Estados Unidos
Los marines siguen incorporando unidades del vehículo anfibio de combate con el que sueña la Armada española
La semana pasada el cuerpo estadounidense recibía la primera unidad de la variante de Comando y Control, que permite un centro móvil para planificar operaciones en el espacio de batalla.
El fabricante BAE Systems ha entregado al Cuerpo de Marines de Estados Unidos la entrega la primera unidad del vehículo anfibio de combate en su variante de Comando y Control (Amphibious Combat Vehicle Command and Control, ACV-C en sus siglas en inglés) en virtud del contrato de producción a plena capacidad. El ACV-C proporcionará a los Marines un centro de comando móvil que permitirá el conocimiento situacional y la planificación de operaciones en el espacio de batalla.
El ACV-C proporciona verdadera capacidad anfibia en mar abierto y de envío a objetivos, movilidad terrestre, supervivencia y amplia capacidad de crecimiento y flexibilidad para incorporar y adaptar tecnologías futuras. A través de estudios anteriores con el Cuerpo de Marines, BAE Systems ha demostrado que el ACV es verdaderamente personalizable y tiene la capacidad de crecimiento incorporada para integrar tecnologías futuras de misión crítica, incluidas nuevas capacidades de gestión de batalla, comunicaciones avanzadas, gestión de focalización de múltiples dominios, sensores más allá de la línea de visión y equipos tripulados-no tripulados (Manned-Unmanned Teaming, MUM-T) con sistemas autónomos y no tripulados.
“Estamos encantados de poner esta capacidad crítica en manos de los Marines en el campo”, afirma Garrett Lacaillade, vicepresidente de la línea de productos de vehículos anfibios de BAE Systems. “A medida que los Marines comienzan a familiarizarse con el nuevo ACV-C, la compañía y nuestro socio estratégico Iveco Defence Vehicles estaremos preparados para satisfacer cualquiera de las necesidades críticas de combate anfibio del Cuerpo para garantizar que estén listos para cualquier misión”.
El Cuerpo de Marines y BAE Systems iniciaron la producción a plena capacidad del programa ACV con la adjudicación de un contrato en diciembre de 2020. Actualmente, dos de las cuatro variantes del ACV se encuentran en producción en las instalaciones de la empresa en York (Pensilvania): la variante de ACV para personal (ACV-P), que proporciona transporte para 13 infantes de marina cargados para el combate y tres tripulantes, y la nueva variante de ACV-C. Actualmente, se están fabricando vehículos de pruebas representativos de la producción (Production Representative Test Vehicles, PRTV) para el ACV de 30 mm (ACV-30). El ACV-30 está equipado con un sistema remoto de torreta de 30 mm que proporciona la letalidad y protección que los infantes de marina necesitan, a la vez que deja un amplio espacio para la capacidad de tropas y carga útil.
La cuarta variante por contrato, la variante de recuperación de ACV (ACV Recovery, ACV-R), completó recientemente la fase uno del proceso de diseño. BAE Systems entregará vehículos de prueba representativos de la producción en 2025. El ACV-R proporcionará soporte directo en el campo, mantenimiento y recuperación a la familia de vehículos ACV.
Por todos estos motivos, la Armada española también ha puesto puso sus ojos en este ACV, por el que también ha apostado la Marina de Guerra italiana, para sustituir a los actuales vehículos de asalto anfibio (AAV) de la Infantería de Marina. Este interés español lo dejó caer en un artículo publicado en la Revista General de Marina, el teniente coronel Miguel Hernández Suárez-Llanos, que hacía un análisis pormenorizado de las características del blindado de los Marines.
“La implantación del ACV como futuro VCI del batallón mecanizado de la Brigada de Infantería de Marina (Brimar) parece una solución muy razonable, tanto desde el punto de vista operativo como del logístico”, resalta el teniente coronel. El artículo parte de la premisa de que el retraso en la necesaria sustitución de los AAV, en la actualidad “congelada”, hace que este programa esté cada vez más cercano a “otro hito que será necesario en el medio plazo: la renovación de los vehículos de combate de Infantería (VCI) Piraña, que en 2028 comenzarán a cumplir el final de su ciclo de vida”. Y agrega: “Así, la cada vez mayor cercanía en el tiempo de ambas necesidades aconseja analizar la posibilidad de que sean atendidas de manera integral”.
