Declaración

El lapsus de Begoña Gómez: dijo a Peinado que cuando el Instituto de Empresa la contrató, Pedro Sánchez "no era presidente del Gobierno"

El IE la fichó para dirigir el África Center en agosto de 2018, dos meses después de que su marido tomase posesión como jefe del Ejecutivo

El juez recibe informe de siete cuentas bancarias en las que figura Begoña Gómez con saldo total de 21.034 euros
Begoña Gómez, junto a su marido, el presidente del Gobierno, Pedro Sánchez, en un mitin del PSOEEuropa Press

Begoña Gómez aseguró al juez Juan Carlos Peinado que cuando fue nombrada directora del África Center por el Instituto de Empresa en agosto de 2018 su marido, Pedro Sánchez, "no era presidente del Gobierno". Pero lo cierto es que había prometido su cargo dos meses antes, el 2 de junio, tras la moción de censura contra Mariano Rajoy.

Así consta en la transcripción de su declaración judicial del pasado 18 de diciembre, a la que ha tenido acceso LA RAZÓN, en la que explicó al magistrado que quien le contrató para el puesto fue el exconsejero de la Comunidad de Madrid Juan José Güemes, a quien había conocido en 2017. En un primer momento, aseguró, esa posibilidad se esfumó porque ella estaba trabajando en la consultora Inmark y en la Universidad Complutense "no podía", pero tras pedirse una excedencia en 2018 "hablaron de que sí tenía tiempo" y se incorporó al IE. Según contó ella misma, "el nombramiento se produce en agosto" y "entonces su marido no era presidente del Gobierno"-

Respecto a su trabajo en la Complutense, Begoña Gómez recordó que empezó a colaborar con la UCM en 2012 "desde la Escuela de Gobierno", y enfatizó que su cátedra de Transformación Social Competitiva no tenía "ningún tipo de retribución", pues llevaba a cabo su labor profesional "de manera altruista" porque no tiene "ningún tipo de compensación" económica. Además, precisó que el personal externo tiene un techo retributivo de 15.000 euros, "tenga o no título propio".

En relación al máster de Transformación Social Competitiva -un término que, resaltó, "no existía" con anterioridad-, señaló que se puso en marcha en marzo de 2020 y que fue el propio rector quien le trasladó la posibilidad de crear la cátedra extraordinaria. Esa marca figurativa, afirmó, se inscribe antes de formar el master y solo se ha utilizado "dentro del entorno de la universidad y de forma puntual".

Gómez negó que pretendiera apropiarse de esas marcas e insistió en que actuó sin ánimo de lucro, que dio ese paso "para protegerse" mientras se desarrollaba ese producto tecnológico.

Asimismo, dejó claro que "no pretendía cobrar" por el uso de esa plataforma (con la que las empresas podían mediar el grado de cumplimiento de los objetivos de sostenibilidad en el marco de la transformación social competitiva), que de hecho se iba a poner "cien por cien a disposición de la Universidad Complutense".

Que en cuanto a su actuación respecto al software que desarrollaba esa herramienta digital, insistió en que siguió las indicaciones que le daban desde la Escuela de Gobierno de la UCM y por parte de los vicerrectores, con los que afirmó que la relación era muy "fluida". En esa misma línea, recordó que le trasladaron un pliego de condiciones técnicas (para contratar a las empresas encargadas de ese desarrollo tecnológico) y le indicaron mediante un correo electrónico que tenía que firmarlo, y así lo hizo.

Esa plataforma tecnológica, puntualizó, "no ha estado operativa", pues estaba al 80% de su proceso de creación cuando la Universidad Complutense decidió cancelar la cátedra y todas las actividades relacionadas a consecuencia de la investigación judicial.

Begoña Gómez dijo no recordar la fecha exacta en que conoció al empresario Juan Carlos Barrabés -a quien recomendó por escrito en sendas adjudicaciones públicas-, pero hizo hincapié en que "nunca hizo nada para que una empresa ganara a procesos de licitación"

Las cartas de recomendación que firmó, precisó, eran "unas cartas tipo" cuyo objetivo es "apoyar la importancia de un proyecto que se estaba licitando, en ningún caso para apoyar a la empresa". Y recordó que también firmaron en el mismo sentido Microsoft, Orange, IBM y "el Ayuntamiento". En todo caso, reiteró que "eran cartas de apoyo al proyecto" y que "nunca tuvo información del desenlace de la licitación" hasta la apertura del procedimiento judicial.