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Carmen Calvo

El titular del panteón familiar es el Ministerio de Calvo

El Ayuntamiento de Madrid será la administración responsable de reforzar la seguridad de este camposanto en el caso de que Franco sea inhumado allí, aunque el suelo de la cripta es de Patrimonio Nacional.

El panteón de los Franco en El Pardo en el que está enterrada Carmen Polo
El panteón de los Franco en El Pardo en el que está enterrada Carmen Pololarazon

El Ayuntamiento de Madrid será la administración responsable de reforzar la seguridad de este camposanto en el caso de que Franco sea inhumado allí, aunque el suelo de la cripta es de Patrimonio Nacional.

En la respuesta que remitieron al Gobierno de Sánchez, los nietos de Franco ya dejaron claro que, en el caso de concretarse la exhumación, sólo contemplan el traslado de sus restos a La Almudena. Antes de que la familia pusiera a Moncloa entre la espada y la pared con la propuesta de inhumación del dictador en la catedral madrileña, la solución más factible pasaba por el cementerio de Mingorrubio, situado en el distrito de Fuencarral-El Pardo, en el norte de la capital. Allí fue enterrada en 1988 Carmen Polo, la mujer de Francisco Franco.

El cementerio de El Pardo es de titularidad municipal. Su gestión ha sido recientemente asumida por completo por el Gobierno de Manuela Carmena, después de que el consistorio remunicipalizara el control de todos los camposantos públicos a través de la creación de una empresa. Por tanto, un eventual traslado del cuerpo de Franco a Mingorrubio introduciría en la ecuación a un actor que, hasta ahora, había estado al margen de la polémica: el Ayuntamiento de Madrid. Fuentes del Ejecutivo de Carmena, sin embargo, despejan el balón. Explican desde el consistorio que, efectivamente, el cementerio municipal es una instalación de su competencia pero aclaran que el terreno concreto en el que los Franco erigieron la cripta en la que descansan los restos de Carmen Polo son de titularidad de Patrimonio Nacional, o lo que es lo mismo, del Ministerio de la Presidencia, cuya responsable es la vicepresidenta Carmen Calvo. A mediados del pasado siglo, Mingorrubio comenzó a quedarse pequeño y el cementerio fue ampliado. Los terrenos incorporados pertenecían a una parcela de Patrimonio Nacional, extremo que no se alteró. Esto, a su vez, propició que en 1969, cuando los Franco decidieron levantar allí su panteón, el suelo sobre el que se erigió siguiera dependiendo de Patrimonio Nacional. Por ello, desde el consistorio insisten en que cualquier detalle en torno a una posible autorización o denegación para que Franco sea inhumado en este cementerio requiera del dictamen del Ejecutivo socialista y no del Gobierno de Carmena. Cuestión diferente son los detalles relativos al mantenimiento y a la seguridad del panteón privado. Estos aspectos sí son competencia municipal. De momento, sin embargo, el Gobierno de Carmena no ha realizado un estudio o valoración del coste que podría implicar un refuerzo de las medidas de protección en este camposanto si los restos de Franco son trasladados a este punto del distrito de Fuencarral-El Pardo. La amenaza ante posibles actos vandálicos parece evidente y una inhumación de la entidad de la del dictador obligaría al Ayuntamiento a replantear el protocolo de seguridad del cementerio. En el Palacio de Cibeles, sin embargo, son conscientes del frontal rechazo de los nietos de Franco a poner, al menos de momento, la «opción Mingorrubio» sobre el tablero de las negociaciones con el Gobierno de Sánchez. Ni desde la familia ni desde Moncloa ni desde la Iglesia se han puesto en contacto con el Ayuntamiento para sondear un posible refuerzo de la seguridad en este cementerio. De ahí, que el consistorio no se haya anticipado a un escenario que, actualmente, ve poco viable.

En el Presupuesto municipal de 2018, el Gobierno de Carmena incluyó una partida de 200.000 euros para mejorar las instalaciones del cementerio de El Pardo. Necesita una actualización, pero fuentes cercanas a esta instalación aseguran que no es, ni de lejos, de los camposantos municipales que se encuentran en peor estado. Sea como fuere, el crédito para efectuar estas reformas –como las del resto de cementerios– fue paralizado poco antes del inicio del verano.