Política

Elecciones europeas: el trampolín con el que Pablo Iglesias soñó asaltar Moncloa

Hace 10 años, los comicios fueron el trampolín para Podemos, que sorprendió a todos con 5 escaños al grito de “vamos a acabar con la casta”

PAPELETA ELECTORAL DE PODEMOS Y PABLO IGLESIAS EN LAS ELECCIONES AL PARLAMENTO EUROPEO 2014
PAPELETA ELECTORAL DE PODEMOS Y PABLO IGLESIAS EN LAS ELECCIONES AL PARLAMENTO EUROPEO 2014 La Razón

Las elecciones europeas suelen ser un trampolín para nuevos partidos y también un desahogo para aquellos electores que en las generales, autonómicas y municipales votan a los grandes partidos con la cabeza (y la nariz tapada) y en los comicios europeos votan con el corazón.

Lo saben bien, por ejemplo, los impulsores de Izquierda Española, que quieren debutar como alternativa al PSOE en los comicios del mes de junio, y lo pudieron comprobar otros muchos partidos alternativos al bipartidismo, desde Podemos y Ciudadanos hasta candidatos como el empresario José María Ruiz-Mateos.

Y si hay unas elecciones en las que las sorpresas son posibles son precisamente estas. El mes de junio, cuando los españoles vuelvan a votar para el Parlamento europeo, se cumplirán precisamente 10 años de la sorprendente irrupción de ese partido llamado Podemos liderado por un tal Pablo Iglesias, un profesor de universidad asiduo a las tertulias.

En aquellos comicios de 2014 (en los que, por cierto, Ciudadanos logró dos actas) la candidatura liderada por Pablo Iglesias sorprendió a todos y se hizo con cinco diputados, un resultado que no había previsto ninguna encuesta y que inauguró la era del final del bipartidismo. 

La promesa de "acabar con las casta"

Aquella noche electoral los españoles empezaron a conocer a ese líder que había conseguido un millón de votos (la cuarta lista más votada) y que prometía “acabar con la casta”. Una década después, del partido morado no quedan más que los restos y la mayoría de los líderes que acompañaron a Iglesias están fuera del partido o de la política.

Al grito de “Sí, podemos” y “Sí, se puede”, un puñado de fieles jaleó a un exultante líder de Podemos en la modesta sede del partido en el barrio madrileño de Lavapiés. Y Pablo Iglesias respondió con una serie de promesas que sonaban muy bien, como “acabar con la casta”, reducir el sueldo de los eurodiputados o conseguir que España “deje de ser una colonia de Alemania”.

Un simple vistazo a los diputados que acompañaron a Iglesias en ese quinteto vencedor demuestra hasta qué punto ha pasado el tiempo para la formación morada: como número 2 iba Teresa Rodríguez, ahora líder de Adelante Andalucía, y que acabó saliendo de la formación peleada con todos sus líderes.

Solo un hizo carrera en Europa

Como número 3 iba Carlos Jiménez Villarejo, exfiscal anticorrupción que renunció muy pronto a su acta. Como número 4, Lola Sánchez Caldentey, que también salió escaldada del partido. Y como 5, Pablo Echenique, igualmente fuera de la política. El propio Iglesias renunció pronto a su escaño para lanzarse a la política nacional.

Diez años después de aquel “asalto a los cielos” no queda casi nada de Podemos. Para la formación morada, los comicios del mes de junio se presentan de forma muy diferente.