Tensión
Yolanda Díaz fuerza la guerra en Moncloa por su batalla con Irene Montero
La vicepresidenta avisa de que la reducción de la jornada «puede llevarse» por delante el Gobierno
La vicepresidenta segunda del Gobierno atraviesa un momento de máxima debilidad política. Invisibilizada en el Ejecutivo y ante el temor de que Podemos pueda acabar ocupando su espacio en unas futuras elecciones, Yolanda Díaz ha pulsado el botón de guerra nuclear en Moncloa para tratar de sacar rédito electoral. Una operación que no gusta en la parte socialista del Gobierno, que ve a Sumar en la «disputa» por liderar el espacio contra Podemos, todo a cargo del propio Ejecutivo, que es quien se ve debilitado.
La reducción de la jornada laboral a 37,5 horas en este año es la medida estrella que persigue la también ministra de Trabajo y en la que ha centralizado todos sus esfuerzos para resucitar políticamente tras un año marcado por la crisis de credibilidad de su propio espacio a causa del «caso Errejón» o por sus batacazos electorales. Díaz ha declarado la batalla al Ministerio de Economía, ante la exigencia del ministro Carlos Cuerpo de ralentizar el estudio de la iniciativa para contar con el «sí» de la patronal y también con los apoyos necesarios para sacar adelante la ley.
De fondo, Díaz ha forzado la máquina en Moncloa ante la foto que ya registran las encuestas del desplome total de Sumar y la recuperación de Podemos. Ello le ha llevado a un nuevo choque con el presidente del Gobierno, Pedro Sánchez, en un momento en el que éste se esfuerza en borrar la mancha de la corrupción que sigue impregnando al PSOE –protagonista del calendario judicial de enero– para recuperar el pulso electoral. De hecho, en Podemos están presumiendo de las últimas encuestas que empiezan a mostrar la tendencia al alza de la formación morada.Mañana mismo, el partido «calentará» la vuelta de Irene Montero con un acto en Madrid, en el bar que dirige Pablo Iglesias. En datos, la tendencia también acompaña a Podemos. El CIS de diciembre ya situaba a Podemos en el 4,1 por ciento de los votos, creciendo 0,7 puntos en un mes. De hecho, la encuesta de NC Report para LA RAZÓN ofrecía a los morados entre cuatro y cinco diputados y a Sumar entre siete y ocho.
En el entorno de la vicepresidenta del Gobierno, consultado por LA RAZÓN, aseguran que llegarán hasta el final en sus pretensiones porque la medida es un compromiso de Gobierno firmado y advierten de que tanto la jornada laboral como la vivienda pueden ser «el renacer del Gobierno», pero, a su vez, si no se abordan de manera inmediata, es «lo que puede llevarse por delante al Gobierno». Es decir, para Díaz, el Ejecutivo no tiene sentido si promesas electorales como estas no se llevan a término con urgencia. La vicepresidenta prevé seguir recrudeciendo la tensión dentro de Moncloa, de puertas para fuera, si Economía no rectifica.
No está previsto, sin embargo, que Sumar dé un golpe sobre la mesa, esto es, que amenace con salirse del Gobierno, según las fuentes consultadas. El Ministerio de Trabajo seguirá escalando su conflicto verbal con el Gobierno mientras sigue tejiendo una red de confianza con los sindicatos a los que fía futuras concentraciones a favor de la reducción de la jornada laboral. Todo ello a la vez que la vicepresidenta se embarcará en una «gira» por todo el país –de la mano de Comisiones Obreras y UGT– para tratar de ganar el pulso al PSOE y conseguir el fervor de la ciudadanía para exhibir músculo en su batalla a cuenta de la reducción de la jornada laboral. Aun así, en la parte minoritaria del Gobierno, cuidarán ahora sus ataques al Ejecutivo, porque advierten de que al presidente «no le está gustando este ruido».
La vicepresidenta acusó ayer a Economía de vetar la tramitación urgente de la reducción de la jornada laboral, algo que en Economía desmienten y aseguran que será tratado en la primera reunión de la Comisión Delegada que sea posible. En la parte socialista del Gobierno, respaldan a Economía y avisan de que no llevarán la ley al Congreso sin estar completamente seguros porque no quieren arriesgarse a perder el debate de enmiendas a la totalidad. Ven a Díaz «en el relato» y piden tranquilidad para llevar a cabo la norma.
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