Poco después, en la misma revista, los capitanes Juan Carlos Andrés Herrero y José María González Baena daban por hecho que serán estos los vehículos. "El ACV (Amphibious Combat Vehicle) será el relevo del AAV en los próximos años. Éste es un avance tecnológico enorme con respecto a su predecesor, incluyendo cambios considerables, como ruedas en vez de cadenas. Sin embargo, su capacidad de navegación es similar (12 millas náuticas a seis nudos) y la capacidad de transporte de personal se ha reducido casi a la mitad (13 personas)", explicaban.
La plataforma anfibia fue diseñada para crecer y adaptarse a las necesidades de la misión, permitiendo espacio para nuevas capacidades a medida que evoluciona la tecnología, como reconocimiento, guerra electrónica, antiaérea e integración de sistemas de aeronaves no tripuladas. Con su diseño modular, el ACV está listo para brindar a los infantes de marina de todo el mundo la flexibilidad para abordar roles de misión adicionales e integrar tecnologías futuras. Estamos ante una plataforma anfibia 8x8 real y sin concesiones, y cuenta con un sistema H-Drive probado para ofrecer tracción permanente en todas las ruedas tanto en tierra como en la zona de surf. Diseñado para ser excepcionalmente móvil, el ACV puede maniobrar en espacios reducidos y operar en cualquier terreno o entorno.
Tiene una longitud de 9,2 metros frente a los 7,4 del AAV actual, y 3,1 de manga, apenas 17 centímetros menos. Además de sus seis nudos de velocidad en mar abierto, en carreteras pavimentadas puede alcanzar los 105 kilómetros por hora y su autonomía en carretera es de hasta 523 kilómetros. Cuenta con un casco resistente a los golpes y asientos que absorben la energía, elementos clave del sistema de supervivencia del ACV que proporcionan una protección superior contra minas, dispositivos explosivos improvisados (improvised explosive device, IED), energía cinética (kinetic energy, KE) y protección aérea. También se incluye un sistema automático de supresión de incendios.
El ACV tiene una movilidad y maniobrabilidad (velocidad, autonomía y operación en pendiente) similar a la de otros VCI y una potencia relativamente elevada, sin exceder demasiado en peso y dimensiones, al tiempo que ofrece una “muy superior” capacidad de embarque de tropas, con 13 infantes frente a los ocho que alberga vehículos como el Piraña V. Asimismo, es una plataforma polivalente con una arquitectura de diseño abierta, capaz de llevar una torre de 30 mm para versiones de reconocimiento, como implementos de zapadores o actuar en operaciones ISR (Inteligencia, Vigilancia y Reconocimiento) junto con vehículos aéreos no tripulados.
"A falta de un estudio más detallado, un batallón de ACV con cuatro compañías de línea, una sección de reconocimiento, otra de zapadores, una de sanidad y los correspondientes elementos de mando, ISR (6) y recuperación, podría comprender entre 60 y 65 vehículos, lo cual no se aleja mucho de la suma de los 19 AAV y los 39 Piraña III actualmente en servicio, pero obteniendo una estructura orgánica homogénea y más completa”, decía el militar español. E insiste en que la unificación de los dos programas redundará en “una mayor prioridad” y “una mayor eficiencia y ahorro en el largo plazo”.
El presupuesto podría rondar entre los 350 y 400 millones de euros, muy lejos aún del resto de los principales grandes programas de armamento. Este importe es una estimación, resultado de asignar un precio medio por vehículo de alrededor de seis millones de euros. Sin embargo, por el momento, el Ministerio de Defensa no se ha pronunciado sobre la posibilidad de adquirir este vehículo.
“El nuevo diseño del ACV sobre una plataforma 8x8 combina las funcionalidades como vector anfibio con las de una plataforma de combate de infantería, lo que supone una oportunidad para la Infantería de Marina, que podría acometer la resolución de dos necesidades críticas de manera integral en un único programa (reponiendo tanto los AAV como los VCI Piraña con los nuevos ACV)”, concluye a modo de resumen el autor.
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