Entrevista

Soraya Rodríguez: "El PSOE se ha convertido en portavoz de los independentistas"

La que fuera portavoz socialista con Rubalcaba apela como candidata de Izquierda Española al Parlamento Europeoa a los que, como ella, no entienden que el socialismo renuncie a la igualdad y les lanza un mensaje: "Ahora tienen una alternativa"

 Soraya Rodríguez Ramos
Soraya Rodríguez RamosCedida S.RodríguezCedida S.Rodríguez

Soraya Rodríguez (Valladolid, 1963) lo fue todo en la política nacional antes que eurodiputada. Concejala, alcaldesa de su ciudad natal, diputada, secretaria de Estado y portavoz socialista de Rubalcaba en el Congreso. Por coherencia con sus principios se fue de su partido de toda la vida porque con la llegada de Pedro Sánchez los independentistas pasaron a ser sus aliados naturales. Esta última legislatura estuvo en el Parlamento Europeo como independiente dentro de Ciudadanos y, ahora, quiere volver con el socialismo patriota que propugna Guillermo del Valle.

¿Qué le ha llevado a unirse a Izquierda Española?

La situación de la política española nos ha llevado a que miles de progresistas, socialistas, socialdemócratas o de centroizquierda, que creen en un proyecto de país de España como nación, se encuentren huérfanas. Porque el partido hegemónico de la izquierda, el PSOE, se ha convertido en el portavoz de independentistas y nacionalistas. Ante esto, ha nacido Izquierda Española, que defiende la igualdad y la solidaridad de todos los españoles, y puede hacer realidad estos principios. Un nuevo partido, que surge de El Jacobino, con gente muy joven y otra que proviene de distintas formaciones, que quiere ser un espacio político para esos votantes a los que el PSOE ha dejado.

Para asegurar la igualdad entre españoles que antepone la propuesta política de los españoles, ¿hay que acabar con los conciertos económicos y fiscales como el vasco y navarro? ¿O con el tratamiento fiscal especial para Cataluña que piden?

Garantizar la igualdad entre los españoles es que derechos básicos como las pensiones, la educación o la sanidad se tengan independientemente del lugar donde hayas nacido o en el vivas. Los derechos son de los ciudadanos y no de los territorios. No se pueden garantizar estos derechos con un sistema fiscal troceado o un desmembramiento de la caja común de la Seguridad Social.

Estoy en contra del acuerdo que está negociando el Gobierno catalán de gestión del 100% de los ingresos que les permitiría decidir cuánto retornarían al Estado. El concierto vasco y navarro están establecidos en la Constitución y fueron fruto de un consenso en un momento difícil como fue la Transición para salir de una dictadura y transitar por un puente de planta pacífico a un régimen democrático a través del acuerdo entre fuerzas políticas diferentes. Están ahí, pero nada más que eso. Por tanto, es inviable ir a una reforma fiscal por la línea que nos quieren indicar los independentistas.

No hay ninguna encuesta que les de representación en el Parlamento Europeo.

Las encuestas son complicadas en la exactitud de sus previsiones para partidos que llevan poco tiempo concurriendo y se hacen con referencias a anteriores resultados electorales. Somos un partido que acaba de nacer y es difícil hacer una estimación de cuál puede ser su resultado. No hay duda de que si se hemos tomado la decisión de concurrir a las europeas es porque se cree posible y vamos a hacer todo lo posible para que en el Parlamento Europeo haya una fuerza progresista que represente a un amplio espectro contrario a lo que está pasando en nuestro país. Para desplegar una defensa clara del marco constitucional, del Estado de Derecho, de los derechos de la ciudadanía, y no de los territorios.

Espacio político para Izquierda Española, sin duda, hay. Mucha gente no se siente representada con lo que está haciendo el Gobierno socialista. No entienden los acuerdos con el separatismo identitario y que se haga depender la permanencia de Sánchez en aquellos que quieren destruir. El objetivo de ERC y Junts es acabar con la integridad constitucional y territorial de España, han dicho en numerosas ocasiones que España no les interesa.

Esta amnistía mercenaria no es compartida por una mayoría de ciudadanos de centroizquierda, que comparten el marco constitucional con el PP, pero están lejos ideológicamente. La opción no puede ser votar en blanco o votar a quien, como dijo Jordi Turull (Junts), está negociando su apoyo a tanto la pieza. Primero la amnistía y después la autodeterminación para que les sigan apoyando. La expresión de este individuo es muy significativa porque la pieza es España, somos nosotros. Entonces, a todos esos antiguos votantes socialistas hay que darles una alternativa y creo, honestamente, que Izquierda Española puede serlo.

