Parlament de Cataluña

Choque definitivo entre JxCat y ERC

Las fuerzas separatistas se enzarzan y provocan la suspensión del Pleno del Parlament.

Choque definitivo entre JxCat y ERC
Choque definitivo entre JxCat y ERClarazon

Las fuerzas separatistas se enzarzan y provocan la suspensión del Pleno del Parlament.

El independentismo implosionó ayer en el Parlament por las diferencias de criterio existentes entre Esquerra y Junts per Catalunya sobre cómo aplicar la suspensión de los seis diputados dictada por el Tribunal Supremo. El eje del conflicto vuelve a ser Carles Puigdemont: los republicanos apuestan por el relevo temporal de todos los dirigentes encausados, mientras que los neoconvergentes se niegan en redondo a sustituir al ex presidente de la Generalitat hasta el punto de plantearse un posible escenario de desobediencia. La fractura es tal que incluso parte de Junts per Catalunya no quiere ni oír hablar de desacato y se acerca más a los postulados de ERC por miedo a posibles represalias judiciales. Un choque en toda regla que ayer se evidenció en el Parlament en una jornada negra para el independentismo, repleta de acusaciones cruzadas y dobles versiones que se saldó con la desconvocatoria obligada del pleno y con la demostración palpable de la falta de acuerdo total en el independentismo. «Hoy [por ayer] se han roto claramente confianzas», resumió el portavoz republicano, Sergi Sabrià, quien acusó a los dirigentes afines a Carles Puigdemont de haber mentido acerca de la suspensión de los diputados encausados. En concreto, desde las filas neoconvergentes aseguran que el martes por la noche se alcanzó un acuerdo «al más alto nivel» con Esquerra para relevar a todos los diputados excepto a Carles Puigdemont, un extremo que desmienten desde el bando republicano. «Es gravísimo, han salido a mentir», lanzó Sabrià.

De hecho, ayer por la mañana el presidente del Parlament, Roger Torrent, presentó a la Mesa un acuerdo para sustituir de forma temporal –y reversible– a todos los diputados suspendidos por el juez Pablo Llarena incluido Carles Puigdemont, la propuesta de los letrados de la Cámara. El cisma se produjo entonces, cuando ERC votó a favor y Junts per Catalunya se dividió: el vicepresidente primero, Josep Costa,
–muy cercano a Puigdemont– votó en contra, mientras que Eusebi Campdepedrós se abstuvo. Un gesto que demuestra las discrepancias entre el círculo de afines al ex president y el ala más pragmática y cercana al PDeCAT, a quien Puigdemont ha lanzado una opa en toda regla con su nuevo movimiento, la Crida Nacional per la República.

El choque fue de tal magnitud que incluso el president Quim Torra y el vicepresidente Pere Aragonès (ERC) se reunieron de urgencia en el Parlament. De puertas hacia afuera, el objetivo de la cumbre era blindar al Ejecutivo catalán de las turbulencias parlamentarias, aunque algunas fuentes hablan de la posibilidad de que Puigdemont pueda llegar a plantear a Torra la expulsión de los republicanos del Govern.

«No aceptaremos nunca la sustitución de Puigdemont, para nosotros es una línea roja», advirtió el portavoz de JxCat, Albert Batet.