Opinión

El humor no es un chiste

Los payasos Pirritx, Porrotx y Marimotots no son Gaby, Miliki y Fofito, sino una pieza más del entramado propagandístico y adoctrinador de ETA

Los payasos piden libertad para los presos de ETA en un video infantil
Los payasos piden libertad para los presos de ETA en un video infantilCaptura de pantallaLa Razón

Los payasos han vuelto a actuar y tienen obras anunciadas para los próximos días. La cosa parece una broma, pero no lo es. Pirritx, Porrotx y Marimotots no son Gaby, Miliki y Fofito. En absoluto. Los saltimbanquis vascos ​​forman parte de la estrategia de la organización terrorista ETA para adoctrinar a la población en todos sus estamentos y, sobre todo, desde la más tierna infancia.

No es un plan novedoso. La Alemania nazi puso mucho dinero al servicio del adiestramiento de los menores, tanto en el plano del currículum como en el sistema educativo. Crearon escuelas dirigidas a formar a sus líderes mecanizados, fuertes físicamente y sin escrúpulos morales, que se limitaran a dar continuidad a los parámetros nacionalsocialistas sin ponerlos en duda. Algo muy similar a lo que representan las ikastolas en el País Vasco, que alimentaban entre sus alumnos la prepotencia de la cultura euskaldún, el relato de la lucha terrorista y el odio a lo español.

Los nazis, además, no limitaron su adoctrinamiento a la educación reglada. El control del tiempo libre por parte, entre otros, de las Juventudes Hitlerianas ejerció como medio de captación y apropiación de una infancia que nacía ya formando parte de la organización criminal sin apenas conciencia de estar siendo instruida. Actividades de aventura o supervivencia moldeaban a los jóvenes a nivel físico, mental y militar. Hasta el sentido del humor tenía una dirección intencionada en aquel contexto. La cultura, el cine, el teatro y la radio completaban el círculo de adiestramiento de niños y adolescentes, que no tenían opción de pensar por sí mismos para salir de aquel malévolo show de Truman que provocó 60 millones de muertos.

El pasado jueves mantuve una reunión con israelíes familiares de asesinados y secuestrados por Hamás durante los atentados del pasado octubre. Me contaron cómo allí la organización armada también adoctrinaba a los niños desde pequeños de forma muy similar a cómo se hace en el País Vasco desde hace más de 50 años.

El
control de la educación, los libros de texto, la propaganda, la cultura y el tiempo libre son claves para dominar una sociedad. Y en estos cuatro parámetros se ha esforzado durante décadas el universo que rodea a ETA, con decenas de asociaciones, herriko tabernas, ikastolas, agrupaciones lingüísticas que en no pocas ocasiones incluso iban más allá de su labor cultural y servían incluso como vehículos de financiación del terrorismo, como han confirmado los tribunales en no pocas ocasiones.

El humor, por lo tanto, no es un chiste sin consecuencias. Pirritx, Porrotx y Marimotots forman parte de ese entramado que tiene la finalidad de adoctrinar a los menores vascos en el odio a lo español, en el relato único y en el victimismo que han servido de base para que ETA mantenga durante décadas una sólida base social, una posición de fuerza frente al Estado y un ambiente de terror que ha provocado más de 200.000 expatriados involuntarios, un millar de muertos y muchas más vidas destrozadas.

*Daniel Portero es presidente de Dignidad y Justicia