
Tránsito
Denuncian la "pesadilla" en los pasos fronterizos de Ceuta y Melilla
Mmarroquíes de las zonas próximas a las ciudades autónomas piden la supresión del visado

La "pesadilla" de los pasos fronterizos entre Melilla y Beni Enzar, así como entre Ceuta y Castillejos, continúa agravándose día tras día. Largas colas interminables de peatones y vehículos convierten cada cruce en un verdadera "infierno", como la describen irónicamente muchos de los afectados, según fuentes marroquíes.
. Esta situación, que se arrastra desde la reapertura de las fronteras tras la pandemia, puede alcanza niveles insoportables durante la "Operación Marhaba", el masivo tránsito anual de marroquíes residentes en Europa.
La raíz del problema es bien conocida, aunque pocos se atreven a decirlo abiertamente: La imposición del visado Schengen por parte de España a los residentes de las provincias de Nador y Tetuán. Esta exigencia ha transformado lo que antes era un cruce cotidiano y fluido en una odisea diaria, tanto para marroquíes como para los propios habitantes de Ceuta y Melilla, según las mismas fuentes.
"Paradójicamente, mientras políticos y sectores de la sociedad civil de ambas ciudades reclaman una “mejora” en las infraestructuras fronterizas y una “mayor fluidez en el tránsito”, evitan mencionar el verdadero obstáculo: el cierre parcial de los pasos y la aplicación del visado a los ciudadanos de dos provincias que históricamente han estado conectadas económica, cultural y socialmente con Ceuta y Melilla.
La hipocresía del discurso oficial es evidente. Mientras se multiplican las quejas y publicaciones en redes sociales sobre las interminables colas, pocos están dispuestos a dar el paso necesario: salir a las calles y exigir colectivamente la eliminación del visado. Sin una presión social y política sostenida, toda queja será estéril y todo endurecimiento de las condiciones fronterizas, legalmente justificable", agregan.
De hecho, las autoridades españolas argumentan que la imposición del visado es una medida de control legítima, en línea con la normativa europea, especialmente en un contexto de creciente preocupación por la seguridad y la inmigración irregular. "Sin embargo, este argumento no justifica la humillación diaria a la que se somete a miles de personas que dependen del paso fronterizo para trabajar, estudiar o simplemente mantener lazos familiares", subrayan.
"La solución existe, pero requiere voluntad política real y presión ciudadana auténtica. Abrir los pasos fronterizos cerrados, eliminar la exigencia de visado para los residentes de Nador y Tetuán, y restablecer un régimen de tránsito humano y digno son pasos indispensables para normalizar la vida en estas zonas.
Hasta entonces, el infierno de los pasos fronterizos seguirá siendo una vergüenza compartida, silenciada por muchos y sufrida por todos", concluyen.
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