Crisis
Desconcierto en Sumar por la gestión de Yolanda Díaz sobre su dimisión
Elegirá hoy al grupo que liderará el partido hasta que culmine la reflexión que dará luz a un nuevo liderazgo, algunas voces trataron de convencerla, sin éxito, para que ralentizara su salida
La sensación es que no hay un «plan B» y toca trazarlo a toda prisa, según se desprendía ayer de la actitud de parte del grupo parlamentario de Sumar, aunque, la realidad es que en la fontanería del partido hay una dirección clara. La salida (o no) de Yolanda Díaz como coordinadora general de Sumar ha desestabilizado totalmente a un partido que estaba en continuo proceso de construcción y que, ahora, tras el ciclo electoral prometía cimentarse. Tras el 9J vuelve a darse un paso atrás y se asoma a una interinidad.
Ayer, la sensación en el grupo parlamentario de Sumar era la de desconcierto ante lo que habían vivido entre el lunes y el martes. De comunicar la también ministra de Trabajo que dejaba sus cargos orgánicos dentro de Sumar el lunes pasado el mediodía a, un día después, enmendarse a sí misma y anunciar –en tercera persona– que «Yolanda Díaz no se va, se queda». Una nueva explicación de su dimisión que generó incomprensión entre los suyos al no entender sí, finalmente, Yolanda Díaz se queda dentro de Sumar o se va. Lo único claro que tienen, dicen fuentes del partido, es que sí seguirá como vicepresidenta. En el partido se denota malestar ante el «desastre comunicativo» que Díaz demostró este martes con su no dimisión, la cuál, a su vez, causó indignación entre los suyos y los partidos aliados, que ya empezaban a prepararse para el debate sucesorio mientras que la vicepresidenta anunciaba que continuaría dentro de la Ejecutiva de Sumar. Tal es el nivel de caos dentro del grupo parlamentario que algunas fuentes reconocen que «nada ni nadie entiende nada». Otros reconocen que Díaz debería haber sido más clara y tomar decisiones tajantes: «o te quedas o te vas, las medias tintas no traerán nada bueno», vaticina un socio de la coalición en el Congreso.
Sin embargo, en el partido, fuentes muy cercanas a Díaz explican que ese «desastre comunicativo» tenía la razón en la inmediatez del anuncio de Díaz de este lunes, quien comunicó a su núcleo duro la decisión el domingo con una reunión en el Ministerio de Trabajo nada más conocer los resultados. Una cita en la que estaban presentes, el secretario de Estado de Trabajo, Joaquín Pérez Rey, la jefa de Gabinete de la vicepresidenta, Virginia Uzal, el ministro de Cultura y portavoz de Sumar, Ernest Urtasun y la secretaria de Organización, Lara Hernández. Díaz ya tenía la decisión tomada de antemano y la debacle en las elecciones europeas solo aceleró el proceso, explican las citadas fuentes, que aseguran que algunas voces trataron de convencerla para que continuara o para que, al menos, retrasara su marcha para preparar el partido para la crisis y su gestión. No hubo manera de convencerla dicen, puesto que cuando la vicepresidenta toma una decisión no hay marcha atrás, dicen. La vicepresidenta había tenido muy presente en ese momento los sucesos que ocurrían mientras en Europa, la convocatoria de elecciones anticipadas en Francia por el fracaso electoral o la dimisión del primer ministro belga, Alexander De Croo, también por sus malos resultados.
A partir de ahí, horas de trabajo para preparar las causas de la debacle y convocar una ejecutiva al día siguiente que se demoró más de lo previsto y desembocó en una comparecencia de la vicepresidenta apresurada en la que anunciaba que dejaba sus cargos orgánicos, pero en la que no explicaba lo que un día después tuvo que matizar ante el «temor», dicen estas fuentes, que había supuesto la dimisión de Díaz. Fue entonces cuando la vicepresidenta pronunció el errático «Yolanda no se va, se queda», y donde proclamó que continuaría como coordinadora en el Gobierno de sus ministros, presidenta del Grupo Parlamentario y en la Ejecutiva. En esta dirección, explican fuentes cercanas a Díaz, ésta será una más, mera «vocal» o «invitada» en su calidad de vicepresidenta.
Ayer, la tónica general en el Congreso fue precisamente la de tratar a la carrera de trabajar en lo que se producirá hoy, la sucesión de Díaz en el cargo, aunque hay fuentes de Sumar que rebajan al máximo cualquier proceso sucesorio inmediato, mientras otras, explican, sí será así. Y es que, la vicepresidenta estuvo reunida hasta pasado el medio día con su núcleo duro. Encuentros que si bien la vicepresidenta se ocupó de que fueran conocidos por los periodistas –en una sala contigua al Hemiciclo– después los protagonistas evitaron dar ningún detalle.
En lo inmediato, Díaz tendrá tres momentos protagonistas. Hoy, el partido elegirá una nueva coordinadora que ratificará la propuesta ya cerrada por la vicepresidenta y su equipo. Después, reunirá a los partidos que la apoyan –Más Madrid, IU, Compromís, Cha o Més– con el objetivo de comunicar su decisión. Por último, citará a su grupo parlamentario. Actos de cortesía, explican.
De la reunión del grupo coordinador de hoy saldrán elegidos un grupo de personas –se descartan perfiles altamente conocidos– que se encargarán de dirigir el partido durante el proceso de reflexión por lo que se prevé un liderazgo interino. Este grupo pilotará el análisis de por qué los electores han perdido la confianza en los partidos de la izquierda alternativa, en un contexto en el que las opciones de derecha y ultraderecha han tomado auge en España, y, a la vez, reflexionar sobre el futuro de la coalición de partidos de izquierda. Después, habrá un calendario de objetivos electorales, con la mirada puesta en las elecciones municipales y autonómicas de 2027, así como un programa electoral. «Cuando la casa esté ordenada», explican fuentes cercanas a Díaz, habrá un debate y designación del nuevo liderazgo político.
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