Primarias en el PSOE

Iglesias boicoteará a los barones de Susana Díaz

Los susanistas creen que Podemos «segará la hierba bajo los pies de todo el que apueste por ella. Su candidato es Pedro Sánchez»

Sánchez, durante su acto ayer en Los Santos de la Humosa
Sánchez, durante su acto ayer en Los Santos de la Humosalarazon

«Se la bufa el futuro de Castilla La Mancha». Así reaccionó el ejecutivo de García Page al no de Podemos a los presupuestos de la Comunidad. La no aprobación de los grandes números deja al pairo las medidas sociales como las rentas mínimas, la pobreza energética y el rescate habitacional. Toda una «puñalada trapera», a juicio del gobierno socialista. Se podría considerar que este es un tema de aspecto únicamente regional, pero para muchos socialistas es un paso más en la escalada de la formación morada para inmiscuirse en las primarias socialistas, sobre todo para socavar a los partidarios de Susana Díaz. No es la única interpretación. Otros, suman a esta percepción otra: lo sucedido en Castilla La Mancha es otro paso más para atornillar al PSOE y alcanzar el ansiado sorpasso.

Esta situación puede repetirse en Aragón. A primeros de marzo, Podemos de la mano de Pablo Echenique desbloqueó la tramitación de las cuentas. El Consejo Ciudadano accedió por 12 votos a favor y 7 en contra, pero dejó claro que «son unos presupuestos del PSOE». Ahora el proyecto debe ser debatido en el Parlamento y Podemos tiene la llave para su aprobación. Si se impone la tesis de «presionar» a los partidarios de Susana Díaz, Javier Lambán puede ver peligrar los grandes números de la región, aunque a diferencia de Page, el socialismo aragonés tiene una carta a jugar: el ayuntamiento de Zaragoza.

Valencia vive una situación peculiar. En el gobierno de Ximo Puig no se vislumbran nubarrones como en Castilla La Mancha y Aragón. «Hemos aprobado dos presupuestos en tiempo y forma», apuntan fuentes del gobierno valenciano, aunque miran de reojo el proceso congresual de Podemos en Valencia, dónde el actual líder regional, Antonio Montiel, se enfrentó duramente con Pablo Iglesias en Vistalegre. Si cae Montiel, puede cambiar la línea de la formación morada, pero eso el tiempo lo dirá.

En el PSOE se ha instalado una sensación de «desconfianza» mayúscula con la formación morada y de «cabreo» porque son «unos irresponsables». La prueba del algodón son las palabras del Secretario General del grupo socialista, Miguel Ángel Heredia, rescatadas de una conversación morada «Podemos es el enemigo». Una sensación todavía más acentuada si cabe, entre los partidarios de Susana Díaz que no tienen ninguna duda que Iglesias se ha inmiscuido en las primarias socialistas. Desde estos sectores, se apunta qué tras Vistalegre, Podemos no quiere ser un partido institucional, sino un partido de agitación en la calle y en las instituciones «como se puede visualizar en los números que montan en el Congreso». «No quieren ser vistos como casta», apuntan fuentes conocedoras de la filosofía política de la formación morada, que añaden «quieren mantener la tensión para convertirse en el único partido de la oposición». «Quieren aparecer como única alternativa porque están convencidos que con esta estrategia en las próximas elecciones obtendrán réditos».

Desde las filas socialistas partidarias de Susana Díaz, se apuntan a estas tesis para remarcar que «por eso Sánchez es su candidato y harán lo que sea para segar la hierba bajo los pies de todos aquellos que apuesten por Susana, ya que el ex secretario general apuesta por un modelo de partido que acabará siendo la muleta de los morados». «Podemos ya tiene candidato y se llama Pedro Sánchez», afirman. Y acto seguido añaden con una cierta sorna «quizás los partidarios de Pedro deberían desempolvar el menosprecio con el que el entonces líder del PSOE fue tratado por Pablo Iglesias. En aquel momento, sólo le interesó erosionarlo», y «normalmente la historia es tozuda y se repite».

Para dar solidez a sus argumentos, dicen «no es raro ver a destacados miembros locales de Podemos en los actos de Pedro Sánchez. Ha pasado hasta en Alcalá de Guadaira», remachan. Desde los sectores partidarios de Pedro Sánchez se niega la mayor. «Pedro quiere un partido socialista de izquierdas y ganará las primarias con el apoyo de la militancia, para que el PSOE tenga el liderazgo para cambiar el gobierno en este país». Sánchez nunca ha ocultado su predisposición de lograr un pacto de izquierdas. Por su parte, los partidarios de Díaz no reniegan, en principio, de un pacto con Podemos en ayuntamientos o comunidades «se puede hablar, se puede pactar, pero siempre desde una posición firme y de fuerza», entendida como una mayoría suficiente. Sin embargo, lo sucedido en Castilla La Mancha, y los malos augurios que se detectan en Aragón, ha roto los pocos puentes de entendimiento. «No hay confianza. No te puedes fiar», apunta un dirigente manchego muy enojado tras la negativa de Podemos. «No les interesa para nada actuar desde las instituciones para mejorar el bienestar de los ciudadanos. Sólo obedecen a su estrategia».