Cataluña
Marta Rovira (ERC) vuelve a España para encarar las negociaciones para investir a Illa
El eje de esta negociación es la financiación autonómica y en los corrillos políticos se da por descartado el pacto fiscal
Marta Rovira puede volver a España este fin de semana tras el archivo de la causa de Tsunami Democràtic por parte del juez instructor, García Castellón, tras el varapalo de la Audiencia Nacional y por parte del propio Tribunal Supremo. La secretaria general de ERC, muy dada a los aspavientos emocionales, puede recalar primero en Vic, su ciudad natal, para ver a familia y amigos para más tarde acudir a un acto de partido.
Rovira se presentará como la ganadora de un pulso al Estado y vencedora ante la represión como máxima representante de Esquerra Republicana. En sus primeras declaraciones ha sorprendido a propios y extraños al afirmar que las negociaciones con el Partido Socialista van por el buen camino y al solicitar una muestra de buena voluntad al PSC, y también al PSOE y al Palacio de la Moncloa, “aprobando los temas pendientes”.
Las palabras de Rovira han hecho subir como la pólvora la percepción de que el acuerdo con el PSC de Salvador Illa es inminente, aunque los socialistas se muestran más que perplejos ante el entusiasmo de la dirigente republicana “se ha hecho un Tarradellas”, afirman recordando la reunión entre el presidente Tarradellas y el presidente Suárez que fue fatal pero que el recién retornado president de la Generalitat afirmó que había sido muy positiva.
Tampoco en ERC entienden esta actitud de Rovira. “Se puede estar cerca de un acuerdo con el PSC, pero el sector de Rovira ha alimentado el anti-PSC entre la militancia, y ahora la militancia no está por la labor”. Otras fuentes ponen el acento en otra cuestión “¿qué quiere decir cuando afirma que las conversaciones van bien?”, se preguntan ante el oscurantismo o discreción, como se quiera ver, de estas conversaciones.
Todas las fuentes consultadas coinciden que el eje de esta negociación es la financiación autonómica “pero no se podrá concretar más allá de una declaración de intenciones”, porque su aprobación requiere del compromiso del Gobierno de Pedro Sánchez. En los corrillos políticos se da por descartado el pacto fiscal y todo apunta a “una reactivación del concierto entre la administración tributaria catalana y española”, como recoge el vigente Estatut de Autonomía y que en 2008 intentó poner en marcha el entonces Conseller de Economía, el socialista Antoni Castells.
También se apunta por algunas fuentes que el acuerdo es más sólido, y más concreto, en materias de políticas sociales e industriales, aunque también se desconoce la letra pequeña. Otra incógnita es como se resuelve el acuerdo en materia nacional porque los socialistas no aceptan la pretensión de un referéndum como plantea ERC por lo que los negociadores están buscando una fórmula sobre la plurinacionalidad que reconozca en su preámbulo que Cataluña es una nación.
A pesar de todos los interrogantes, Rovira fue taxativa afirmando que las negociaciones van bien lo que se interpreta por muchos que el sector de la secretaria general quiere capitalizar
un posible acuerdo con el PSC pensando en el congreso de noviembre. De momento, el sector Rovira no ha presentado un candidato o candidata que se deberá medir con Oriol Junqueras que está recorriéndose toda la geografía catalana para buscar el consenso de la militancia en torno a su candidatura. En estos días, los republicanos están pulsando la opinión de sus bases en asambleas territoriales que tendrán su punto álgido con una asamblea que se realizará en Barcelona el próximo día 15. La propia Rovira puso como fecha tope finales del mes de julio para alcanzar un acuerdo con el PSC porque no estaba dispuesta a llegar a acuerdos sobre la campana, algo tradicional en la política catalana. La razón última es que Rovira quiere convocar la consulta a la militancia que tendrá la última palabra para ratificar el pacto.
Los republicanos celebrarán victoria este fin de semana, mientras que Puigdemont está tratando de definir su vuelta para evitar que ERC apoye la investidura de Illa. Está por ver, hasta ahora siempre ha sido así, que Puigdemont se arriesgue a ser detenido y si no viene no podrá ser candidato. El fin de semana pasado trató de atar un acuerdo con ERC para cerrar filas en torno a su persona. Tras los últimos acontecimientos no parece que esa sea la voluntad de los republicanos que siguen acuciados por las malas encuestas y por la falta de un candidato que sea capaz de evitar el desastre y que quiera inmolarse.
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