Reacción
El PSOE trata de reconducir a sus críticos tras la debacle en Galicia
Buscan la fórmula de combinar la "identidad propia" que puedan tener los dirigentes y estar "dentro del partido", ante las peticiones de hacer un análisis profundo sobre los resultados a nivel territorial
Los malos resultados en Galicia han vuelto a abrir un debate en el seno del PSOE sobre la perdida de apoyo a nivel autonómico, en un año en continua tensión electoral. El 28M fue un punto de inflexión para los socialistas, después de perder varios gobiernos autonómicos, y las elecciones de este domingo en Galicia no hacen más que apuntalar el desgaste del partido. Un análisis que, sin embargo, el Ejecutivo niega para evitar que el liderazgo del presidente pueda quedar tocado y lo circunscribe tan solo al ámbito territorial, que es precisamente donde ponen en foco las voces críticas.
La autocrítica, la mirada larga y la reflexión son algunas de las palabras que ahora socialistas ven preciso, al haber pasado de puntillas la organización cuando tocaba –en mayo– por el adelanto de elecciones generales, donde, sin embargo, los socialistas aguantaron e incluso ganaron un millón de votos y un escaño. El foco del problema está en los territorios. En este sentido, la reflexión del presidente del Gobierno ha sido la de apelar a la búsqueda de «liderazgos transversales» después de haber perdido la mayoría de su poder territorial.
Ahora, mientras las voces críticas piden hacer ese análisis profundo dentro del PSOE, más allá de la opinión del presidente de Castilla-La Mancha, Emiliano García-Page, Ferraz da los primeros pasos que indican que buscan volver a conectar con todas las sensibilidades que conviven en el PSOE con objetivo de reconducir una posible crisis que derive en una ruptura de todos los puentes en el seno del PSOE. Un ministro socialista reconoce ese intento por recuperar la esencia del partido y la pluralidad interna. «Hay que hacer compatible tener identidad propia con estar dentro del partido», analiza al ver el incipiente fuego que puede abrirse en su partido ante el malestar que llega desde los territorios por los fracasos que ya cosechan en varias urnas autonómicas. En Ferraz dan señales así de que buscan la fórmula con la que pueda ser compatible tener una opinión propia con defender las siglas del partido.
Una reflexión al más alto nivel en el PSOE que llega después de que ya haya diferentes análisis en los entornos socialistas muy pesimistas. Este diario ya publicó este lunes que estrategas socialistas han descubierto que el «Ferrari está gripado y no tiene chasis de legislatura», mientras que otros dirigentes lamentaban que en Ferraz «no quieren ver la realidad». En público, también hay algunos pronunciamientos con los que se busca llamar a la autocrítica para rearmarse de cara a los próximos exámenes en las urnas. «Hay que hacer la reflexión que no hicimos en mayo», pidió el secretario general del PSOE de Madrid, Juan Lobato, quien reclamó un análisis y «tomar decisiones», en una entrevista en el programa de «Más de Uno» de Carlos Alsina en Onda Cero.
El dirigente madrileño leyó en la vocación de Sánchez de buscar liderazgos transversales la de «abrir el partido y recuperar esa vocación de mayorías» y pidió, de hecho reconectar con ese PSOE. «Que esa mayoría se sienta reconocida por el PSOE», deseó. Todo a la vez que reconoció la necesidad de «escuchar» la opinión del presidente de Castilla-La Mancha, después de que avisara del «ciclón» que podía llegarle al PSOE si no se abría una reflexión. Page es, a día de hoy, el único dirigente territorial, junto a Adrián Barbón en Asturias, que retiene mayorías absolutas, mientras que a su alrededor se han ido perdiendo. Es por ello que, precisamente, Ferraz busca ese hilo para no perjudicar su relación con su barón autonómico, capaz de ganar al bloque de la derecha en las urnas y no dejar ni un milímetro para el resto de opciones de izquierda. Es decir, apelando al centro y a la izquierda, a la vez. El propio ministro de Transportes, Óscar Puente, ya pidió, tras la noche electoral, hacer una "reflexión" sobre la implantación territorial del partido tras la debacle socialista.
Unas palabras que ayer fueron criticadas por la vicepresidenta primera, María Jesús Montero, la cual las tachó de «incomprensibles». «Uno debe saber cuando juega su equipo qué camiseta lleva», cargó en una entrevista en Cadena Ser. Palabras que enfadaron a la delegación socialista manchega. La presidenta del PSOE de Toledo, Tita García Élez, le dio la réplica a la socialista preguntándose si «no es sudar la camiseta conseguir la única mayoría absoluta en una comunidad autónoma».
Negar el auge del BNG
Negar el auge del BNG
A la vez, el PSOE busca instalar el relato entre los medios y militantes de que las elecciones gallegas no pueden leerse en clave nacional. Encapsulan la derrota en las urnas únicamente en el ámbito territorial, según deslizan portavoces y ministros, y buscan poner en marcha una hoja de ruta destinada a reducir el crecimiento de los partidos nacionalistas –tras la victoria en el bloque de izquierdas del BNG en Galicia– mirando ya a las próximas elecciones en País Vasco. Así, en el PSOE niegan la posibilidad de que el varapalo en las urnas pueda tener un efecto contagio de cara a las elecciones en el País Vasco que se celebrarán, presumiblemente, en el mes de abril. De hecho, ante el auge de los nacionalistas, los socialistas avisan. «El BNG no llega solo. El que puede ofrecer el cambio en Galicia es el PSOE», avisan, una frase con la que buscan también reaccionar ante el ánimo que ya se palpa en Bildu. El propio líder de Bildu, Arnaldo Otegi, ha dado especial relevancia a la victoria de los nacionalistas gallegos, con el objetivo de mirarse en el mismo espejo de cara a los comicios en las que su partido se la juega.
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