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Los partidos pequeños no tendrían esta ventaja en las generales

La Razón
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La mayoría de los españoles ordena por su importancia las elecciones: en primer lugar, las generales, seguidas de las municipales y autonómicas, y en cuarto lugar, los comicios al Parlamento Europeo. Los índices de participación así lo atestiguan . Ante la cita con las urnas europeas a menos de cuatro meses vista, los españoles no andan muy motivados. Según la encuesta de NC Report para LA RAZÓN, tan sólo el 41,6% acudiría a votar, lo que supondría la participación más baja no sólo en elecciones europeas, sino en cualquier otro tipo de elección desde 1977. Precisamente esta elevada tasa de abstención perjudica especialmente al PP y al PSOE, que son los partidos que más votantes envían a la abstención. A esta coyuntura desfavorable para las dos alternativas de Gobierno nacional se une que la adjudicación de los 54 escaños europeos que corresponden a España no exige un porcentaje mínimo de votos para acceder al reparto de parlamentarios, por lo que cualquier candidatura que consiguiera 250.000 votos, en estas condiciones extraordinarias y probablemente irrepetibles en un futuro cercano, tendría asegurada un acta de europarlamentario, cuando en circunstancias normales, es decir, con una participación del 61%, se requerirían 370.000 votos para hacerse con un acta de diputado, lo que, por ejemplo, dejaría a Vox sin representación.

Otra ventaja que tienen en las elecciones europeas los partidos o candidaturas que obtienen menos votos que el PP y PSOE es la circunscripción, que es única para toda la nación, a diferencia de las elecciones generales o autonómicas, en las que cada circunscripción electoral, normalmente provincia o isla, tiene asignado un número de escaños predeterminado. Y en las que, en la mayoría de los casos, la inmensa mayoría de escaños van a parar al PP y PSOE. Pero si esto no fuese suficiente, en las elecciones al PE no hay una barrera del 3% o del 5%, como ocurre en las demás elecciones, para poder participar en el reparto de parlamentarios. Otra desventaja añadida para populares y socialistas.

Los dos grandes partidos de ámbito nacional, PP y PSOE, al igual que la coalición nacionalista que engloba a CiU, PNV y Coalición Canaria, sufren retrocesos con respecto a sus resultados de las europeas de 2009. Los ciudadanos aprovecharán para «castigar» a los partidos con responsabilidades de gobierno nacional o regional. A pesar de ello, a los partidos tradicionales y de los vaticinios del final del bipartidismo, la suma de PP y PSOE supondría el 58,2% del voto y el 66,7% de los 54 escaños europeos. Estos resultados se obtendrían en la peor situación en la que el bipartidismo español afronta unas elecciones.