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Extremo centro

Las dos españitas

No soy el único que vive en una montaña rusa emocional

El presidente del Gobierno, Pedro Sánchez FERNANDO CALVO / MONCLOA PALACE / HANDOUTEFE

La verdad es que oscilo entre los ánimos de dos españitas. El primero es el que trata a Ábalos como un delincuente merecedor de escarnio. En el segundo le veo como un ser humano de fragilidad infinita, merecedor de nuestra compasión. Los días en que se descuelga con historietas de tramposo sobre audios en los que no se reconoce oscilo hacia la primera versión. A la segunda se va mi ánimo cuando parece que va a entrar a matar y confesar todo lo que sucedió en ese PSOE que montaron cargo a cargo entre Santos, Sánchez y él.

No soy el único español que vive en una montaña rusa emocional. El «sanchismo» es un colectivo emotivista que no tiene intención alguna de reducir la velocidad. La semana pasada, Famélico Sánchez dejó descolocados a los sanchistas, que dejaron claro que quieren a su perro dando de mamar. Y este finde su perro ha decidido que los suyos le van a tener en combi completa: moñecos y zascas. Y como le dejes de aquí a 2027, declara el estado de excepción.

Es ver el tuit publicado por el presidente y me pregunto qué grado de responsabilidad hemos tenido los milenial en esta conversación pública degradada. Parece adecuado pedir perdón a los españoles por haber participado en la renovación de los códigos de comunicación que traía la nueva política. Queríamos entrar a los espacios de la corte y, como Atila y los hunos, vaya si lo hicimos. No pudimos tener otro frontón sobre el que exhibir el juego de zascas que unos partidos convencionales que estaban a otra cosa. Lo más sexy que tenían para ofrecer a las televisiones eran Rajoy y Javier Fernández.

Han pasado los años. Los zascas cada vez hacen menos gracia y suenan peor. Sin embargo, el gallego hizo hace unos días el Camino de Santiago. Haciéndose fotos con los chavales, tranquilo y a su bola. Del asturiano no sé dónde anda, pero estoy seguro que siente una razonable satisfacción al ver que todo lo que señalaba sobre Pedro Sánchez era verdad. Me gustaría dejar por escrito que siempre he agradecido que en la primera elección responsable que hicimos en UPyD, Nacho Prendes hiciera recaer en Fernández la Presidencia de Asturias. Supongo que la política que merece la pena solo despliega sus efectos con el tiempo como intérprete.