
Tomás Gómez
Si Sánchez gana, España pierde
Lo que más desearía el presidente es que sus expectativas se convirtieran en realidad en unas elecciones autonómicas y municipales

Desde la crisis del 2008, las autoridades económicas de la UE incentivan un sistema financiero sólido capaz de resistir mejor ante las fluctuaciones, eso implica bancos de mayor tamaño y recursos, por eso Europa favorecía la opa del BBVA sobre el Sabadell. El Gobierno de Pedro Sánchez ha dificultado la operación, siendo expedientado por la Comisión Europea que veía con buenos ojos la intentona. No están claros los objetivos económicos que perseguía el Ejecutivo, el único hecho es que se ha alineado con Puigdemont y Josep Sánchez Llibre, que han enturbiado un asunto privado mezclándolo con el tema identitario.
La triple alianza entre la patronal catalana, el independentismo y Sánchez para impedir el éxito de la OPA tiene una finalidad meramente política. Puigdemont se ha propuesto recuperar y reencarnar el pujolismo y recuperar protagonismo en la política catalana.
Por su lado, Sánchez necesitaba una victoria que le permitiera lanzar un mensaje de fortaleza en su momento más delicado. En todo caso, el respeto a las decisiones del mercado y el interés general del país han sido relegados a un segundo lugar.
No es la primera injerencia en el mundo privado de los negocios. En enero se comunicaba a José María Álvarez-Pallete que debía dejar la presidencia de Telefónica, todo ocurría en el Palacio de la Moncloa. No se conocía en democracia una intervención semejante en una empresa privada.
Control del grupo Prisa
También hubo injerencias en el grupo Prisa. Las mayores tensiones llegaron cuando los accionistas próximos a Sánchez intentaron destituir a Oughourlian, principal accionista y presidente, tejiendo alianzas con otros inversores para quitarle el control. El mar de fondo era la negativa del presidente de la compañía a invertir en un nuevo canal de televisión que estuviera al servicio del líder socialista.
Es conocido que Sánchez considera el grupo como su brazo armado mediático y que necesita un canal de televisión alineado con la línea editorial de El País y la Cadena Ser. Esta deriva es altamente peligrosa, sólo en países como Venezuela el poder invade el económico y el mediático e intenta controlar el poder judicial.
El resto de la semana no ha sido bueno para el líder socialista. A amplios sectores de la economía española vuelve a preocuparles las amenazas de Trump y, aunque la Unión Europea defenderá la imposibilidad de aplicación de aranceles a España, no es ningún secreto que los líderes europeos reclaman a Sánchez mayor compromiso con los gastos en defensa.
No es menor el cambio de percepción que ha habido sobre él en los socios comunitarios. Ha pasado de ser la figura que atraía la atención de la socialdemocracia europea a cuestionarse su permanencia en la presidencia del Gobierno dados los problemas judiciales que afectan a su familia y a sus personas de confianza política. Precisamente en el ámbito judicial la semana ha traído novedades. La comparecencia de Ábalos y Koldo no se ha saldado con su ingreso en prisión, pero su futuro ha quedado en el aire.
La dirección socialista está presionando para que Ábalos deje su escaño, esa parece que es la razón por la que el ex secretario de Organización ha despedido a su abogado defensor, muy vinculado con el PSOE. Sánchez olvida que la razón por la que Ábalos es diputado reside en que él mismo le impuso en las listas electorales después de haberle destituido sorpresivamente de todos sus cargos sin haber mediado explicación alguna. No se conocen los motivos de un cese tan grave y menos los de su restitución.
Utilización escandalosa del CIS
Noviembre será intenso, se ha estrechado más el círculo después de las declaraciones de Aldama, que ha asegurado que la semana próxima presentará más pruebas sobre presuntos hechos delictivos. Habrá que estar atentos a las novedades en este sentido y a la comparecencia de Sánchez en el Senado.
En resumen, la mejor noticia para el líder socialista, la victoria del Banco de Sabadell en su guerra con el BBVA, no lo ha sido para los españoles ni para los accionistas de la entidad catalana, cuyas cotizaciones cayeron cerca de 6 puntos, los mismos que crecieron los títulos del BBVA el viernes. Las buenas cotizaciones del Sabadell durante los últimos meses respondían a una expectativa de compra que, al frustrarse, ha supuesto una reorganización de las inversiones. Sánchez no va a dar cuentas por sus arbitrariedades y errores en la gestión, ni por no haber sido capaz de aprobar ni un solo presupuesto en esta legislatura, tampoco por las cesiones al independentismo que bombardean el sistema político diseñado por la Constitución del 78.
Su única estrategia es la polarización y el populismo, ambos configuran un binomio indisoluble. Para eso hacía falta la encuesta de Tezanos, para amenazar a los votantes de izquierda con el ascenso de Vox. La utilización del CIS para respaldar su táctica en cada momento es escandalosa, pero cada estudio realizado por el instituto ve su reflejo en los titulares de medios de comunicación. Lo que más desearía Sánchez es que esas expectativas se convirtieran en realidad en unas elecciones autonómicas y municipales previas a las generales. Vox es su obra porque si la derecha política no fraccionase su voto, él no sería presidente.
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