¿Reconoce usted al Partido Socialista en que militó y ocupó cargos durante 18 años?

No reconozco a este Partido Socialista de Pedro Sánchez. Yo me fui del partido porque estaba en contra de que intentasen garantizar la gobernabilidad con partidos que quieren irse de España. Decidir sobre la integridad territorial del Estado le corresponde solo a la soberanía nacional, a todos los ciudadanos. Cuando se habla de Cataluña o País Vasco, ahí viven españoles y catalanes. Igual que en Castilla y León vivimos españoles y castellanoleoneses. Somos ambas cosas, esa es nuestra condición. Pensé que esas líneas rojas era inimaginable traspasarlas en el PSOE en el que yo milité y trabajé durante 18 años. No hay nada peor que tener razón a destiempo. Los acuerdos de estos años de Gobierno de Sánchez demuestran que estaban dispuestos a cruzar todas, como la última extorsión de la amnistía mercenaria a la que el Gobierno ha cedido por siete votos de Puigdemont.

Usted fue secretaria de Estado de Cooperación Internacional con Zapatero, que es un defensor del actual presidente. ¿Ve diferencias en las presidencias de José Luis y Pedro Sánchez?

Sí, yo no comparto la posición de Zapatero en la defensa de lo que hace este Gobierno, pero el que ha cambiado ha sido él. Zapatero estuvo apoyando con Alfonso Guerra, Felipe González y conmigo la candidatura de Susana Díaz y la defendíamos por un Partido Socialista que no llegase a pactos nacionales con independentistas. Denominar partido de Estado a Bildu… Un partido legalizado, pero que, entendíamos, necesitaba recorrer un largo camino democrático para que pudiésemos hablar o llegar a algún acuerdo. Ahí estábamos, yo sigo aquí. Igual yo no evoluciono, pero ahí estábamos todos. Bildu no ha recorrido ningún camino, es el PSOE el que ha desandado.

Rubalcaba proponía como solución a la cuestión territorial el federalismo, ¿lo comparte?

España es una nación con una articulación territorial establecida constitucionalmente en comunidades autónomas. Las comunidades permiten una descentralización y gestión de competencias más cercanas a los ciudadanos, pero la coordinación del Gobierno central es necesaria. No es posible garantizar la igualdad de los ciudadanos si no hay también competencias del Estado que lo garanticen. Tener Ministerios sin competencias se traduce en un problema para que los ciudadanos accedan a sus derechos en unas mínimas condiciones de igualdad.

El paso de Óscar Puente, vallisoletano como usted y que le sustituyó al frente del Ayuntamiento, por el Gobierno está marcado por los enfrentamientos. Cuando se dio de baja del PSOE le acusó de hacerlo porque “ya no podía seguir viviendo de la política”. ¿Fue una de sus primeras víctimas?

Podríamos decir que le conozco mucho antes que muchos españoles (se ríe). Es una forma de entender la política que no es la adecuada. Cuando uno es ministro tiene que entender que ha dejado de representar solamente a su partido y a los que le han votado y se convierte en la representación de su país. El cargo exige elementos de contención mayores de los que estamos viendo porque debe ese respeto a la ciudadanía, a los que no te votan o no comparten nada contigo. No importa lo que te digan, lo importante es lo que tú dices porque los ataques de otros no representan lo que tu sí representas.

No estar a la altura de lo que exige la democracia, que es un debate político, nunca el insulto al contrario, también daña la institución. Lo digo en general porque estamos viendo ejemplos muy malos que alimentan la anti política. En política hay adversarios, nunca enemigos. Hay que combatir los argumentos, nunca la persona. Esta lucha de acusaciones personales solo convierte en enemigo al que tienes enfrente y si quieres insultar es porque no tienes argumentos para convencer. Esto incrementa la polarización y, a su vez, la antipolítica, y ésta permite daña la democracia. Todos somos responsables, pero quienes ostentan cargos institucionales tienen mucho más.

Uno de sus grandes logros ha sido la aprobación de una directiva europea para evitar homenaje a terroristas, ¿estamos cerca de que dejen de celebrarse homenajes a etarras?

Ha sido un paso muy importante establecer por primera vez una ley europea para que los Estados miembros deban prohibir actos de exaltación de bandas terroristas o glorificación de delincuentes. Nos ayudará a que cuando en España no se actúe desde las autoridades para evitar estos actos lamentables a los que asistimos, tengamos instrumentos jurídicos para prohibirlos. Desde la protección de las víctimas porque tiene derecho a a la reparación y justicia, y estos actos las revictimizan. Es evitar su recuperación. Las familias no tienen que sufrir el terrible insulto de verse convertidas en verdugos.

