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¿Presupuestos o elecciones?

Moncloa intensifica las negociaciones con los independentistas y Podemos. El PDeCAT es el principal escollo para aprobar las cuentas

El líder de Podemos, Pablo Iglesias, con el diputado de ERC Joan Tardá, que ha avisado de que no apoyarán los presupuestos si la Fiscalía mantiene la acusación de rebelión a los líderes independentistas presos
El líder de Podemos, Pablo Iglesias, con el diputado de ERC Joan Tardá, que ha avisado de que no apoyarán los presupuestos si la Fiscalía mantiene la acusación de rebelión a los líderes independentistas presoslarazon

Moncloa intensifica las negociaciones con los independentistas y Podemos. El PDeCAT es el principal escollo para aprobar las cuentas.

El ajedrez para la aprobación de los presupuestos generales del Estado sigue siendo una partida compleja, con movimientos a varias bandas. La primera jugada de envergadura la hizo el Gobierno la pasada semana desbloqueando por la puerta de atrás la aprobación de las cuentas en el Congreso de los Diputados, prescindiendo del veto del Senado. El PSOE presentó una enmienda a un proyecto sobre violencia de género que cogió desprevenidos al PP y Ciudadanos. Jugada legal, triquiñuela, trampa, de todo se ha dicho sobre esta acción que probará un nuevo cruce de sables entre gobierno y oposición en los próximos días.

Los diferentes grupos políticos afilarán sus estrategias para solventar los canales parlamentarios. Sin embargo, la verdadera batalla la tiene el Ejecutivo de Pedro Sánchez para lograr el apoyo de las fuerzas que le auparon en la moción de censura. «Vamos bien, pero no es un camino de rosas», apuntan fuentes socialistas que se muestran esperanzadas de conseguir los apoyos necesarios. Para lograr su objetivo, Sánchez ha desplegado conversaciones con Podemos, Esquerra Republicana, PNV y PDeCAT, sin olvidar a los dos diputados canarios –Ana Oramas y Pedro Quevedo– porque su apoyo se antoja estratégico.

Sánchez es consciente de que con sólo 84 diputados lograr superar el escollo de aprobar los grandes números es una ardua tarea y, además, tiene plazo fijo de finalización, el 15 de octubre, fecha marcada por la Comisión Europea para presentarlos en Bruselas. Si se consigue este hito, el Gobierno socialista podría tener aprobados los grandes números para finales de año y, así, despejar el camino para evitar unas elecciones generales anticipadas. Si no lo consigue, el panorama electoral queda abierto. Sin presupuestos las elecciones están servidas, mucho más que por las acometidas de la oposición sobre la tesis presidencial, que en La Moncloa se consideran «simplemente ruido».

Las conversaciones con Podemos «avanzan de forma razonable», apuntan fuentes de la negociación, aunque reconocen que «no están exentas de problemas». El frente nacionalista, PNV y canarios, no despierta incertidumbre en los negociadores socialistas «aunque no hay nada cerrado», apuntan, mientras dirigen sus miradas a Cataluña. La estrategia de ERC y PDeCAT es bien distinta. Joan Tardà apuntó esta semana en el Congreso que no apoyarán los presupuestos si la Fiscalía sigue manteniendo la acusación de rebelión a los líderes independentistas presos. A pesar de esta posición, republicanos y socialistas mantienen conversaciones en una negociación que dirige desde Barcelona el vicepresidente de la Generalitat, Pere Aragonés.

Los republicanos mantienen su presión sobre los presos y también con el desbloqueo de asuntos que consideran prioritarios que se están tratando en la Comisión Bilateral. 700 millones pendientes de pago a la Generalitat para la plantilla de los Mossos de Esquadra, junto con otras partidas que «podrían desbloquearse si hay la voluntad adecuada, porque son compromisos adquiridos», apuntan fuentes republicanas en referencia, sobre todo, a la disposición adicional de 2008 que todavía está pendiente de liquidar. La buena voluntad de negociar se demuestra «en que enviamos a un representante de la Generalitat a la Comisión de Política Fiscal y Financiera, por primera vez, en años», se justifican los republicanos. «Ahora le toca mover pieza al Ejecutivo», remachan.

Los movimientos de piezas se acelerarán e intensificarán en las próximas semanas con la gran incógnita del PDeCAT. El grupo parlamentario de la difunta Convergència i Unió está partido en dos grupos. Uno liderado por el veterano diputado Carles Campuzano y otro por la vicepresidenta del partido muy cercana a Puigdemont, Miriam Nogueras. Campuzano exigió a los suyos valentía, cuando hace dos semanas se vio obligado, por Puigdemont, a retirar una proposición no de ley para iniciar conversaciones sobre Cataluña. Representa el sector pragmático, mientras que Nogueras no moverá ninguna pieza si no tiene autorización desde Bruselas, y esta autorización no llegará hasta después del 1 de octubre porque Puigdemont y Torra están intensificando la presión sobre los jueces ante la inminencia del inicio del juicio del 1-O.

Por si estas piezas no fueran suficientes, el enrarecido panorama político apunta más novedades en forma de «sorpresas» para los próximos días porque el presidente del Gobierno tendrá que comparecer en el Senado a cuenta de su tesis. Sin embargo, en La Moncloa son optimistas. Esgrimen encuestas realizadas esta misma semana con la polémica en los medios de comunicación que apuntan a un «fortalecimiento del centro izquierda, en detrimento de la derecha que muestra debilidad». Estas mismas fuentes anuncian que estas encuestas pueden ver la luz en cualquier momento. Otro elemento más para valorar si Pedro Sánchez convoca elecciones. No es su intención, pero si lo hace no parece que tenga el viento en contra. Al menos, de momento.