Opinión

Muerden donde duele

Los socios de Sánchez se revuelven contra él por comprar armas a Israel

MADRID, 07/05/2025.- El portavoz de ERC, Gabriel Rufián conversa con el ministro José Manuel Albares (i) tras hacer uso de su turno de palabra tras la comparecencia del presidente del Gobierno, Pedro Sánchez, ante el pleno del Congreso para informar del plan de defensa y del apagón masivo del 28 de abril. EFE/ Juan Carlos Hidalgo
Sesión de control en el CongresoJuan Carlos HidalgoAgencia EFE

Fue ayer Gabriel Rufián, y no Alberto Núñez Feijóo ni Santiago Abascal, quien acusó a Pedro Sánchez y a sus ministros de mentir a cuenta de lo que ERC denomina «colaboración» del Gobierno con «el genocidio de 16.000 niños en Gaza». Mentir porque, según el portavoz republicano, el señor Albares ha estado negando el comercio de armas con Israel, cuando «aún se mantienen en vigor contratos con el Estado genocida por valor de más de mil millones de euros, de los cuales sólo ha revocado uno». Lo que llevó al catalán indepe a sentenciar: «Solo hay algo peor que pegarse un tiro en el pie, que es pegarse un tiro en el pie con una bala israelí».

No sólo eso, la señora Ione Belarra, jefa de Podemos en ausencia de Pablo Iglesias, protagonizó también un discurso más que duro al calificar a Sánchez de «cobarde», y a sus políticas de «mentirosas». El jefe del Gabinete había declarado no hace mucho que «el Gobierno de España, desde el pasado 7 de octubre de 2023, no exporta ningún tipo de armamento o material militar a Israel». Podemos recuerda que un informe del Centro Delás de Estudios por la Paz recoge datos oficiales de la Autoridad de Impuestos israelí sobre las importaciones de material militar desde España a Tel Aviv, especificando que hubo 88 envíos que alcanzaron los 5,3 millones de euros, lo que le lleva a afirmar que «el Gobierno de Sánchez ha vendido más armas que nunca a Israel».

No sólo eso, según el mismo informe, Netanyahu ha enviado a nuestro país, en ese mismo periodo, armamento por valor de casi 37 millones de euros. «Nos ridiculizaban y decían que mentíamos –subraya también Irene Montero– a quienes afirmábamos que los intercambios de armamento con Israel seguían en vigor». Y añade: «Me parece increíble que este Gobierno cómplice de los genocidas nos pueda mentir tanto y esté tan tranquilo enviando material militar para masacrar a la población palestina».

Juicios de valor al margen, los entrecomillados son para resaltar la opinión que de Sánchez y su gobierno tienen incluso sus propios aliados. Esos que, por lo demás, mantienen al secretario general del PSOE en la Moncloa, lo que no deja de ser pura hipocresía. Pero es la opinión que los socios tienen de Sánchez. «Desde esta tribuna quiero decirle –le dijo ayer Belarra a Sánchez– que están mintiendo, porque están destinando 3 mil millones de euros que tenían que ir a la Sanidad y la Educación en las comunidades autónomas a armas y armamento». Rematando, como colofón: «Es usted un cobarde frente al Estado genocida de Israel y frente a la OTAN, por aumentar el presupuesto militar. España no se merece un presidente cobarde».

Por venir de la izquierda, las críticas de Rufián, Belarra y Montero son de las que duelen y hacen daño al jefe del Ejecutivo, por mucho que el monclovita ponga cara de parecerle todo lo mismo. Le da bastante igual, desde luego, que desde las filas del PP y Vox le acusen de mentir cuando asegura desconocer aún los motivos del apagón del lunes 28, y por escudarse en un presunto «sabotaje» para justificar el robo de cobre en las vías del AVE. Para la derecha, las palabras «mentira y sanchismo» se han convertido en algo indisociable, sea en política exterior, Defensa, pandemia, inmigración o acuerdos con Puigdemont. No hay gestión que se salve, según ellos, de la manipulación, el enredo y la falsedad. Pero cuando el mismo calificativo le cae desde la bancada izquierdista, y con tanta crueldad, el semblante de Sánchez, aun aparentando indiferencia, se torna avinagrado. Rufianes y belarras muerden donde duele.