Política

Gobierno de España

Cuando Pedro y Pablo paseaban juntos por el Congreso

En un momento de plena tirantez y desconfianza mutua: Iglesias ya no es “socio preferente” para el Gobierno

Marzo de 2016, Pedro Sánchez y Pablo Iglesias llegan juntos al Congreso
Marzo de 2016, Pedro Sánchez y Pablo Iglesias llegan juntos al Congresolarazon

Mucho ha llovido desde esa foto. Ahora, tres años después, cada uno ha llegado a la Carrera de San Jerónimo por separado. En un momento de plena tirantez y desconfianza mutua: Iglesias ya no es “socio preferente” para el Gobierno.

Tres años y tres meses hace de la fotografía que ilustra este texto. En esas fechas, el entonces candidato a presentarse a la investidura, Pedro Sánchez, paseaba junto al líder de Podemos, Pablo Iglesias. Se enfilaban, en marzo de 2016, al Congreso de los Diputados para pactar un posible acuerdo que hiciera al primero presidente del Gobierno, y al segundo ministro de carteras de Estado. Esa foto no propició el gobierno socialista y desembocó en unas segundas elecciones debido al bloqueo de PP y Podemos en el Pleno del Congreso, pero sí desencadenó en una era de buena sintonía, reuniones, más fotografías y acuerdos puntuales en la Cámara Baja que, finalmente acabarían en una moción de censura para aupar al PSOE a La Moncloa en 2018.

En estos tres años, socialistas y morados han logrado solo ponerse de acuerdo en que para gobernar debían centrarse en desplazar a los partidos de derecha en el Congreso. Pablo Iglesias comprendió entonces que, aunque quería gobernar, solo podía hacerlo bajo las siglas de un gobierno de coalición y progresista, pues su poder electoral ha ido mermando desde que naciera el partido en 2015. Así durante todo este tiempo se ha tratado de erigir como única herramienta capaz de controlar al PSOE para que éste gobernara con medidas programáticas que aparecen en el programa de Podemos. Campaña electoral tras campaña (generales, autonómicas y municipales) ha tratado de transmitir a sus votantes de que sólo con Podemos en el Gobierno se materializarían los cambios sociales que el PSOE no era capaz de aplicar solo (según su argumentario). De hecho, un año antes, en 2018, Pablo Iglesias ha logrado arrancarle a Pedro Sánchez estas medidas sociales en el acuerdo de los Presupuestos Generales del Estado para 2019, como la subida del Salario Mínimo Interprofesional.

Hoy, sin embargo, cada uno ha llegado a la Carrera de San Jerónimo por separado. Señal inequívoca de la tensión y desencuentros que afloran entre ambos líderes desde que se sucedieran las elecciones, hace ya más de 40 días. En un momento de plena tirantez y desconfianza mutua: Iglesias ya no es “socio preferente” para el Gobierno, en palabras de la portavoz del Ejecutivo, Isabel Celáa. El Gobierno ha dejado claro que o “gobierna el PSOE o gobierna el PSOE”, en boca del presidente en funciones, porque rechaza de pleno un consejo de Ministros vigilado por el partido morado. Por su parte, Podemos no concibe otro escenario y exige un cuarto de las carteras ministeriales, dejando claro que Empleo y Hacienda son sus prioridades, y que no permitirá -como quieren los socialistas- nombres independientes (como guiño del PSOE a Iglesias) para darle el “sí” a Sánchez en la Investidura. Ambos partidos llegan sin echarle el freno al acelerador y continuarán seguramente hasta el último minuto, según aseguran fuentes cercanas a Podemos, el pulso que acabará o con un desbloqueo político o que hará pulsar el botón de la desconvocatoria de las Cortes Generales, y abocará a unas segundas elecciones.