¿Israel está llevando a cabo un genocidio de la población civil gazatí?

Sí, lo que está sucediendo en Gaza es una situación humanitaria dramática a la que no habíamos asistido en los últimos años. El 100% de la población gazatíe de la zona norte está en una situación de hambruna de grado tres, que es el máximo, es decir, puedes morir de hambre en cualquier momento. Está siendo provocado claramente por un ejército de Israel que está impidiendo la entrada de ayuda humanitaria y está utilizando el hambre como arma de guerra.

La CPI ha dicho, tras una demanda de Sudáfrica, que es plausible que se esté produciendo genocidio. La UE y los Estados miembros deben actuar según la Convención Internacional de Prohibición Internacional del Genocidio, que hemos firmado, y que obliga a adoptar todas las medidas para evitarlo. Que llegue ayuda humanitaria es fundamental para que los gazatíes no mueran de hambre y sin agua corriente tras un asedio, como está ocurriendo.

He estado muy cerca, en la frontera de Rafah, y he visto cómo hay kilómetros de camiones cargados con ayuda humanitaria de España y de la UE que no pueden entrar, mientras hay gente muriendo. He estado en los hospitales de la frontera viendo a niños de nueve años con las dos piernas amputadas que han muerto tras una operación traumática porque llevaban un tiempo de deterioro terrible que les causa infecciones. Es el infierno.

¿Está la UE actuando a la altura de las circunstancias?

No, podría presionar mucho más al Gobierno de Israel. Es responsable no es Israel, es Nethanyahu y el Gobierno ultrareligioso y de extrema derecha. Hay muchos israelíes en las calles pidiendo que cese la guerra, se libere a los rehenes y haya elecciones. Podríamos hacer más para garantizar que el derecho internacional se cumpla en esta agresión militar en Gaza. La guerra también tiene normas. Deberíamos ayudar a que haya una mesa de paz para lograr un alto al fuego y liberación de los rehenes. Hay que poner sobre la mesa el cese del envío de armas, suspender el acuerdo con Israel por cuestiones humanitarias y estudiar sanciones. Se están vulnerando derechos humanos y millares de personas están muriendo indefensas bajo las bombas. También de inanición y enfermedades porque ahora el 80% del territorio de Gaza no ofrece condiciones para la vida.

¿Somos conscientes de la trascendencia que tienen en clave nacional los comicios europeos?

No, no hay verdadera conciencia de lo importantes que son estos comicios, todavía se consideran no tan determinantes como las nacionales. En el Parlamento Europeo se legisla una buena parte de lo que determina nuestras vidas. La legislación europea es cada vez más importante para los Estados y, por tanto, es importante qué legislador está aquí y tomar decisiones. Durante esta legislatura la Eurocámara ha sido el parlamento del mundo que más ha legislado en materia medioambiental y es quien aprobó emitir deuda europea para crear el fondo de recuperación y resiliencia que ha sido definitivo para los Veintisiete a la hora afrontar cierre económico que supuso la Covid.

También estamos viendo cómo con la amnistía la última frontera en la defensa de nuestro Estado de Derecho va a ser el TJUE. Hemos establecido una nueva legislación para que los delitos de terrorismo nunca pueden ser amnistiados y la reforma europea de los delitos de malversación y corrupción va en dirección contraria a la de España. Se nos dijo que se modificaba para ir en la línea europea. Una mentira más. Europa trabaja para que malversar dinero público no sea solo cuando uno se enriquece personalmente, si no cuando se deriva a cualquier otro fin que el establecido en la ley. Todo eso tienen una importancia vital para los derechos de los ciudadanos y las políticas públicas nacionales, mucho más que un Congreso incapaz de sacar una ley adelante, ni siquiera los PGE.

¿Hay que descartar, de momento, que Europa entre en guerra directa con Putin?

Lo cierto es que estamos asistiendo a una guerra en territorio europeo por primera vez desde la II Guerra Mundial. La agresión criminal de Putin en Ucrania nos ha situado en un escenario inimaginable hace años y la guerra está en nuestras fronteras. Los planes de Putin los desconozco, pero la guerra es nuestra, tenemos que ayudar a Ucrania y ganarla. Cualquier agresión a un Estado miembro y de la OTAN nos colocaría en un segundo en otro escenario. Hay que hacer un discurso realista para que los europeos sepan que hoy, desgraciadamente, estamos en una situación diferente en cuanto a la garantía de nuestra paz y seguridad.