La caricatura de los nuevos yihadistas en España: muy jóvenes, drogas y horas en Internet
Más del 65% de los menores que pasaron por la Audiencia Nacional lo hicieron por delitos relacionados con este terrorismo islámico
Los nuevos radicalizados en el yihadismo que aparecen en nuestro país son jóvenes que se hacen suyo el ideario de la guerra santa en nombre de Alá a través de las redes sociales y el resto de espacios virtuales.
La red es, como advierte la Memoria de 2024 de la Fiscalía General del Estado, uno de los principales "catalizadores", si no el fundamental, del proceso de radicalización de muchos menores en los postulados de la yihad islámica.
Los conflictos internacionales y las crisis políticas han tenido gran repercusión en la radicalización yihadista en nuestro país. De hecho, la mayoría de actos de terrorismo yihadista se produce en el mundo virtual.
El terrorismo islámico ha encontrado en los menores de edad un nicho para el desarrollo de su actividad. Su impulsividad, idealismo y necesidad de pertenencia a un colectivo los convierte en un blanco fácil para la propaganda extremista que se difunde a través de Internet, analiza el Ministerio Público en el documento.
Los grupos terroristas, se relata, utilizan evolucionadas técnicas para manipular a los menores, distorsionando su visión de la realidad y ofreciéndoles con sus doctrinas de la yihad islámica un falso sentido de la identidad y de tener un propósito en su vida.
La narrativa que les inoculan es simplista, atractiva y a través de ella les prometen un mundo idealizado donde podrán encontrar tanto la Justicia como la satisfacción personal que anhelan sentir, y muchos de ellos acaban cayendo en su intento de captación, tal y como expone la Memoria Fiscal.
En muchas ocasiones, estos comportamientos son resultado del abuso de sustancias estupefacientes y del alcohol, así como del experimentar una visión desigual y asimétrica del otro al que no se percibe como persona igual en derecho y obligaciones.
17 de los 26 menores de edad que pasaron por la Audiencia Nacional el año pasado lo hicieron por delitos de yihadismo.
Por tanto, más del 65% de los jóvenes que no tenían ni 18 años que pasaron por este tribunal tienen relación con esta tipología de terrorismo.
El 35 por ciento de todas las diligencias previas de la Fiscalía durante este año tuvieron que ver con el fenómeno terrorista, la mayoría de esta clase y los restantes referentes a los resquicios del etarra y de otros grupos minoritarios, siendo este un dato ligeramente superior al del año 2022, que fue del 34,98%.
El yihadismo es el único que representa una amenaza actualmente contra nuestra superior. "Los Cuerpos y Fuerzas de Seguridad del Estado, junto con jueces y fiscales, han logrado acabar con distintos fenómenos terroristas que tanto daño y dolor han causado: se ha conseguido anular a los Grapo, derrotar a ETA y termina con Resistencia Gallega. Actualmente, solo pervive el denominado terrorismo yihadista, que tiene sus propias características, sistemas de lucha y afrontamiento del problema, totalmente distintas a lo que conocíamos en el ámbito nacional", se puede leer en una parte de la Memoria cuando analiza la situación actual del terrorismo y sus precedentes más recientes.
La Fiscalía de la Audiencia Nacional (AN) se declara en su memorándum anual presentado a principios de este mes consciente del problema e insisten en que se deben valer de una serie de estrategias para prevenir la radicalización y el reclutamiento de menores y jóvenes en las redes de terrorismo islámico.
Estas son, principalmente, la coordinación y colaboración de los distintos cuerpos policiales para detectar y prevenir la radicalización de aquellos menores identificados como de riesgo.
Pero también continuar implantando, al mismo tiempo, técnicas para la reeducación y resocialización del menor y reforzar la intervención sobre ellos de psicólogos y educadores sociales que trabajen con menores radicalizados y aquellos que presentan un riesgo real de acabar siéndolo.
El papel del Ministerio Fiscal, entienden ellos mismo, no debe ser solo de persecución penal, sino que debe tomar parte activamente de las estrategias para la prevención de la radicalización y el reclutamiento de menores.
Una apuesta por un enfoque integral que combina la investigación y la persecución por la vía penal con la de carácter especializada que pasa por la sensibilización y formación entre los fiscales.
El horizonte está puesto en ser capaces de con un método de trabajo eficaz proteger a los menores del adoctrinamiento y, por ende, garantizar la seguridad de la ciudadanía española.
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