Política

El desafío independentista

Cuelgan el muñeco decapitado de un guardia civil en la Autónoma de Barcelona: «Que no quede ni uno»

La Generalitat obliga a policías y guardias civiles a cambiar el recorrido de su manifestación el sábado porque dice no poder «controlar con seguridad» a los colectivos que quieren boicotearla

Imagen del muñeco decapitado de un guardia civil, que apareció colgado en la fachada de la Universidad Autónoma de Barcelona
Imagen del muñeco decapitado de un guardia civil, que apareció colgado en la fachada de la Universidad Autónoma de Barcelonalarazon

La Generalitat obliga a policías y guardias civiles a cambiar el recorrido de su manifestación el sábado porque dice no poder «controlar con seguridad» a los colectivos que quieren boicotearla.

«Pim pam pum. Que no quede ni uno». Con este mensaje y el muñeco decapitado de un guardia civil, la Universidad Autónoma de Barcelona da la bienvenida a sus estudiantes y a todo aquel que se acerque por el campus. Es su particular manera de celebrar el aniversario del 1-O y de paso dar la razón a quienes denuncian el adoctrinamiento en las aulas catalanas.

Sobra decir que la estampa ha provocado reacciones de todo tipo y que sus defensores lo encuadran dentro de la «libertad de expresión». Para otros la amenaza, el sectarismo y la amenaza son más que evidentes en una imagen que no deja indiferente a nadie.

Cuarenta años de adoctrinamiento han hecho que nos enfrentemos a este tipo de situaciones, denuncian desde la Plataforma de Tabarnia, y se preguntan si es necesario que pase una «desgracia» para ponerle freno. Pero no son los únicos que se hacen esta pregunta. Bien por las denuncias que llegan a través de los padres o los propios alumnos, bien por los informes que delatan el servilismo de algunos centros escolares con la Generalitat, situaciones que antes nos parecían rocambolescas o impensables se convierten ahora en algo cotidiano en Cataluña. Y no por ello deja de ser denunciable.

Hay que señalar que ese suceso se produce justo antes del aniversario del 1-O y en plena polémica por el veto de los Mossos a una manifestación de policías y guardias civiles en Cataluña.

El pasado 30 de agosto desde Jusapol pidieron permiso a la Generalitat para manifestarse por la equiparación salarial de policías y guardias civiles con mossos y ertzainas. El recorrido arrancaría en la plaza de Sant Jaume para terminar en la plaza de Catalunya. Una marcha que incluía un acto de homenaje a los agentes que participaron en el 1-O del año pasado.

Tras advertir que a través de las redes sociales se estaba haciendo un llamamiento al boicot desde Jusapol exigen a Interior «medidas de seguridad y protección» que garanticen su derecho de manifestación.

El pasado 26 de septiembre, Interior les comunica que la plaza de Sant Jaume, a pesar de haber sido desalojada, aún continuaba ocupada por las personas que estaban presentes en el momento de la intervención y que con toda probabilidad se añadirán más personas como consecuencia de la intervención policial. Asimismo, admiten que diferentes colectivos favorables a la independencia de Cataluña están preparando y convocando acciones contra la manifestación comunicada por Jusapol. Y finalmente, informan de que el mismo día de la marcha se está convocando otra acampada en la plaza Sant Jaume.

Así las cosas, deciden cambiar el recorrido de la macha de policías y guardias civiles, en ningún caso la de los secesionistas, porque no se ven capaces de montar «un dispositivo policial adecuado que garantice la protección de los participantes en la manifestación y del resto de ciudadanos».

En definitiva, sin atender a las razones de Jusapol, la Generalitat dicta resolución firme en la que modifica el recorrido de su manifestación porque los colectivos que han anunciado el boicot no pueden ser controlados «con seguridad». Desde la Unió de Mossos per la Constitució han mostrado su apoyo a los agentes, que fueron los primeros en solicitar la autorización para su manifestación.