España

Un día de president en el «exilio» de Bruselas

Tras la rueda de prensa pasó el día de turismo. No fue recibido por ninguna autoridad al ser un «ciudadano más».

Carles Puigdemont
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Tras la rueda de prensa pasó el día de turismo. No fue recibido por ninguna autoridad al ser un «ciudadano más».

Los primeros rumores sobre el regreso de Puigdemont a Barcelona se han filtrado poco antes de las 20:00 horas, cuando dos taxis se han apostado a las puertas del Hotel Chambord, donde se alojaban el ex president y el resto de sus ex consellers. Allí, el propio conductor ha explicado que se dirigiría al aeropuerto y, en un primer momento, fuentes cercanas al Ejecutivo catalán han apuntado que volverían tres de sus ex consellers como ya estaba programado, Joaquim Forn, Dolors Bassa y Lluís Puig. Al mismo tiempo, fuentes del hotel donde se encontraba han señalado que el ex president ha abandonado «definitivamente» el establecimiento.

Puigdemont viajó a Bruselas para «internacionalizar» el conflicto y buscar el paraguas de las instituciones europeas. Allí, el Gobierno de Bélgica aseguró que le trataría como un ciudadano más, con los mismos derechos, aunque su visita ha generado cierto malestar en el Ejecutivo belga. Su visita también ha suscitado gran expectación, llegando incluso a rincones emblemáticos de la capital belga, donde el ex presidente de la Generalitat se dejó de ver durante el día de ayer. Durante su comparecencia ante los medios internacionales en una sala abarrotada y sin cobertura, Puigdemont aseguró que no buscaba pedir asilo político en Bélgica. El verdadero motivo de su presencia era por razones de «seguridad». Agregó que en Bruselas se siente más tranquilo. Tras la multitudinaria rueda de prensa, en la que el político catalán no fue claro sobre su estancia en la capital belga, fue visto durante la tarde paseando por la conocida «place Luxembourg» (plaza Luxemburgo), que se encuentra frente a la sede del Parlamento Europeo en Bruselas.

Esta plaza es famosa no solo por su emplazamiento. Cada jueves, cientos de jóvenes trabajadores en Bruselas, muchos de ellos becarios de las instituciones comunitarias, se reúnen en torno a los bares y cervecerías de la plaza. Además, los martes, tal día como ayer, se instala un mercado de productos locales como vegetales, frutas, pescados, carne y lácteos; también de café de diversos orígenes, panaderías, y puestos de comida italiana, mexicana o vegetariana.

Puigdemont no pasó desapercibido entre los viandantes que se encontraban en los puestos haciendo la compra, ni tampoco entre los tenderos que se percataron de su presencia por el pequeño revuelo entre los curiosos. Bárbara, que se encontraba al frente de un puesto de dulces y galletas, dijo que su actitud «no fue muy valiente».

«Vi que se negó a hablar con un ciudadano español, que se le acercó, y se fue rápidamente», dijo la tendera a LA RAZÓN. «Debe saber que se puede encontrar con gente española o catalana aquí en Bruselas, y debería rechazar el diálogo», opinó. También se encontraba muy cerca Mario, que normalmente está cada martes en el mercado, en un puesto que ofrece cafés de todo el mundo. Preguntado por este periódico sobre la presencia del político, ha dicho que cree que «debería regresar a España, si realmente tiene que responder ante la justicia».

Por el contrario, Nicolás, que se encontraba en uno de los puestos de frutas y verduras, se mostró contento de que Puigdemont haya elegido Bélgica para quedarse ya que «tiene sentido porque Bruselas es la capital europea» en su opinión es lo «lógico» si busca apoyo internacional. Por el momento, el expresidente de Cataluña se ha quedado en los márgenes de las instituciones de la Unión Europea. Tampoco ha entrado en un organismo del Gobierno belga. En un primer momento se barajó la posibilidad de que diera la comparecencia de prensa en el Résidence Palace, sede de varios medios nacionales e internacionales, gestionada por los servicios del primer ministro belga, Charles Michel, aunque finalmente rechazó la convocatoria de su intervención. Fue el Press Club de Bruselas el que acogió finalmente la rueda de prensa.

La confusa vuelta de Puigdemont llegaría apenas unas horas después de que el depuesto president haya comparecido asegurado que seguiría en Bélgica «por seguridad y para hacer evidente que hay un problema con Cataluña».

Por su parte, el abogado belga que asesora al ex presidente de la Generalitat aseguró, sobre una posible demanda de asilo en Bélgica, que «no es tan fácil» que consiga protección en el país. Para obtenerlo, explica, tendría que demostrarse que «la protección en el país de origen no es suficiente», lo que a su juicio «podría ser el caso» en España, informa Efe.