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Irrelevancia

Ciudadanos se prepara para su punto y final tras 18 años

Carrizosa podría ser quien eche el cierre al partido catalán que fue el azote al «procés»

El candidato de Cs a las elecciones catalanas, Carlos Carrizosa EUROPA PRESSEUROPAPRESS

No morir en la tierra que le vio nacer. Ese es el objetivo prioritario de un Ciudadanos que asiste a sus últimas horas y que acumula fracasos en cada cita electoral tras su borrado total del parlamento nacional. El partido con el que Albert Rivera logró irrumpir en el Parlament catalán con tres escaños en 2006 y después se convertiría en el azote del procés en 2017 con 36 diputados e Inés Arrimadas a la cabeza, hoy parece prepararse para despedir a sus seis únicos diputados, según apuntan todas las encuestas.

Casi 18 años después de nacer, la formación se resiste a echar el cierre definitivo y se ha desgañitado en campaña para volver a erigirse como único partido útil para frenar al independentismo y arremetiendo contra el PSC y al PP a los que ve pactando con Junts. A última hora, como única fórmula de supervivencia, el candidato naranja, Carlos Carrizosa, se abrió a apoyar al PSC –en campaña ha negado esa posibilidad–con la condición de entrar en el Govern sin formaciones independentistas. Un último intento a la desesperada, después de no quedar a nivel nacional ningún representante que luche por defender el espacio liberal y haber desaparecido ya del resto de comunidades y tan solo mantener otros seis en Europa, donde las encuestas no son favorables.

Por tanto, absorber los seis escaños y casi 158.000 votos naranjas es el tesoro al que aspiran en el PP pero también en el PSC. Es por eso que, el cinturón rojo de Barcelona ha sido el mayor transitado por los partidos, núcleo que tomó Cs en 2017. Todo apunta a que es el PP quien pesque con mayor acierto en el electorado naranja.

Los naranjas despidieron la campaña en la cárcel de Lledoners (Barcelona), donde sueñan que acabe Carles Puigdemont. «Aquí debería estar purgando los delitos que cometió», aseguró el dirigente. «Empezamos esta campaña yendo a Francia para recordarle a Puigdemont que él no es un exiliado, es un prófugo», proclamó ante la angustiosa espera de la jornada electoral y consciente de que puede convertirse en el «último» de Cs.

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