
Opinión
Riada en las cloacas
Sánchez debe una explicación. Mes y medio sin someterse a una rueda de prensa es propio de otros regímenes, no de una democracia europea

Hay tres elementos que definen cómo ejerce el poder Pedro Sánchez. El primero de ellos es el miedo, usado como arma para mantener el control. Con la pandemia por Covid 19 vio su alcance. Obedecimos escrupulosamente todas las instrucciones que nos dieron por contradictorias que fuesen, empezamos yendo al supermercado con guantes y sin mascarilla y terminamos confinados, sin cuestionar apenas nada. Otros ejemplos fueron cómo apeló al miedo a la extrema derecha para conseguir votos, mantuvo durante días viva la posibilidad de un ciberataque o cesó a los líderes socialistas que no mostraron una adhesión completa, de manera ejemplarizante.
El segundo tiene que ver con una forma de poder basada en la construcción de relatos ajenos a la realidad. Si se aprueba la Ley de Amnistía es para mejorar la convivencia en Cataluña y si hay un apagón, las responsables son las eléctricas, y si aparecen audios comprometedores, es cosa de los gobiernos del PP.
El tercero tiene que ver con los cinco días de reflexión que se tomó el presidente a raíz de conocer la inminente imputación de su esposa. A partir de ese momento, decidió una estrategia, nunca vista en nuestra democracia, consistente en usar, sin límite alguno, lo necesario para cortar de raíz lo que le incomoda. En esa clave hay que leer los mensajes de WhatsApp con Ábalos, orientados a eliminar cualquier discrepancia interna y aparecen personajes, como los que conocimos la semana pasada, cuyo trabajo es hacer lo necesario para desacreditar a quien supone un problema. Es imposible que Leire Díez tuviese acceso a una información tan sensible por sus propios medios. Es difícil de creer que solamente mostrase interés por miembros de los cuerpos y fuerzas de seguridad y jueces involucrados en los procesos judiciales que le afectan directamente al presidente y es inédito que el PSOE intente resolver el problema con la baja, voluntaria y temporal, de militancia de la protagonista.
Para quien conozca la organización socialista, sabe que no es habitual que un militante de base entre y salga de las plantas cuarta y quinta de Ferraz como si fuese su casa y es, como mínimo, extraño que deje a Santos Cerdán la presunta información inflamable que afecta a quienes se ha decidido neutralizar.
Sánchez ha creado un muro que no divide a derechas e izquierdas, sino a quienes están con él incondicionalmente y quienes discrepan. El que le cuestiona es expulsado o tachado de colaboracionista con la derecha y si le investigan, aparecen los buscadores de cloacas para ver con qué porquería pueden destruir a un guardia civil o a un juez.
En siete años se han roto muchas reglas de nuestra democracia, pero lo peor ha sido la colonización de las estructuras del Estado para ser utilizadas en su favor. Que el fiscal general vaya a ser procesado por filtrar información reservada, con el fin de ser utilizado contra una rival política, es parte de la cloaca; difundir bulos, a sabiendas de que son falsedades, como en el asunto de la bomba lapa, es más de lo mismo.
Llama la atención el perfil de los mal llamados fontaneros, pero la pregunta es, ¿quién, si no, está dispuesto a mercadear con presuntos tratos de favor a cambio de basura que destruya a los enemigos de Sánchez? Acudir a estos métodos puede tener efectividad en el corto plazo, pero termina volviéndose en contra de quien los usa. En las cloacas hay aguas sucias que dejan mancha en quien hace los encargos, porque llegado el momento, el fontanero tiene tanta información del investigado como del que contrata sus servicios. Sánchez debe una explicación. Mes y medio sin someterse a una rueda de prensa es propio de otros regímenes, no de una democracia europea. Debe aclarar cuál es el papel exacto del PSOE, cómo se han pagado estos servicios, qué ocurrió en Correos y qué desempeño tenía exactamente Díez. Alguien acudió a las cloacas para acabar con otros, las cloacas pueden generar una riada que termine llevándoselo por delante a él.
✕
Accede a tu cuenta para comentar