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La noria

Pshhhhhoe: al presidente no se le chista

Pedro Sánchez quería atar a sus barones por donde se le hace a San Cucufato. En el Palacio de Pedralbes ya se piensa el menú para la Conferencia de Presidentes teniendo en cuenta que el líder del Ejecutivo es muy intolerante

Ilustración PlatónLa Razón

Pshhhhhoe. Al presidente no se le chista, pero, a la chita callando, el líder del Ejecutivo sí se ha despachado como en el antiguo «Sálvame», reconvertido en el castrado «Familia de la tele» del ente público, con su pandilla. Aunque quizá seamos todos unos malpensados y Sánchez solo se limitaba a coleguear con Pepelu como dos amigos que ponen motes a su «chupipandi».

Seguro que cuando llamó «pájara» a la ministra de Defensa, Margarita Robles, quería referirse a la leonesa como «capitana» de la Patrulla Águila. Incluso ella misma ha dicho: «¿Por qué me voy a sentir dolida? Cada uno en las conversaciones privadas a saber lo que dice». Diga usted que sí, que tendrían que intervenirnos a todos el teléfono. Quien esté libre de pecado, que pulse la primera tecla.

Y, fíjense en la falta de maldad en las palabras de nuestro líder nacional, que, de entre todas las maneras, y son infinitas, con las que podría haberse referido al ex protagonista de la saga Podemos, Pablo Iglesias, le dotó con el don de la «estulticia». Ahí, ahí, tirando del María Moliner. Habrá provocado que más de uno lo busque en Google. Además, acompañó sus mensajes con un emoticono en el que un señor amarillo se pone la manita en la cara y que viene a significar algo así como «Pufff» o «¡Madre mía!», que eso siempre desengrasa.

"Sujétame el cubata"

Lo del gesto de «sujétame el cubata», como buen «cheli», sí me voló la cabeza. ¡Es tan ochentero! Por si no lo saben, terminar las palabras con el sufijo -ata, como bocata u ordenata, incluso «Tocata» (qué gran programa de televisión), nacieron del humorista gráfico Antonio Fraguas, Forges.

Y, si me permiten, les pregunto: ¿en su grupo no hay ningún muermo? Sobre el expresidente extremeño Guillermo Fernández Vara dijo que es un «petardo», que es como coloquialmente se conoce a una persona pesada, aburrida, cansina, un «cuñao». Algo que también dedicó al expresidente aragonés Javier Lambán. Oigan, que no es para tanto...

Reflexionando, ¿si sabían cómo se ponían, para qué les invitaron a la fiesta? Como si los demás fueran la juerga personificada. Menos María Jesús Montero, que no se pierde una feria de farolillos y rebujitos aunque vaya de «tapadillo».

Dice Lambán que lo que le sorprendió era «la ira y la pérdida de control» del presidente en algunas llamadas telefónicas –ya las podía haber grabado–, pero que, en cambio, los contactos con Ábalos eran «cordiales». ¡Nos ha jodido mayo con sus flores!

Pepelu fue un quedabien y un tanto pelota. Pero no supo ser buen verdugo de su señor. Su iCloud lo atestigua

Pepelu, por aquel entonces, era un quedabien que no se mojaba en las conversaciones para que otros despotricasen e ir con el cuento. Mientras, iba ampliando el almacenamiento de su iCloud (que buena pasta le habrá costado), por si venían mal dadas. Al César, lo que es del César, el exministro ha demostrado ser un gran vidente o ya sabría por aquel entonces que en algún momento le cazarían y que tenía material de primera en el que él parecería una monjita de la caridad.

Pero hubo una cosa que Ábalos, verdugo de su señor, y un tanto pelota, no consiguió: impedir que el presidente de Castilla-La Mancha, némesis de Pedro Sánchez, dejase de «tocar los cojones» (el líder dixit, que yo no soy tan mal hablada ni utilizo unas expresiones tan machistas). Parece ser que a Sánchez le molestaba que García-Page lo hiciera con las manos frías. Esto demuestra que el líder socialista lo que pretendía es tener atados a todos sus barones por donde se le hace a San Cucufato.

Apuesto a que en esa Conferencia de Presidentes, que el jefe del Ejecutivo se ha sacado de la manga para hablar de otra cosa que no sean sus mensajes, el ambiente con los suyos será como de casa de la pradera. No está el horno para bollos, sobre todo con el castellanomanchego, con quien en el anterior evento de líderes territoriales ya tuvo su pequeño rifirrafe. Sánchez le cortó después de que el barón socialista se extendiese diez minutos en su interlocución.

Page, lejos de callarse, le replicó: «Ya lo sé presidente, pero si prorrateo los temas por los tres años que lleva la Conferencia sin convocarse...». Zasca. La de ahora está prevista para el 6 de junio. Tal día como aquel de 1993, Felipe González era reelegido presidente por cuarta vez consecutiva. A partir de ahí, cayó en picado.

Seguro que en el Palacio de Pedralbes (Barcelona) ya están pensando en el menú y en las intolerancias del presidente, que por lo visto no son pocas.