Vacantes del Poder Judicial

El sistema de elección del CGPJ marcará la cúpula judicial de los próximos años

El nombramiento masivo de jueces para cubrir las vacantes en los próximos años podría estar politizado si no se reforma la manera en que se elige el consejo

El Consejo General del Poder Judicial (CGPJ)
El presidente del Consejo General del Poder Judicial (CGPJ), Vicente Guilarte, preside el Pleno del 6 de noviembre.CGPJCGPJ

La manera como se renueve el Consejo General del Poder Judicial (CGPJ), si con el sistema vigente o tras una reforma en el nombramiento de vocales, tendrá importantes consecuencias en toda la cúpula judicial. En las manos del futuro consejo estará las designaciones para cubrir 86 vacantes, de las cuales 24 son puestos de magistrado que han causado baja en el Tribunal Supremo (TS), más las que se produzcan en los próximos cinco años. El sistema de elección, por tanto, no es baladí y tiene importantes implicaciones en la separación de poderes.

El sistema de elección de los doce vocales que proceden de la magistratura ha sido el principal escollo para la renovación del CGPJ debido al peso de los dos partidos mayoritarios en esta decisión. La falta de un pacto entre PP y PSOE ha derivado en la situación de extrema gravedad del consejo, que acumula más de cinco años con el mandato caducado. «Es el síntoma más claro de la anormalidad que vivimos y del grave deterioro institucional en múltiples niveles», señala una fuente del Poder Judicial.

La reforma pasa por que esas doce plazas las elijan los propios jueces, mientras que las ocho sillas restantes permanecerán en manos de las Cortes, donde se deberían sentar juristas de prestigio. Hay consenso en que el sistema de elección se ha tornado perverso porque atenta contra la imagen de independencia que debe transmitir el consejo y la judicatura. La necesidad de acuerdo entre los partidos y los criterios de afinidad política que en alguna ocasión se han filtrado para designar a los vocales han tenido efectos demoledores en la reputación del órgano de gobierno de los jueces.

Tras la reunión entre Alberto Núñez Feijóo y Pedro Sánchez del 22 de diciembre, se ha abierto una puerta a la renovación, con la condición de que esté tutelada desde Bruselas y con el compromiso de reformar la Ley Orgánica del Poder Judicial (LOPJ) de manera inmediata para que los ocupantes de esas doce plazas sean elegidos por los jueces. Hasta ahora, en ninguna negociación previa el PSOE ha accedido a este cambio. El actual ministro de Justicia, Félix Bolaños, expresó en una entrevista su opinión: «Ni los jueces pueden elegir a los jueces ni los políticos pueden elegir a los políticos».

El asunto preocupa más allá de nuestras fronteras desde hace años. El comisario europeo de Justicia, Didier Reynders, insistió en octubre en que la prioridad es renovar el consejo y, después, reformar la elección. Pero esta fórmula no convence a todos. Algunos ven con buenos ojos que el proceso se monitorice desde Bruselas por la desconfianza heredada de anteriores negociaciones, pero otras fuentes consideran que esta supervisión, acordada entre Sánchez y Feijóo, es «innecesaria». Hay países en los que al menos la mitad de los vocales son elegidos sin intervención política, como en Portugal, Francia o Italia. La propuesta «es extravagante» señala Sergio Oliva, portavoz de la Asociación de Jueces Francisco de Vitoria (AJFV), que considera que si primero se renueva y luego se reforma, «el próximo CGPJ no se va a despolitizar». Y advierte que «el nuevo consejo tendrá en sus manos una de las cosas más delicadas que ha ocurrido en democracia: el nombramiento masivo de jueces», apunta.

Incluso si las vacantes de magistrados las eligen los jueces, lo óptimo sería un sistema que refleje la «pluralidad de la carrera judicial», donde casi el 50% de las personas no están asociadas, para que ellas también tengan la posibilidad de entrar en el consejo. «A nosotros no nos interesa pasar a un sistema de designación política a un sistema de asignación exclusiva de las asociaciones», aclara Oliva.

Frente a un posible acuerdo para renovar el CGPJ, hay sentimientos encontrados. La situación es tan delicada, que cualquier paso es positivo. Pero si no hay reforma del sistema de elección, los esfuerzos no tendrán los efectos esperados.