Elecciones

Feijóo será el "candidato en la sombra" en las elecciones en Cataluña y País Vasco

El líder del PP debe medir hasta dónde expresa su sensibilidad territorial para evitar que ese mensaje se vuelva en su contra

El líder del PP, Alberto Núñez Feijóo; la secretaria general del PP, Cuca Gamarra; el expresidente del Gobierno Mariano Rajoy, y el presidente de la ACdP y de la Fundación Universitaria San Pablo CEU, Alfonso Bullón de Mendoza asisten al homenaje al político Eugenio Nasarre, fallecido el pasado mes de enero, en un acto celebrado este lunes en la Universidad CEU San Pablo de Madrid © Alberto R. Roldán / Diario La Razón. 18 03 2024
El líder del PP, Alberto Núñez Feijóo; la secretaria general del PP, Cuca Gamarra; el expresidente del Gobierno Mariano Rajoy, y el presidente de la ACdP y de la Fundación Universitaria San Pablo CEU, Alfonso Bullón de Mendoza asisten al homenaje al político Eugenio Nasarre, fallecido el pasado mes de enero, en un acto celebrado este lunes en la Universidad CEU San Pablo de Madrid © Alberto R. Roldán / Diario La Razón. 18 03 2024© Alberto R. Roldán La Razón

El adelanto por sorpresa de las elecciones en Cataluña acorta el margen de la dirección del Partido Popular para activar en esa comunidad autónoma un congreso regional de cambio. Esa es la idea con la que el equipo de Alberto Núñez Feijóo aterrizó en Madrid cuando llegó a la Presidencia del partido, pero de la misma manera que resolvió esa renovación con diligencia en el País Vasco, en Cataluña, sin embargo, el tiempo se les ha echado encima y juega como un factor a favor de su actual líder regional, Alejandro Fernández, que siempre ha mostrado sus resistencias a dar un paso al lado.

La negociación con Ciudadanos para ir de la mano en estas elecciones catalanas del próximo mes de mayo es otro factor que se cruza en los planes de Génova. Dicen oficialmente que esa negociación no está todavía resuelta, pero que avanza, y el escollo reside más en el reparto de puestos que en las diferencias programáticas.

De todas formas, la precampaña y la campaña en estos dos territorios tendrá como principal protagonista al líder nacional del partido. Tanto que en el comité de dirección popular hablan de él como el «candidato en la sombra» porque su perfil siempre ha tenido mejor acogida que el de otros dirigentes nacionales. Esto le viene de Galicia y de su gestión al frente de la Xunta, con una sensibilidad territorial que el PP trata de imprimir ahora en su programa electoral sin caer en contradicciones con el mensaje nacional que exhiben.

En el País Vasco, el PP compite, por paradójico que pueda parecer, con el PNV, y allí el mensaje más bronco o duro despierta recelos que son perjudiciales en las urnas. La idea de la unidad de España, pero dentro de un proyecto sensible con las diferencias territoriales, es la que está llamada a ser la que dirija el discurso. En Cataluña el PP aspira a presentarse como la única opción de voto útil para el electorado constitucionalista, y ahí es donde entran en juego sus negociaciones para evitar que Ciudadanos se presente en solitario. Esa unidad de siglas, absorción, dicen en el PP, «aprovechando la debilidad de los naranjas», es la baza para jibarizar a Vox en un golpe al que quieren dar una proyección nacional.

Feijóo se enfrenta al problema de que el discurso que hace en Cataluña y en el País Vasco debe medir hasta dónde expresa su sensibilidad territorial para evitar que ese mensaje, en la caja de resonancia nacional, no se vuelva en su contra, o no se lo vuelvan incluso en su contra dentro de su organización política.

Además, en este contexto nacional, con la proyección del ruido de Madrid y de todo lo que tiene que ver con la amnistía y el regreso de Carles Puigdemont, hay poco margen para disociar la figura y el discurso nacional del territorial. La llave será presentarse como el único partido que defiende con claridad la Constitución, pero éste tampoco es un mensaje que sea especialmente ilusionante en ninguno de estos dos territorios en liza. Por eso el argumentario del PP incluirá la idea de que ya ha llegado el momento de alejarse del debate «obsesionado con lo que somos para centrarnos más cada día en lo que necesitamos como pueblo».

La ventaja de Feijóo tanto en Cataluña como en el País Vasco es que por poco que mejore el PP sus resultados ya será un avance que podrá exhibir como un paso más en el camino hacia la reunificación del centroderecha.

Revisión de proyecto

En Cataluña el examen es para Pedro Sánchez, y en el País Vasco quien se examina es el PNV. Pero estos comicios sí tienen la importancia de servir como ensayo de la revisión de un proyecto que necesita una actualización y de un refuerzo para que estas dos plazas dejen de restar en la suma de unas elecciones generales.

Si en el País Vasco el PNV prefería unas elecciones en clave vasca, la fuerza de la elecciones catalanas, por su repercusión en la gobernabilidad nacional, le facilita avanzar por ese camino. Los nacionalistas vascos quiere huir del debate nacional, y que la cosa se quede en casa. Ahora casi les preocupa más la final de la Copa del Rey y hasta qué punto está desconcentrado el electorado en un campaña donde su principal riesgo es la desmovilización de su electorado.

En todo caso, aunque Cataluña apriete más, la presencia de líderes nacionales será imposible de cortocircuitar, pero estará muy medida porque todos los partidos saben que un sobre exceso puede volverse en su contra por la particularidad del votante. En ese sentido, en el caso del PP, la dirección vasca coordinará con Madrid, y valorarán juntos cuáles son los perfiles que suman y cuáles son los que restan. Igual harán en Cataluña a la hora de cribar qué dirigentes nacionales y en qué provincias pueden ayudar más a mejorar el resultado global.

Para Génova, un batacazo de Vox será un excelente resultado en clave de pelea en la derecha, y la posibilidad de una nueva mayoría independentista sería la confirmación de que Pedro Sánchez ha enterrado su legislatura con la amnistía.