Congreso

Sánchez ataca la inutilidad de Vox en una "moción destructiva"

El presidente intenta dar seriedad al debate, pese a definirlo de "estrambótico", y ataca a Feijóo por abstenerse en "este delirio"

La moción de censura ha consumido sus dos primeras horas de debate sin que haya entrado en juego el candidato, Ramón Tamames. El devenir del debate se ha centrado en un rifirrafe entre Santiago Abascal y Pedro Sánchez, con el profesor como "candidato interpuesto" y con Alberto Núñez Feijóo como protagonista ausente. Gobierno y Vox han utilizado sus primeras intervenciones para atacar al PP, objetivo común, y el presidente aprovechó para defender la gestión de su Ejecutivo.

Sánchez se mantuvo en su determinación de dotar de "seriedad y rigor" el mecanismo constitucional que supone la moción de censura, pero evidenció que se trata de una "moción estrambótica" en la que Abascal que se ha "conformado con ser telonero". "Estamos ante una moción impulsada por un profeta, que anuncia el apocalipsis, la emergencia nacional y luego se toma 100 días de reposo para montar este show parlamentario", arrancó contra el líder del Vox. El presidente hiló gran parte de su discurso en contraponer su modelo de gestión con la inutilidad de Vox. "Para qué sirve Vox", se preguntó, recordando, por ejemplo, que no presentaron ninguna iniciativa sanitaria en lo más crudo de la pandemia.

En este sentido, Sánchez también llamó a los presentes a hacer un ejercicio de retrospectiva inversa e imaginar qué hubiera pasado si hubiera triunfado la primera moción de censura que presentó Vox en 2020, con el objetivo, también entonces de instrumentalizarla para "impulsar" a su candidato a las elecciones catalanas, Ignacio Garriga. "La España que hemos sido estos dos años no hubiera podido ser con ustedes", espetó. El presidente fue, en este punto, desgranando la agenda de "avances" que ha puesto en marcha su Ejecutivo, tales como los datos de empleo, el Ingreso Mínimo Vital, el Salario Mínimo, la reforma de las pensiones o la reforma laboral, entre otras medidas. "Su propuesta es volver al pasado y hay una mayoría de españoles que quiere avanzar", señaló.

"Esta moción de censura de tierra de quemada y de derroche de recursos públicos, con la nada más absoluta que ustedes y sus socios de abstención plantean", señaló. Este es otro de los pilares del discurso de Sánchez, identificar a Vox con el PP y acusarles de causar un "inmenso daño a la democracia". "El Sr. Feijóo ha decidido abstenerse ante este delirio. Le deja indiferente. Ni le va ni le viene. Lo que va a hacer el PP con esta abstención es un pago en diferido, como se lleva en casa, un anticipo de caja, de un decente "no" a una indecente abstención. Tengan cuidado, este negocio es de los que deja mancha, la ultraderecha vendrá a exigirles un segundo pago en diferido para saldar las deuda", advirtió el presidente.

Los ataques de Sánchez no solo se dirigieron contra Feijóo, también contra Abascal, a quien ridiculizó calificándole de "telonero" y acusándole de "tirar la piedra y esconder la mano" por no presentarse como candidato. "Utiliza al Sr. Tamames como un señuelo para esconder su infumable proyecto", le espetó a Abascal, para apuntar inmediatamente que el líder de Vox es "el comodín que necesita el PP para llevarnos al año 2013". Esto, pese a otorgarle el liderazgo de la moción y confrontar directamente con Abascal, durante las dos primeras horas en las que el profesor Tamames no acertó a pronunciar ni una sol palabra. "Vox es a la política española lo mismo que la comida ultraprocesada a la dieta mediterránea. Es el glutamato de la derecha, un simple potenciador del sabor extremo y radical", señaló.

El jefe del Ejecutivo despachó los ataques contra su proyecto reivindicando que se trata de un Gobierno legítimo, "un Gobierno de coalición que, a veces, tiene sus posiciones encontradas, pero que no por ello ha dejado de trabajar por la estabilidad de España cuando más lo necesitaba". En contraposición, Sánchez definió a Vox como un partido que "tiene una mala relación con el feminismo, con la diversidad sexual, con la inmigración y con el pluralismo democrático. También tienen una relación aún peor con la verdad, son incompatibles con la verdad", señaló.