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España niega quejas de EE UU por retirar la fragata

Exteriores dice que desde la Embajada española en Washington se avisó al Gobierno de Trump.

Imagen de la fragata Méndez Núñez
Imagen de la fragata Méndez Núñezlarazon

Exteriores dice que desde la Embajada española en Washington se avisó al Gobierno de Trump.

Mientras el Gobierno de España asegura que no ha recibido ninguna queja formal de Washington por la retirada de la fragata «Méndez Núñez» del grupo de combate del portaaviones «Abraham Lincoln» en el Golfo Pérsico, el Ejecutivo de Estados Unidos todavía no ha dado ninguna respuesta oficial –ni buena ni mala– a la decisión de nuestro país de «interrumpir temporalmente el despliegue» del buque español. Las únicas palabras al respecto fueron las de una portavoz del Pentágono, que valoró las «fuertes relaciones militares» con nuestro país. Nada más. Es la realidad, en forma de silencio, detrás de lo que unos han considerado un desplante más de España a Estados Unidos y otros, como una reacción lógica tras la escalada de tensión entre EE UU e Irán y que podría comprometer a la Armada española.

De momento, el Ejecutivo español mantiene la línea que marcó la ministra de Defensa en funciones, Margarita Robles, de que lo ocurrido no es una decisión política, sino «técnica», y que se trata de una «separación temporal» de la fragata al haber cambiado Estados Unidos el plan de despliegue inicial, al tiempo que negó reproches por parte de la Administración Trump.

Así, según explicaron desde el Departamento que dirige Josep Borrell, ni Exteriores ni el Gobierno han recibido ninguna «queja formal» de EE UU por esta retirada. Y añadieron que el martes, además de una conversación entre personal de esta cartera y de la Embajada estadounidense en Madrid, se produjo otra entre la Embajada española en Washington y la Administración americana, informa Efe. Pero ninguna explicación sobre cómo y en qué términos se produjo realmente el aviso a las autoridades militares o gubernamentales estadounidenses. Un aviso que, como mínimo, debía haberse producido el lunes, cuando se decidió que la «Méndez Núñez» no continuaría escoltando al «Abraham Lincoln» por el estrecho de Ormuz hacia el Golfo Pérsico, algo que, sin embargo, sí que estaba previsto en el plan inicial. Eso sí, en ese manifiesto de intenciones no se preveía esa escalada de la tensión ni el envío de EE UU de bombarderos, más buques y baterías de misiles a la zona.

Eso en lo que se refiere a las valoraciones desde España, porque en Estados Unidos no se ha producido ninguna reacción al respecto, al menos oficial, y solo están esas palabras de la portavoz del Pentágono, Rebecca Rebarich: «Valoramos la fuerte relación militar con nuestros aliados españoles».

Y mientras llegan más reacciones o novedades, la fragata española, de la clase «Álvaro de Bazán», continuaba ayer su tránsito hacia el puerto de Bombay (India), donde aguardará hasta que se conozca si el Grupo de Combate de EE UU sale del Golfo Pérsico para continuar con el plan previsto. Tal y como confirmaron fuentes de la Armada, se estaban realizando los trámites para la escala del buque español, que aprovechará para realizar labores de mantenimiento y para que los 215 efectivos de su tripulación voten por correo en las elecciones del próximo día 26.

Si finalmente el portaaviones estadounidense y los destructores que lo acompañan abandonan el Golfo, el buque español se reengancharía y seguirían la ruta planeada. Una ruta que incluye otra zona caliente, como es el Mar de China, donde la tensión entre Washington y Beijing ha aumentado por el reciente conflicto comercial. Allí también están planificadas una serie de maniobras con armadas de otros países. De ahí navegarán por el Pacífico hasta San Diego, donde la fragata se separará del grupo de combate para, en solitario, cruzar el Canal de Panamá y regresar a Ferrol, completando así la vuelta al mundo.

De no reengancharse, se incorporaría a la «operación Atalanta» en el Índico, donde se encuentra la fragata «Navarra», que ejerce el mando de la Fuerza Naval europea hasta agosto.