Memoria Histórica

Cuelgamuros: llamada a no financiar a una "Iglesia cobarde"

La “tibieza” y el “abandono se pagan”, denuncia el Instituto de Política Social por la "rendición" ante los planes en el Valle de los Caídos

El Instituto de Política Social (IPSE), entidad que defiende “la familia, la vida, la libertad” y la “unidad de España", muestra su “máxima indignación y dolor tras la pasividad y el silencio de la Conferencia Episcopal Española (CEE) ante la desacralización de un Valle de los Caídos” que, en su opinión, “el Gobierno pretende convertir en un centro de memoria histórica ideologizado”.

En el contexto de la prevista resignificación de Cuelgamuros y ante el acuerdo entre la Iglesia y el Gobierno de Pedro Sánchez, no han faltado voces críticas ni convocatorias como las que los últimos domingos han desembocado en misas multitudinarias en la basílica pontificia.

Se han hecho notar en este caso Hazte Oír, pero no menos la ya veterana Asociación para la Defensa del Valle de los Caídos (ADVC), cuyo clamor a favor de una protección integral vía declaración de Bien de Interés Cultural viene de lejos.

En este escenario, el presidente del IPSE, Pablo Hertfelder García-Conde, califica la actitud de los obispos como una “rendición vergonzosa” y una “traición imperdonable a la fe y a la cruz”.

"Ataque a la identidad católica"

Desde el IPSE han “intentado sin éxito obtener una postura firme y clara por parte de la CEE, pero hasta el momento ningún obispo ha alzado la voz con contundencia contra este ataque a la identidad católica de España”, explican desde la entidad.

Por este motivo, creen que “el silencio de los obispos es la mayor de las vergüenzas. Han aceptado la profanación del Valle de los Caídos sin siquiera plantar cara. No han defendido ni la Basílica, ni la Cruz, ni a los monjes benedictinos que llevan años resistiendo en condiciones extremas”, denuncian estas fuentes. “Han permitido que el Gobierno pisotee un lugar sagrado y lo convierta en un instrumento de manipulación política”, apostilla Hertfelder.

El presidente del IPSE recuerda que el Valle de los Caídos “no es un monumento cualquiera, sino un lugar de reconciliación, de oración y de homenaje a todas las víctimas de la Guerra Civil”, pero “la Iglesia ha decidido mirar hacia otro lado mientras el Gobierno arrastra a la fe católica por el barro de la ideología sectaria”.

Pablo Hertfelder García-Conde, durante un acto reivindicativo del IPSE
Pablo Hertfelder García-Conde, durante un acto reivindicativo del IPSELa RazónLa Razón

Ante “esta absoluta dejación de funciones”, el IPSE anuncia que llamará “a todos los católicos de España a no marcar la X en la declaración de la renta a favor de la Iglesia”.

“Que se financien ellos solos. Han vendido la cruz por un puñado de lentejas. No podemos seguir financiando a una Iglesia que se deja pisotear por el poder político sin siquiera resistir”, sentencia el presidente del IPSE.

Hertfelder García-Conde no es un desconocido para la jerarquía de la Iglesia en España, pues la organización que preside presume de haber sido “altavoz clave para el cardenal de Madrid y expresidente de los obispos Rouco Varela”, y con relación “próxima a otros purpurados como Reig Plá, Munilla, Ureña Pastor y Martínez Camino.

"Cuerda tensada"

Sin embargo, “con la nueva deriva”, la “cuerda se ha tensado” y la organización conservadora “podría romper la relación institucional con la jerarquía actual de la Iglesia que encabeza Argüello”.

Dada la “gravedad” de la situación, el IPSE ha solicitado “una reunión urgente” con el presidente de la Conferencia Episcopal Española" para “exigir explicaciones y demandar una postura clara y contundente ante la desacralización” del Valle de los Caídos.

“Queremos saber por qué han decidido rendirse sin luchar. Queremos que den la cara ante los católicos que siguen creyendo en la Iglesia y en la defensa de los valores cristianos. No vamos a quedarnos de brazos cruzados mientras destruyen nuestra historia y nuestra fe”, asegura Hertfelder.

Desde el IPSE se espera que la Conferencia Episcopal “dé una respuesta clara y sin ambigüedades sobre su postura” ante “el avance de la agenda anticristiana del Gobierno”.