Terrorismo

El juez envía a prisión al reclutador de yihadistas detenido en Melilla

El magistrado acuerda la medida para Mustafá Maya y un segundo arrestado, a los que imputa terrorismo yihadista, por riesgo de fuga y reiteración delictiva

Año y medio después de salir de la cárcel tras cumplir su condena como líder de una organización que reclutaba yihadistas, Mustafá Maya Amaya vuelve a prisión. Según confirman fuentes jurídicas, el juez de la Audiencia Nacional Joaquín Gadea ha acordado la medida, a instancias de la Fiscalía, al apreciar riesgo de fuga y de reiteración delictiva tanto en su caso como en el de Deniz Ibryam Redzheb, que fue detenido en Fuenlabrada (Madrid).

La Fiscalía reclamó al instructor la prisión provisional, comunicada y sin fianza para ambos al ver indicios de la comisión de delitos de enaltecimiento, autoadoctrinamiento y adoctrinamiento a terceras personas y autocapacitación, todos con fines terroristas. En el caso del Ministerio Público, también alertó del riesgo de destrucción de pruebas si los dos detenidos recuperaban la libertad.

Maya fue condenado en 2018 a ocho años de cárcel como dirigente de una organización terrorista al aplicarle la atenuante de confesión después que reconociera que lideraba una de las mayores redes de captación y envío de radicales islamistas a países como Mali, Siria o Libia para engrosar las filas de Al Qaeda en el Magreb Islámico (AQMI), Estado Islámico (EI) o Jabaht Al Nusra.

La Audiencia Nacional consideró a Maya el "promotor, director y coordinador" de esta organización a la que pertenecían otras cuatro personas que también fueron condenadas, así como un colaborador de la red.

Condenado como líder de una red de captación

Como "líder y dinamizador" de esta red, la sentencia recoge que mantenía "permanente comunicación" con musulmanes europeos, sobre todo de Francia, a los que captaba por internet. "La función de Maya Amaya era esencial para los fines de la organización", concluyó el tribunal, pues una vez efectuada la captación por internet, ponía en contacto a los nuevos voluntarios con los "facilitadores" (intermediarios que se hacían cargo de los voluntarios en los países de la ruta) y, a su vez, a éstos con los "pasadores" (encargados del cruce clandestino por las fronteras).

"Para el éxito de su misión", explicaba el tribunal, simultaneaba esa actividad de captación y puesta en contacto de los voluntarios yihadistas con los otros miembros de la red, además de llevar a cabo una labor de asesoramiento sobre "los medios de transporte a emplear, rutas, equipamiento preciso, formas de eludir controles policiales y de fronteras" al mismo tiempo que desarrollaba una permanente actividad de propaganda yihadista en internet.

Según esa sentencia, en 2012 la organización dirigida por Mustafá Maya envió a combatientes a Mali para hacer la yihad. Pero tras la intervención militar francesa en la zona, la red yihadista se centró en el envío de voluntarios a Siria a través de la ruta turca. Más adelante, el bloqueo de las fronteras turcas le obligó a impulsar a finales de 2013 una estrategia, a la que denominó "la Hégira antes de la Hégira", que pasaba por centraliza en Melilla, donde residía y sería detenido en marzo de 2014, esa actividad de formación y entrenamiento de los futuros terroristas antes de su traslado a campos de entrenamiento controlados por organizaciones yihadistas radicadas en Libia.