Tomás Gómez

La redención de Puigdemont

Moncloa tiene preparada la ley de amnistía que exigen los independentistas en el mes de noviembre

Carles Puigdemont
Carles PuigdemontEfeAgencia EFE

Desde las filas de Junts se ha empezado a hablar de restituir la imagen pública de Puigdemont. Rajoy, con el apoyo de Sánchez y en aplicación del art. 155 de la Constitución, le apartó de la presidencia de la Generalitat y cuando fue perseguido por la Justicia, en lugar de entrar en prisión, como otros independentistas, se escapó de España.

Puigdemont busca sacar rédito de la circunstancia y es seguro que obtendrá una buena tajada. De momento, en Moncloa tienen preparado poner en marcha la maquinaria parlamentaria de la ley de amnistía que exigen los independentistas en el mes de noviembre. Seguramente, también Sánchez tiene perfilada una idea de referéndum en Cataluña, con la que intentará cerrar el tema más espinoso de la negociación. Lo demás, como que catalán, gallego y euskera sean lenguas admitidas en el Congreso de los Diputados son las migajas de la negociación.

Sin embargo, Puigdemont necesita algo más que un paquete de exigencias satisfecho. ERC supo colocarse en la primera fila de la cuestión catalana cuando decidió negociar con Sánchez, en tanto que Junts se adentraba en la deriva más beligerante y purista del independentismo catalán. Desde Waterloo intentan revertir esa situación. La estrategia es que, sin renunciar a ninguna de sus posiciones máximas quieren ser visibilizados como los interlocutores principales encarnados por Puigdemont.

En septiembre los focos estarán puestos sobre Feijóo y en su manera de intentar la investidura, pero no hay que perder atención de cómo se escenifica el acercamiento entre Puigdemont y Sánchez, porque es seguro que no habrá acuerdo si no hay una foto que ponga al prófugo en el marco institucional. A España no le resultó sencillo formar parte de la Unión Europea, pero lo consiguió. Sin embargo, un país en que se puede ser perseguido por la justicia o, de repente, agasajado por el presidente del Gobierno en función de los intereses de este, no parece muy europeo.

Tampoco lo es cambiar el Código Penal según la necesidad de votos en el parlamento, ni romper la caja única de la Seguridad Social porque a Sánchez le haga ilusión seguir durmiendo en Palacio. El deterioro de las instituciones es tan avanzado que en el PSOE están tranquilos con la ley de amnistía que propondrán porque para eso construyeron una mayoría en el Tribunal Constitucional. Un argumento más para seguir controlando RTVE, el CIS o el Consejo General del Poder Judicial.