
Aniversario
Iñigo Errejón cumple un año de silencio: de la intrahistoria de su dimisión al pulso judicial con Elisa Mouliaá
El exdiputado de Sumar abandonó la política debido a diversas acusaciones de índole sexual de varias compañeras contra su persona

"He llegado al límite de la contradicción entre el personaje y la persona". Pasadas las 14:30 de la tarde del jueves 24 de octubre de 2024 saltaba la noticia en todas las redacciones de España. "Errejón ha dimitido" versaban de manera apresurada los titulares de los medios afines al Gobierno que apuntaban a un presunto delito de acoso sexual. Sin la información contrastada que habían adelantado medios como 'El Plural' o El Diario, los equipos de última hora montaron una pieza con una sola línea.
De manera apresurada regresaron a sus mesas de trabajo los especialistas de Sumar y Podemos para ampliar la información. "¿Abrimos directo que 'La Vanguardia' lleva?", preguntaban los últimos miembros que se habían incorporado a los equipos para cubrir las vacaciones del periodo estival.
Con una primera pieza lanzada al algoritmo de Google y sin reparar en gran medida en las técnicas SEO debido a la inmediatez de la situación, la sección de España aumentó sus horas de trabajo hasta tener liquidadas las páginas del papel de la jornada contigua.
A diferencia de las piezas sobre las sesiones de los miércoles en el Congreso de los Diputados o las "cortinas de humo" que han aumentado con la llegada del nuevo curso político desde la Moncloa, las acusaciones de agresión sexual contra el cofundador de Podemos y exdiputado de Sumar, Iñigo Errejón, se insertaron tanto en las redes sociales como en las conversaciones de la hora de la comida.
"Es un baboso", señalaban las corresponsales parlamentarias que habían coincidido con Errejón en los pasillos del Congreso, sin embargo, ninguna se atrevió a verter acusaciones de gran calado como las recogidas por la escritora feminista, Cristina Fallarás, en un libro que fue recomendado por la diputada en el Euro parlamento, Irene Montero. Quitando casos aislados como el de la artista Elisa Mouilaá que se encuentra en una cruzada judicial contra Iñigo Errejón, todas las demandas recogidas fueron anónimas y no han llegado a los tribunales.

A diferencia de la gran mayoría de la clase política que dejan sus promesas a un lado cuando la campaña electoral ha terminado y se plantan en el Palacio de la Moncloa o tienen la posibilidad de cambiar las regulaciones del Ejecutivo, el exdiputado acusado de varios delitos de índole sexual, no ha roto su silencio. Desde que publicase la carta en sus redes sociales el pasado mes de octubre solo se ha pronunciado de manera pública una vez sobre el desarrollo de la carrera judicial. Solamente ha respondido en los tribunales.
Errejón cumple un año de silencio con el pulso judicial contra Elisa Mouliaá en los tribunales
"No es no... parece mentira que lo tenga que decir Iñigo". Esa frase extraída de uno de los relatos de las víctimas resonó en los tribunales y en los medios de comunicación. Junto con diversos comentarios subidos de tono del ex representante de Podemos y Sumar, las firmas más laureadas y reconocidas del panorama nacional montaron con cuidado columnas de opinión. Aunque el impacto fue sonoro y alargado en el tiempo, la llegada de la Dana a Valencia el martes siguiente barrió del panorama nacional la polémica que había terminado con la carrera de Iñigo Errejón.
Con un mar de dudas y a la espera de las resoluciones judiciales, Errejón dejó de cobrar su indemnización como recompensa a los años de servicio público realizado y a finales del mes de julio la causa fue paralizada debido al embarazo de la abogada de la actriz, Elisa Mouilaá. Convencido de su inocencia y con el gusanillo de regresar a la escena política y el objetivo de limpiar su imagen, el antiguo congresista de la formación morada reclamó la reapertura del caso. La alegación fue denegada y la causa ha sido archivada sin una resolución hasta el año 2026.

Muchos han sido los rumores sobre su ocupación en estos momentos. Se apunta a que escribe en varios medios de comunicación con un seudónimo, pero no se ha aclarado su actividad laboral. Lo que se puede afirmar, debido al final de la indemnización es que el antiguo miembro de la coalición de Sumar ha encontrado una nueva actividad económica, que no ha salido a la luz.
Yolanda Díaz conocía las prácticas de Iñigo Errejón con sus compañeras
Sorpresa e incredulidad. Como es habitual cuando estalla un caso con acusaciones graves contra una persona su entorno no lo termina de concebir, sin embargo, en este espacio el cuarto poder- devaluado desde hace cerca de dos décadas- publicó que todos los altos cargos de la formación liderada por Yolanda Díaz conocían las actividades y los presuntos abusos sexuales hacia sus compañeras de Iñigo Errejón.
Fuera de la dimisión y el silencio prometido nadie, pese a que fuera conocido el caso, dio un paso al lado y abandonó la disciplina del partido. Las denuncias falsas que "no existían" se convirtieron en la peor pesadilla de Errejón. Ahora, con un panorama diferente en el Gobierno y con las grietas extendidas con el PSOE desde Podemos hasta Junts, el aniversario de la dimisión de Iñigo Errejón ha quedado como una efeméride sin impacto político.
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