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Vox: Al fondo a la derecha

Santiago Abascal presenta hoy el que será el mayor acto de su historia. Desde las doce de la mañana en el Palacio de Vistalegre de Madrid movilizará a sus simpatizantes y reclamará la convocatoria de elecciones generales

Santiago Abascal, líder del partido / Foto: Luis Díaz
Santiago Abascal, líder del partido / Foto: Luis Díazlarazon

Santiago Abascal presenta hoy el que será el mayor acto de su historia. Desde las doce de la mañana en el Palacio de Vistalegre de Madrid movilizará a sus simpatizantes y reclamará la convocatoria de elecciones generales.

Quiere teñir el palacio de Vistalegre con los colores rojigualda. El líder de VOX, Santiago Abascal, presenta a un aforo de más de 9.000 personas las «100 medidas urgentes para España», de un partido que, sin tener representación, ha conseguido irrumpir en las encuestas del CIS en el apartado de «otros» con una intención de voto del 1,4%. Abascal asegura que siempre ha «desconfiado de las encuestas» y cree que «se han convertido en una forma de inducción del voto más que de predicción». Pero «era imposible seguir ocultando» el crecimiento en alza de VOX, asevera.

Pero... ¿qué ha influido en esta irrupción? El politólogo Pablo Simón destaca que tal repunte en las encuestas no existe como tal. «Le da que entra, pero está por debajo del 3%», lo que significa que estaría dentro de lo que se conoce como «margen de error». Pero advierte de que eso no quiere decir que no pueda resurgir. «Parece que ahora hay más atención mediática, lo que podría provocar que se acelerase y darle esa posibilidad». Por su parte, el sociólogo Lorente Ferrer subraya que «al igual que hubo una burbuja naranja en abril, hubo un repunte de VOX porque coincidió con una reorganización del voto de la derecha en el que PP y Cs habrían tocado suelo». El politólogo Jorge Vilches considera ese avance debido al impulso que le ha dado «la cuestión catalana que despertó el patriotismo de balcón». «La debilidad del Gobierno de Rajoy y ahora el de Sánchez le convierte en ese abanderado».

Veamos el programa electoral. Abascal asegura que es «diferente al del resto de partidos». Entre sus propuestas se encuentra la oposición «frontal al estado de las autonomías» en favor de la transformación de España en un «estado unitario», con un solo parlamento y gobierno. Aboga por un «control real de las fronteras con la expulsión inmediata de cualquier persona que llegue en España de manera ilegal y con la prohibición de cualquier tipo de ayuda a la inmigración ilegal». VOX está a favor de la derogación de la ley de memoria histórica y de la actual ley de violencia de género. En cuanto a los impuestos, se oponen al impuesto de donaciones y sucesiones, pide la rebaja del IVA, del IRPF y del impuesto de sociedades.

Ante la llegada de Pablo Casado, ¿en qué puede competir Abascal con el líder popular? «En todo lo que he dicho antes», afirma. En su opinión habría que buscar más las coincidencias porque «nosotros pedimos que se restablezca el orden en Cataluña bien con el 155 o con el artículo 116», –que hace referencia a los estados de alarma, de excepción y de sitio–. Plantean «que se ilegalicen directamente a los partidos golpistas». Defienden la disolución de los Mossos y una ofensiva contra el estado de las autonomías. «Pablo Casado no plantea eso, hace una defensa del Estado de las autonomías», dice.

La afiliación de VOX ha notado también una subida en el último año. «Hemos pasado de los tres mil de cuota a los once mil afiliados» y subraya que el incremento ha sido posterior a la llegada de Casado. Destaca que su partido ocupa la derecha política, porque «Cs no se identifica con la derecha y el PP es un partido de centro y huye de esa etiqueta». Respecto a la procedencia de sus potenciales votantes, Abascal cree que están captando «a partes iguales votos de Cs, del PP y de los nuevos votantes jóvenes». Además, notan que «una parte de la izquierda también se plantea votarnos por la cuestión migratoria, el feminismo radical y la ideología de género y por Cataluña». Sobre los posibles votantes, Lorente Ferrer destaca que mucho del espectro de voto que logró Cs en Cataluña en los últimos comicios «procedía de VOX y del PP; y habría vuelto de nuevo a estos partidos». Pablo Simón, sin embargo, cree que «sí tiene potencial» porque en el contexto internacional «se habla de la amenaza de los populismos y genera una atención mediática el saber en España qué partido está más a la derecha», opina.

Por su ideología, Abascal podría converger con las ideas de ultraderecha que defienden Marine Le Pen o Matteo Salvini, pero él asegura que se parece a «Santiago Abascal». Insistimos. ¿No hay algún parecido razonable? El líder de Vox reconoce que sí se asimila con estos líderes europeos por el «control de la inmigración y la defensa de la soberanía de sus propios estados y también se oponen del marxismo cultural y a la dictadura de la corrección política». Pero discrepa en otras.

Sobre la posibilidad de llegar a acuerdos con Podemos, VOX destaca que «en una sensación de normalidad podríamos llegar a algún acuerdo con partidos de izquierdas, pero España no vive una situación de normalidad. Podemos es una fuerza totalitaria que representa al frente popular y no podemos llegar a ningún acuerdo con quien nos quiere aniquilar en este momento». Con la derecha, tampoco se plantea la «política fusión».

Ahora que las coaliciones proliferan en el tablero político, VOX de momento no se plantea entrar en ese escenario. «Plantear la disolución de VOX ni está en la agenda ni se va a producir de ninguna manera», indica Abascal. «Nunca nos han llamado, no será porque nos neguemos a hablar. Podemos dialogar con Cs y PP. Pero VOX quiere influir de una manera extraordinaria ahora que no tenemos representación y cuando la tengamos. Lo importante son los programas y llegaremos a acuerdos postelectorales en función de eso».

La presencia de VOX en la calle se nota. Le paran cada vez más para hacerse «selfies» y lo que más le piden es que no se rindan y «que no les traicionemos». Dice que lo mejor de VOX es «tener un único discurso en toda España». A sus hijos, aún pequeños, no les habla del partido pero «les he dejado siempre claro la lealtad que le deben a su propia patria». Y subraya que su padre, Santiago Abascal, si viviera aún, «estaría muy orgulloso» de lo que están consiguiendo.